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La aplaudida reflexión (y ejemplo personal) de Alberto Owono en Dazn tras los insultos racistas a Vinicius
Este domingo, el partido correspondiente a la jornada 35 de LaLiga entre el Valencia y el Real Madrid se detuvo por los insultos racistas que recibió Vinicius, que se enfrentó y señaló a uno de los radicales que los había proferido. Más tarde, y ante la justificación del presidente de LaLiga Javier Tebas, el propio jugador brasileño denunció en sus redes sociales que “el racismo es normal en LaLiga, España es conocida como un país de racistas”, como recoge elDiario.es.
Desde el mismo momento de lo ocurrido, el periodismo deportivo ha dado una nueva muestra de por qué es especialmente criticado por ser “de bufanda”, con muchos opinadores relacionando la actitud de Vinicius sobre el césped con que haya recibido esos insultos racistas, además acotándolos a una minoría y así restándoles importancia. Mientras, el Real Madrid ha denunciado ante la Fiscalía los gritos racistas como “delito de odio”, y el Valencia ha colaborado con la Policía para identificar a los que le insultaron.
En todo ese ruido, hubo una reflexión realizada poco después de acabar el encuentro que está siendo especialmente aplaudida, y que permitió dejar claro por qué lo vivido en Mestalla fue un ejemplo de racismo, sin importar lo que Vinicius hubiera hecho por poder realizarse otro análisis. Las palabras de Alberto Owono, comentarista y analista futbolístico de Dazn, están adquiriendo una especial relevancia y sirviendo de ejemplo, como el que él pone a nivel personal, para contextualizar lo ocurrido y no poner excusas:
Owono explicó: “Una parte es la actitud del futbolista en el terreno de juego, (...) que puede conllevar que haya hostilidad del público rival. Hasta aquí creo que estamos todos de acuerdo. Ahora bien, los insultos. Un insulto genérico, y esto para el que no lo entienda, por favor que abra bien las orejas, un insulto genérico puedes lanzárselo a cualquier persona. Un insulto enfocado a la discriminación, por cuestión de género, raza, etnia o condición sexual; lo que estás haciendo es englobar, meter a todo el mundo en el mismo saco, y condenar no a Vinicius, que es negro como otros compañeros, sino condenar a esa persona que quiere alquilar un piso y no se lo alquilan porque es de origen senegalés, al que te reparte la comida y es de origen indio no le tratas con educación, al que viene a limpiar, al que está en su puesto de trabajo... Y eso, amigos, es muy importante”.
A continuación, el analista lanzó un ejemplo personal: “Ese tipo de insultos que hace una discriminación a un sector directo de la sociedad lo que hace es discriminar. Yo tengo una hija pequeña, y os digo: quien tenga hijos, cómo le sentaría que en su colegio un nene que le gusta mucho el fútbol y ve que llaman 'puto mono', 'uh uh uh' y tal; y no pasa nada, cómo le sentaría a esa persona si al día siguiente en el colegio uno de los niños, como no pasa nada en el fútbol de Primera División, viene a tu hija y le dice algo así”.
Owono concluyó, incidiendo en separar el racismo de la actitud, sea cual sea: “Hay que hacer un ejercicio de pensamiento y de reflexión. La actitud es una cosa, la represalia de hostilidad es otra cosa, el insulto discriminatorio es algo muy flagrante. Si alguien no lo quiere ver, que no lo vea”.