El relato del hijo incomprendido llegó a su clímax en 'Cuéntame': Inés abre la brecha tras otro choque con Mercedes

Irene Visedo ante Ana Duato en 'Inés', segundo episodio del final de 'Cuéntame'

Adrián Ruiz

La herencia es el gran tema que afronta Cuéntame cómo pasó en su temporada final en TVE. La decisión de Antonio y Mercedes de repartir en vida sus bienes entre sus cuatro hijos ha detonado una bomba en el clan Alcántara que marcará el porvenir de los últimos episodios. Todo ello, con Inés Alcántara, personaje interpretado por Irene Visedo en el que se ha centrado el segundo capítulo de la temporada final, en el epicentro de un conflicto que no tiene visos de solucionarse.

Porque esa herencia en vida planteada por los cabezas de familia no es sino la excusa para que cada uno de los miembros que la componen se miren a sí mismos, analizando en realidad la herencia recibida y no la que están por recibir. En los siete episodios que conforman este final, que estarán dedicados a cada uno de los siete miembros de la familia Alcántara, todos harán un ejercicio retrospectivo en el que se plantearán quiénes son y qué posición se les ha dado (o han tomado) en la vida dentro del propio conjunto.

“Lo que aborda esta temporada es que cada Alcántara pregunta de alguna manera a los demás: por qué soy yo 'el terco', por qué soy yo 'la loba', por qué soy yo 'el heredero'... Por qué me ponen ese nombre, qué nombre me ha puesto mi familia, qué cargo, qué rublo me ha puesto mi familia que me ha fastidiado la vida… o me la ha dado. Es el reencontrarse con las deudas: 'por qué, por qué yo fui'”, reflexiona Imanol Arias durante una extensa entrevista con verTele.

Y si hay alguien con deudas personales dentro de los Alcántara, esa es Inés, la hija mayor del matrimonio. A lo largo de su vida, la primogénita ha sido la más contestataria frente a los dogmas que sus padres, la sociedad y el propio sistema de la época -con el machismo hasta las entrañas- le imponían. Una serie de trabas y decisiones que fueron forjando su eterna rebeldía y que en el año 1995, en el que se ubica la entrega emitida este miércoles en La 1, termina por convertirse en una profunda brecha frente a sus seres queridos. A la vista de cómo llegarán en 2001 al entierro de Herminia -en el flashforward con el que arrancó la temporada-, parece que esto sólo es el principio.

Inés, ruptura casi total con su familia

Precisamente es la matriarca de la familia la que abre el capítulo 408 de la serie, titulado Inés. La duda, asistiendo emocionada desde el salón de su casa al entierro de Lola Flores y, unos días más tarde, al de su hijo Antonio. Un encuentro frente a frente con la muerte que sirve como presagio de ese colofón que la ficción de TVE nos tiene preparado. Enseguida, un portarretrato roto con la foto de Inés nos describe de la mejor de las maneras cómo está la situación con ella cinco meses después de aquella Nochevieja en la que Antonio y Mercedes anunciaron la decisión que lo cambió todo y que abrió un cajón de cuentas pendientes que ahora salen a flote.

No es casualidad tampoco que, en el mejor momento profesional de Inés tras ser nombrada directora del Centro Dramático Nacional, los guionistas de Cuéntame la hayan hecho responsable de una nueva versión teatral de La Casa de Bernarda Alba que acaba funcionando como analogía de sus propias vivencias y su situación emocional. En un ensayo de la obra magnánima de Lorca, podemos ver a Inés hablando de algún modo a través del personaje de Adela, la cual decide enfrentarse a sus hermanas y su madre en busca de la libertad. La rebeldía dándole la mano a la rebeldía.

Pero no todo está perdido, y María y Toni deciden reunirse con Inés para convencerla de que acepte su parte de la herencia que pretenden dejarle sus progenitores. Una cena en la que Inés aprovecha para terminar de verbalizar alguna de las frustraciones personales que arrastra desde que era joven y, a diferencia de lo que ocurriría después con sus hermanos, tuvo que renunciar a unos estudios para ayudar a sus padres a salir adelante. Siente que sus padres no hicieron más que ponerle obstáculos a lo largo de su juventud y que ahora tratan de compensarlo beneficiándola en el reparto de sus posesiones. “En esta familia no se puede ir a la contra”, se queja ante sus hermanos, que no entienden su rencor.

A pesar de todo, algo se remueve dentro de Inés y ve en la necesidad de encontrar a alguien que diseñe un vestuario para su obra la oportunidad perfecta para intentar acercar posiciones con su madre. Una idea que, tal y como prevé Herminia, termina empeorándolo todo: “Mezclar familia y trabajo nunca ha salido bien”, asegura la abuela, una vez más haciendo de termómetro de la familia y anticipando, fruto de su experiencia, las consecuencias que pueden acarrear ciertas decisiones. Dicho y hecho: los diseños de Mercedes no acaban de convencer a Inés pese a los esfuerzos de la mujer por agradar a su hija.

Por el camino, Inés recibe unos bocetos del prestigioso modisto Antonio Alvarado que le acaban fascinando, lo que provoca un nuevo cataclismo con su madre, con Herminia terminando de ponerle la puntilla a la ruptura al ver cómo su nieta le echa en cara a Mercedes las cosas que desde su juventud llevaba dentro guardadas. “Esto tiene que oírlo, ya está bien de que le echen la culpa a los padres de todo lo mal que les pasa en sus vidas. Inés, has sido muy tuya y muy libre en tus cosas, apechuga ahora. Eres mi nieta y te quiero con toda mi alma, pero tu madre es mi hija y sé muy bien lo que ha hecho por todos nosotros”, acaba explotando el personaje de Galiana en unas palabras que hacen a Inés marcharse de casa, no sin antes volver a tirar por accidente su ya quebrado portarretrato.

Inés y el culmen del relato del hijo incomprendido

De esta manera, y mientras Inés ve en su hijo Oriol un reflejo de la rebeldía que ella misma mostró hacia sus padres, Cuéntame llegaba al clímax de ese relato del hijo incomprendido que la serie ha reflejado en el personaje de Irene Visedo a lo largo de sus 23 temporadas. 408 capítulos en los que Inés ha sido el verso libre de la familia, esa hija dispuesta a romper con todos los cánones sociales que en la España de la transición se le imponía a las mujeres, incapaces de elegir su propio camino. Desde el principio, hemos visto como la hija mayor de Antonio y Mercedes luchaba por escribir su propia historia, aunque eso supusiera equivocarse mil veces y no cumplir con las expectativas.

La serie arrancó en 1968 con una Inés convertida por necesidad en peluquera al tener que abandonar sus estudios cuando sus padres llegaron a Madrid procedentes de un humilde pueblo de la Mancha, el mítico Sagrillas. Desde ese momento, la joven rompió todos los moldes al probar suerte como actriz en un teatro de la Iglesia en el que descubrió su verdadera vocación, una profesión que su familia no veía con buenos ojos. Esto supuso que, con el tiempo, Inés acabara viajando a Londres y, de ahí, a una comuna hippie en Ibiza junto a Mike, el 'MyDarling' -así lo bautizó Antonio- que conoció en la capital inglesa y que ha acabado convirtiéndose en su pareja definitiva.

Mucho antes lo fue Eugenio, el cura del pueblo, en un romance que acabó en boda y que supuso un escándalo más para toda la familia después de haber sido incluso encarcelada al ser relacionada con un supuesto etarra. La situación se complicó para Inés en esos años y acabó huyendo junto al expárroco a París y, más tarde, a Argentina, donde inició una mala vida que continuó en su regreso a Madrid. En su vuelta a casa, Inés acabó cayendo en las drogas durante una etapa en la que el personaje fue interpretado por Pilar Punzano.

Con ayuda de sus padres, salió adelante y acabó estabilizándose en unos últimos años en los que protagonizó, con Irene Visedo retomando su papel, historias que han marcado a la audiencia, como una relación lésbica con una compañera de trabajo que sirvió como representación del colectivo LGTBIQ+ dentro de la serie, o su visibilización y concienciación sobre el VIH de la mano de Mike ante la ignorancia que existía en los 90 sobre esta enfermedad.

Un apasionante viaje -ilustrado con imágenes de archivo y el Yo no soy esa de Mari Trini en los instantes finales del episodio- que ha acabado marcando su trayectoria y, en su madurez, la posición que ocupa respecto al resto de miembros de su familia. La brecha entre ellos se ha abierto y la herida es cada vez más profunda. ¿Estarán a tiempo de revertirlo?

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