'GH Dúo' desgarró con el relato vital de Marta López: “Eran maltratos continuos, de pegarme palizas”

Ana María y Marta, en 'GH Dúo'

Paula Hergar

GH Dúo celebró este martes una nueva noche de salvación. Las nominadas de la semana eran Marta López, Ana María Aldón, Mayka e Ivana. Hasta que la audiencia decidió salvar a Marta, dejando entre dos de ellas los porcentajes más ajustados de la edición.

Pero si algo llamó la atención esta noche, eso fue el pasar del odio al entendimiento entre Ana María y Marta. Las dos se habían convertido en enemigas íntimas desde que el pasado domingo empezaran a echarse cosas en cara.

“No nos hablamos, la situación ha ido a peor y es bastante incómodo. No quiere que le saque la comida que hago para todos y es Asraf el que se encarga de servírsela con un cazo”, explicaba la ex de Ortega Cano. sacarle la comida que hago con el cazo.

Mientras Marta daba su versión: “Sigue haciéndose la víctima porque a la persona a la que se le agredió verbalmente es a mí. Ya no juego a su juego y he decidido no dirigirle la palabra. No quiero compartir con ella nada más, porque no quiero darle nada para que siga con la pena todo el día”.

Sin embargo, todo cambió cuando el programa les sentó a solas en una sala donde emitió la curva de la vida de cada una. Tras escuchar las vivencias pasadas, la una de la otra, acabaron llorando y abrazadas. Un sentimiento que compartieron con el resto de la casa que también pudieron escuchar los relatos y se mostraron totalmente desolados.

Marta López: “Yo ya lo he llorado todo”

A pesar de que Marta había pedido que no se viera su curva de la vida, el programa mostró algunos trozos: “Llevo años en la tele y nadie sabe de dónde vengo”, empezó lamentando. “Mi familia siempre ha estado unida, hasta que a los 9 años tuve un problema con un vecino que no quiero contar pero me marcó”.

Ya de adolescente, hablando de su primera amor: “Eran maltratos continuos, de pegarme palizas. Hasta que un día, el de seguridad del hotel me encontró debajo de un baño con la cara ensangrentada. Yo pensé que me quería mucho y por eso hacía esas cosas. Me fui de Tenerife huyendo de él. Me apunté al casting de Gran Hermano y aquí estoy. Es de lo mejor que me ha pasado en la vida. La TV me ha hecho entender que las personas que han pasado maltratos no tenemos que avergonzarnos. Yo ya lo he llorado todo”, aseguró.

Para detallarlo mejor: “Al salir del reality conocí a mi marido. Me casé, tuve a mis hijos, pero con el tiempo quise separarme y me sentí muy culpable. Con la crisis me arruiné. Cogí a mis hijos y me vine a Madrid con las deudas. No podía ni encender la calefacción”.

Por si fuera poco, en otra etapa de su vida también sufrió maltrato psicológico: “Un machaque psicológico que no sabéis hasta qué nivel. Me da tanta rabia de no haberme dado cuenta de esto antes y no haberle puesto nombre... Si me pasa ahora, esto no se queda aquí”. De hecho, afirma que fue mucho peor que el famoso 'Merlos Gate': “Me pusieron los cuernos en la tele y lo pasé mal, pero tampoco tan mal al lado del resto”.

Acabó asegurando que ahora está en un buen momento: “Ahora tengo ganas de vivir la vida”, dijo mientras en directo estaba con un ataque de ansiedad, que Ana María Aldón intentaba calmar.

Ana María: “Decidí acabar con mi vida a los 13 años”

Segundos después escuchábamos el relato de Ana María: “Mi padre agredía brutalmente a mi madre. Vivíamos con miedo por sus problemas con el alcohol. Ella era un ángel y él no era nada cariñoso. Me recuerdo debajo de la cama con mi hermano, los dos abrazados”.

Unos recuerdos horribles que aún empeoraron: “Hasta que no quise seguir viviendo así y decidí acabar con mi vida a los 13 años. Estuve meses en tratamiento, me agarré al primer hombre que conocí, para huir de ahí, me quedé embarazada de mi hija Gema y al poco de tenerla me maltrató”.

Ya con su hija: “Volví a casa con mi madre y conocí a mi primer marido. Era tranquilo y me enseñó lo que era una buena pareja. Nos separamos con el tiempo y conocí después a mi exmarido, también a los pocos meses me volví a quedar embarazada. No me imaginaba la repercusión y era cada tarde un machaque. Cogí un coche y hice casi lo mismo que a los 13 años. Caí en depresión, con mi niño, me sentía poca cosa, era joven, tenía derecho a tener un hombre en mi vida que me valorase a mí y decidí separarme”.

Una vida totalmente inestable que en la actualidad parece haber superado: “Ahora hace unos meses conocí a una persona con la que caminamos juntos de la mano”, explicó mientras se le caían las lágrimas pero con una sonrisa.

Etiquetas
stats