La nueva entrega de La isla de las tentaciones 9 completó algunas de las tramas que había dejado a medias la anterior. Si en el programa del lunes, Mayeli y Álvaro se marcharon expulsados (y embarazados), este martes mostraron un adelanto de la pareja que les sustituirá.
También se quedó sin final la hoguera de los chicos, y el nuevo programa arrancó con el dolor de Rodri al ver la noche de pasión entre Helena y Barranco: “¿Qué encuentra ahí que no encuentra en mí? Yo eso no lo he hecho, qué puto asco. Yo no voy a actuar por venganza porque sigo queriendo estar con ella, es la mujer de mi vida”, lamentó.
Por ello, cuando Sandra Barneda propuso a los chicos que usaran el collar del veto, todos estuvieron de acuerdo en ponérselo a Barranco. A lo que Rodri añadió: “El mensaje que le quiero enviar a Helena es que la amo con locura, que sigo pensando en ella, que es la mujer de mi vida y quiero salir con ella de aquí”.
Hoguera de las chicas: del dolor de Almudena, a la sonrisa de Helena
Las siguientes en vivir otra hoguera fueron las chicas. La primera en ver imágenes fue Sandra que se indignó con las relaciones sexuales de Juanpi y la soltera: “Qué asco, de verdad. Cuando llegue a su casa me echará de menos. Es un mentiroso, venía a hacer el papelón de su vida, y he sido gilipollas que me hiciera creer que era una loca, me duele por mí”, reconoció.
Como a Gilbert, a Claudia no le dejaron ver imágenes, algo que le hizo sonreír: “Espero que sea porque esté arrepentido. Yo me he dado cuenta de que sigo queriendo igual o más a mi novio”, aseguró.
La que vio un giro de guion fue Helena en Rodri al que notó “más calmadito, embajonado e intentando forzar la conexión” con Olatz. La novia sonreía al ver las imágenes de su novio poniendo distancia con la soltera: “Está como arrepentido, agobiado, lo conozco, me gusta verle así. No sé cómo me siento”.
Pero el plato fuerte fue el de Almudena que volvió a llorar y gritar de desesperación al ver a Darío: “Esto no puede estar pasando. Qué pena. Es que no me merece, le veo buscándola a ella. Dándole un cariño que a mí no me da, y siempre se lo pido. Pero lo he normalizado. No le reconozco”.
Lo que empeoró cuando escuchó a su novio decir a cámara que está con ella “solo por estar, por no dar un disgusto a la familia, pero ya no estoy enamorado”. Eso acabó de rematar el dolor de Almudena.