Hasta el fin del mundo llegó a RTVE este miércoles, como un Pekín Express con famosos en paisajes paradisíacos de América Latina, pero en situaciones límite que les llevó a tener las primeras broncas, trabajos y momentos surrealistas.
El estreno contuvo las dos primeras etapas de la aventura, que les llevaron de Costa Rica a Panamá y de Panamá a Colombia, poniendo a prueba la relación de Yolanda Ramos con su sobrina Ainoa Olivares; de Alba Carrillo con Cristina Cifuentes; Jedet y la creadora de contenido Andrea Compton; Rocío Carrasco y la cantante Anabel Dueñas; Nía y J Kbello; y Aldo Comas con José Lamuño.
De los 15.000 kilómetros totales que propone el formato, solo hicieron unos 3.000 y ya hubo dos protagonistas que hablaron de abandonar: Jedet, aunque se arrepintió porque “vale la pena la experiencia” y Alba, que no podía aguantar más “la autoridad” de su pareja. Mientras que Nía y J Kabello apuntan a favoritos por su buena sintonía.
Mientras todo eso ocurría, Paula Vázquez - ya veterana en las apuestas de aventuras- disfrutaba de cada escenario, gracias a su privilegio de poder detenerse para mostrar la esencia, las tradiciones y las personas de esos rincones extraordinarios.
La primera etapa con una Yolanda Ramos invisible y el capricho de Aldo Comas
La primera etapa, de Costa Rica a Panamá City, constó de 1.048 kilómetros. Antes de arrancar, todos ellos entregaron sus móviles a la presentadora, que les dio 1300 euros para toda la aventura. Con la condición de que si alguien se quedaba sin él, regresaría a España.
Los concursantes pasaron por paisajes muy diversos, durmieron en cabañas construidas en los árboles y en el cráter de un volcán en el Valle de Antón. Las primeras en acabar la etapa, para su sorpresa, fueron Jedet y Andrea Compton que lo celebraron con Paula emocionada. Habían superado su fobia a los bichos y calculado el tiempo a la perfección.
Los segundos fueron Nía y J Kbello, que habían trabajado recogiendo excrementos de animales. Lo que les hizo “pisar mierda” y les dio suerte, según ellos, para ganar dinero y tener una buena posición. Tras ellos llegaron Rocío Carrasco y Anabel Dueñas que también habían logrado dinero trabajando en una cocina.
Los cuartos fueron Aldo Comas y José Lamuño que habían pasado la gorra, tras una de sus funciones. Aunque habían gastado más dinero que el resto por sus caprichos de saltar en paracaídas. Además, fueron los primeros en tener una bronca, por sus distintos puntos de vista.
Tampoco lo pasó bien Yolanda Ramos con su sobrina, junto a la que parecía ser invisible, ya que todos miraban y hablaban con la joven. “Las mujeres de 50 parece que somos invisibles”, lamentaba la actriz. Aún empeoró más la cosa cuando la sobrina le pidió a un chico que le dijera a su tía que era “guapa”, y ella al enterarse se sintió ofendida.
Aunque las últimas en llegar fueron Alba Carrillo y Cristina Cifuentes, por motivos ajenos a ellas: desde las lluvias, hasta ruedas pinchadas de autobuses. Además, el médico había recomendado a Cifuentes no cargar mucho la espalda y la modelo tenía que llevar las dos mochilas.
Segunda etapa con Alba Carrillo derrotada y dos parejas favoritas
El destino final de la segunda etapa era Medellín. Una etapa de la que Jedet y Andrea Compton tuvieron la ventaja de escoger la ruta, al haber sido las primeras. En ella probaron la experiencia de ser ayudantes en un colegio. Algo que les emocionó, a pesar de confesar que en algún momento había pensado en abandonar, dijo Jedet.
Los que también recorrieron la etapa con buenas experiencias fueron Nía y J Kbello que se entendieron a la perfección en cada decisión que tomaron, y se alzaron como casi la única pareja que no se peleó.
También Rocío Carrasco y Anabel Dueñas derrocharon positividad al encontrar un nuevo trabajo en un hotel de cinco estrellas, donde además les dejaron dormir. En una de las mejores habitaciones y noches de su aventura.
Aldo Comas y José Lamuño tuvieron que pagar las consecuencias de sus caprichos e ir directos a trabajar, al haber perdido tanto dinero en la etapa anterior.
La cara negativa de la etapa la vivieron dos parejas. La primera, la formada por Yolanda Ramos y Ainoa que se fueron a trabajar a un chiringuito en el que, una vez más, el jefe ni se dirigía a la humorista. Solo a su sobrina. Lo que llevó a tensionar aún más la relación entre ellas. Tanto que Yolanda tiró la toalla, y le dijo que lo hiciera todo la sobrina.
Por su parte, Alba Carrillo y Cristina Cifuentes pagaron con creces el haber sido las últimas en la etapa anterior. Les tocó la peor ruta, cenaron arroz duro como una piedra y acabaron en un hotel que les daba arcadas. Al día siguiente la modelo se encontraba mal y agudizó el malestar con su compañera, de la que criticó “el autoritarismo y sentirse absorbida” por ella.
A las 2:13 horas de la mañana, el programa acababa la emisión con un “continuará” y sin que los concursantes hubiera concluido la etapa.