Nemo devuelve el trofeo de Eurovisión 2024 por la decisión de la UER con Israel: “Siento que ya no me pertenece”
Las reacciones a la participación de Israel en Eurovisión 2026 continúan sucediéndose. Nemo, que ganó el festival en 2024 representando a Suiza, ha comunicado una contundente decisión: entregará su trofeo a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) como protesta. Así lo ha confirmado este jueves, 11 de diciembre, a través de un comunicado oficial, poniendo en valor que cinco países se hayan retirado de una competición que nunca debió olvidar su vocación musical: “Siento que ya no me pertenece”.
Ya en el mes de mayo, Nemo se pronunció abiertamente sobre la presencia de Israel en el festival: “No tiene sentido que forme parte de Eurovisión en este momento”. El tiempo fue pasando, pero la organización blindó la participación del país de Medio Oriente durante la 95ª Asamblea General. A consecuencia del resultado en esa votación, RTVE actuó de manera consecuente a lo anunciado previamente y anunció su retirada de Eurovisión.
Conviene recordar que, junto a Bambie Thug (Irlanda), Iolanda (Portugal) y Marina Satti (Grecia), fue de los participantes más críticos con el propio festival en 2024. Los intérpretes estuvieron a punto de plantarse por el comportamiento de la comitiva israelí —como recogimos en verTele—. La prensa del país de Medio Oriente incluso acosó a un periodista español por gritar “free Palestine”. A juicio de Nemo, ya no siente que el trofeo con el que venció el certamen de 2024 deba estar en su estantería.
“Eurovisión dice que defiende la unidad, la inclusión y la dignidad para todos”, ha explicado, poniendo énfasis en que “la participación de Israel […] muestra un claro conflicto entre esos ideales y las decisiones tomadas por la UER”. También se ha hecho eco de la resolución emitida por la Comisión de Investigación Internacional Independiente de la ONU: “Ha concluido que es un genocidio”, en relación con la población gazatí.
Nemo evidencia su rechazo a la participación de Israel
Al margen de la cuestión bélica, Nemo ha manifestado su rechazo hacia la participación de Israel por quebrantar las normas: “Se utilizó el concurso repetidamente para suavizar la imagen de un estado acusado de graves irregularidades, todo mientras la UER insistía en que Eurovisión es 'no político'”. Incluso ha utilizado la retirada de España, Irlanda, Países Bajos, Eslovenia e Islandia como clave: “Debería estar claro que algo está profundamente mal”.
En definitiva, ha puesto en conocimiento de sus seguidores que enviará el trofeo a la sede de la UER, ubicada en Ginebra (Suiza). Nemo se ha despedido con un alegato directo, insistiendo en que los valores que se proyectan en los escenarios también tienen que vivirse fuera de ellos. De lo contrario, “incluso las canciones más bellas pierden su significado”.
La reivindicación de Nemo ha llegado escasas horas después de que la presión aumentase sobre Portugal. Su televisión pública —la RTP— decidió continuar en Eurovisión, provocando que 12 de los 16 aspirantes al Festival da Canção se negaran a representar a su país en caso de resultar ganadores. Paralelamente al incremento de las tensiones, la UER se manifestó para cargar contra las críticas de RTVE: “Algunos ataques han sido completamente inexactos”.
Planteamiento radicalmente opuesto al de Martin Green
La postura de Nemo ha chocado frontalmente con la carta abierta emitida por Martin Green. El director del festival aseguró que “los cimientos no han cambiado” y que el concurso “ha sobrevivido y prosperado a pesar de las guerras, la agitación política y el cambio de fronteras”. Asimismo, se hizo eco de “los acontecimientos en Oriente Medio” sin mencionar a Israel ni a Gaza. José Pablo López, presidente de RTVE, condenó enérgicamente su postura: “¿Un genocidio es un acontecimiento? ¿Nada más?”.
“Nos dice ahora que lo pasado, pues pasado está y que las reglas se van a cumplir a partir de ahora. ¿Y los incumplimientos de estos dos años por Israel? ¿Pelillos a la mar? ¿Las normas se aplican según conviene a UER por sus alianzas geopolíticas y económicas?”, continuó explicando. Destacó además el “gran cuajo” de Green: “Nos dice que 'la única manera de que el Festival de la Canción de Eurovisión siga uniendo a la gente es asegurándonos de que nos guiamos por nuestras reglas, ante todo'”.
Comunicado íntegro de Nemo
El año pasado gané Eurovisión y con ello me fue otorgado el trofeo. Y aunque estoy inmensamente agradecido por la comunidad en torno a este concurso y por todo lo que esta experiencia me ha enseñado tanto como persona como artista, hoy ya no siento que este trofeo deba estar en mi estantería.
Eurovisión dice que defiende la unidad, la inclusión y la dignidad para todos. Esos valores hicieron que este concurso fuera significativo para mí. Pero la participación continuada de Israel, durante lo que la Comisión de Investigación Internacional Independiente de la ONU ha concluido que es un genocidio, muestra un claro conflicto entre esos ideales y las decisiones tomadas por la UER.
Esto no se trata de individuos o artistas. Se utilizó el concurso repetidamente para suavizar la imagen de un estado acusado de graves irregularidades, todo mientras la UER insistía en que Eurovisión es “no político”. Y cuando países enteros se retiran por esta contradicción, debería estar claro que algo está profundamente mal.
Por eso he decidido que voy a enviar mi trofeo de vuelta a la sede de la UER en Ginebra. Con gratitud y con un mensaje claro: “Vive lo que proclamas”. Si los valores que celebramos en el escenario no se viven fuera del escenario, entonces incluso las canciones más bellas pierden su significado. Estoy esperando el momento en que esas palabras y acciones se alineen. Hasta entonces, este trofeo es vuestro. Nemo.