Pablo Motos reconoce que esta temporada “ha habido pelea” en el access prime time. Concretamente, la de su programa, El Hormiguero, con La Revuelta, con el que ha protagonizado el duelo televisivo más mediático del último año. El programa de David Broncano en La 1 ganó frecuentemente en audiencias entre septiembre y diciembre, pero con el cambio de año llegó el cambio de tornas y el show de Antena 3 recuperó el trono que llevaba ocupando desde hace más de una década y en el que ha terminado sentado el curso 2024/2025.
“Esta temporada ha sido brutal porque ha habido pelea. La competencia nos ha dado un extra para que la gente se una. Es un equipo que lleva 19 años unido. Aquellos que han sobrevivido, claro, porque los malos no han sobrevivido a los 19. Pero nos ha unido”, asegura Motos en el podcast Tengo un plan. “Creo estamos más finos que nunca con el programa, estoy muy contento con cómo ha quedado. Estoy muy contento con la audiencia, con los patrocinadores, que nos exigen ser rentables, y , sobre todo, estoy muy contento con la calidad”, añade el presentador.
Durante la extensa entrevista, el valenciano afirma que El Hormiguero que hace ahora mismo no tiene nada que ver con el que hacía en los inicios del formato, hace ahora 20 años. “Yo quería que se notase que quería hacer el mejor programa de la televisión, así que no paraba de jugarme la vida... Un día volaba en un caza y estaba enfermo tres días porque me habían puesto a 4G, otro día me bañaba con 400 pirañas... y me parecía que todo tenía que explotar. Si ves los 'hormigueros' del primer año es muy raro que haya un programa donde no hay explosiones de algo, porque me parecía que cuando las cosas explotan, mola. Al principio todo era muy a lo bestia, que fuese un programa grande. Ahora quiero sea un programa que te apetezca ver, en el que te apetezca estar, y te vas a llevar algo que no sabías, interesante, y probablemente te vas a reir un par de veces”.
“Si fracasaba 'El Hormiguero' arruinaba a mi familia”
Sin embargo, el verdadero cambio para Motos llegó cuando asumió personalmente la producción de El Hormiguero, que durante los primeros años corrío a cargo de Gestmusic. Según el presentador, la productora original “no hacía más que putearme” con cosas del tipo “tangarme dinero diciéndole a la gente que no le pagaban un taxi o un DVD”, así que en 2007 decidió fundar su propia compañía, 7 y Acción, junto a Jorge Salvador y hacerse con el control total del programa.
“Nos metimos en El Hormiguero, que es un nido de mucho dinero, y no había opción de fracasar. Cuando no tienes una segunda opción, no hay opción. Si fracasaba con El Hormiguero arruinaba a mi familia y a la siguiente generación, porque nos metimos en un crédito muy grande. Sufrí como un perro, tenía tics en la boca, cerraba un ojo, me salían granos de repente por los nervios y el miedo... Era el peor presentador de la televisión seguramente, pero el nivel de esfuerzo que tenía era de 100, y mi socio se ríe ahora conmigo porque, por lo visto, un día le dije que íbamos a hacer historia y él, que había hecho Crónicas marcianas, que había estado con Arús y tal, se fue a Barcelona pensando que yo era gilipollas. Y aquí estamos”.
Ahora, El Hormiguero es uno de los programas más veteranos y vistos de la televisión actual. Un formato de éxito que, como tal, ha despertado el interés de cadenas y productoras de otros países. Sin embargo, en ninguno de ellos ha funcionado la idea. “No tira bien porque se basa mucho en mi personalidad. Es una putada porque el formato es estupendo, pero si lo piensas, el formato no tiene ningún sentido; voy de un lado a otro porque sí”, asegura Motos, que aun así reconoce que Nuria Roca lo hizo “estupendamente” cuando le sustituyó algunos días durante la pandemia. Una medida excepcional y que, salvo giro inesperado de los acontecimientos, no volverá a repetirse, pues Motos deja claro durante la entrevista que no piensa jubilarse. Por tanto, el próximo curso seguirá como hasta ahora, peleando en el access prime time.