Paolo Vasile se despide de María Teresa Campos y recuerda su desencuentro: “Me llamó gilipollas en directo, tenía razón”
Paolo Vasile ha querido recordar a María Teresa Campos en el fallecimiento de esta, a los 82 años. El que fuera consejero delegado de Mediaset España ha rememorado la relación que mantuvieron a lo largo de su vinculación profesional y personal, con varios altibajos.
En declaraciones concedidas a ABC, el italiano recuerda a la periodista en estos términos: “Ella tenía un carácter fuerte, como yo. Por eso la entendía muy bien. Era impulsiva y reflexiva. Pero el pronto le duraba poco porque no era una mujer rencorosa”.
Vasile la considera “una pieza fundamental de la televisión de estos últimos cincuenta años”. “Es como decir que marcó nuestras vidas. Era una mujer fuerte, valiente, estupenda. Y no lo digo porque haya muerto, sino porque su carrera lo demuestra: tenía una gran capacidad de trabajo. Su pérdida me deja triste, la llevo en el corazón”, agrega el empresario, desvinculado desde el pasado diciembre de la compañía a la que lideró durante 23 años.
“Me llamó gilipollas en directo, siempre pensé que tenía razón”
De hecho, uno de los puntos más comentados durante este largo periodo fue la salida, y posterior vuelta, de Campos a Mediaset, después del final de Día a día. En su nueva casa en Antena 3, la malagueña de adopción: “¡Has perdido seis puntos, gilipollas!”, exclamó en un recordado arrebato contra su exjefe. “Me llamó gilipollas en directo. Lo entiendo. Siempre pensé que desde su punto de vista tenía razón. Luego, con el tiempo, todo se calmó y ella volvió a la cadena”, recuerda Vasile.
El productor pone en valor “su don para dialogar con la gente humilde y con los poderosos al mismo nivel”, y afirma que “no tenía miedo al poder”. “Ella no era una 'maruja', era una abuela, como yo, con lo que eso supone de bonhomía, de actitud frente al mundo”, añade el romano que manda un mensaje de apoyo a las hijas de la fallecida, Carmen Borrego y Terelu Campos: “Las quiero mucho y las acompaño en este momento de dolor. Ya sé que es ley de vida, pero no deja de ser muy duro. María Teresa deja una huella imborrable”.
