Víctor Clavijo es 'El Marqués' en la serie del crimen de Los Galindos que recrea “la España que agoniza y la que nace”

Marcos Méndez

Telecinco estrena la noche de este miércoles 22 de mayo (22:50 horas) El Marqués, su serie de seis capítulos sobre el crimen de Los Galindos que inicia la a priori doble apuesta que Mediaset tiene preparada para el mediático caso que atemorizó a España en el año 1975. Decimos “a priori” porque la apuesta al final ha cambiado: el estreno de la ficción vendrá acompañado por un programa especial en plató llamado La verdad de Los Galindos en el que la cadena “aportará todas las claves de este crimen” y que se emitirá de 0:15 a 1:25 horas; y veremos si en el futuro llega a Telecinco la docuserie en formato true crime llamada Los Galindos que sirve para documentalizar el caso tras haberlo ficcionado, que se lanzará en Amazon Prime Video.

Invertirá así el orden de producción, que como explicó Mediaset fue del libro escrito por Juan Mateo Fernández de Córdova -el hijo de los marqueses- a la docuserie producida por Fénix Media, y más tarde y por otro lado la apuesta de ficción a cargo de Unicorn Content. De esos dos proyectos principales, el nexo de unión fortuito (además, por supuesto, del grupo y la cadena) es Víctor Clavijo.

El actor interpreta en la serie al marqués Rafael Pertierra y Medina, y encabeza junto a José Pastor (que encarna a un joven periodista llamado Onofre que regresa a su pueblo para escribir un artículo sobre el suceso) una historia que se mueve en dos líneas temporales con un elenco que engrosan Paco Tous, Juan Fernández, Lara Grube, Laura Baena, Cintia Ramírez, Óscar de la Fuente o Joaquín Núñez. Pero además, Víctor Clavijo también será el narrador de la docuserie, la voz en off que irá contando el true crime Los Galindos que llegará a Amazon Prime Video.

Hablamos con el intérprete sobre este doble reto, y nos explica que fue “una casualidad absoluta” que le ha permitido afrontar un papel con el que siente que saca “otro registro que no había trabajado hasta ahora”, e incide en el significado entre líneas que subyace de la historia: “Es la España que agoniza y la España que nace”, representada en sus dos protagonistas.

¿Cómo afrontaste ser el protagonista de la serie, y a la vez el narrador de la docuserie?

A mí me encanta, pero ha sido una casualidad absoluta, no estaba planeado. Primero me encontré en la estación de tren a Pepa [Sánchez-Biezma, la directora de la docuserie] y me contó que estaba rodando el documental, dos semanas después me llamaron para hacer el casting de la serie, y pensaba que tenía que ver una cosa con la otra. Pero no tenían nada que ver. Hice el casting en casa de Begoña [Álvarez, creadora de la serie], que además fue larguísimo. Una semana más tarde me dijeron que me habían cogido para la serie, y al ser otra productora entendí que no tenía nada que ver, pero Pepa me llamó dos semanas más tarde para decirme: “Te acuerdas que nos vimos en la estación, ¿te importaría hacer la voz en off?”, y le respondí: No te lo vas a creer, voy a hacer la serie. No lo sabían ni unos ni otros.

¿Llegaste a preguntar si había algún problema?

Sí claro, pregunté sabiendo que por encima de todo estaría la cadena, que era quien decidía si sí o si no. Siendo la misma cadena, entendía que no había ningún problema. Y así fue.

¿Te sirvió uno para preparar el otro?

Primero grabé la locución, la narración del documental, y luego grabé la serie. Me ayudó mucho, porque a raíz del documental pude ver un corte de vídeo del personaje, porque yo había buscado y en internet no había vídeos, sólo un par de fotos de la época que yo decía: de perfil sí puede tener un aire a mí, así delgadito, enjuto... Pepa me pasó una entrevista muy breve que me permitió oír cómo hablaba y se expresaba, y qué manera de actuar tenía. No he hecho una imitación, porque era peligroso y te podías ir a un cliché que te encorsetaría y pondría difícil salir de él. Y porque tampoco era necesario, ya que el público no tiene ere referente, no era un personaje mediático ni muy conocido. Pero sí me sirvió para pillar el espíritu de cómo se expresaba, la arrogancia y chulería con la que hablaba y con la que se comportaba delante de la cámara.

¿El hijo no te podía contar cómo era el padre? ¿Cómo lo has preparado?

Yo con el hijo no tuve ningún contacto. Solamente leí el libro, que ya hace un retrato bastante concreto y preciso. Fue entre el libro y el documental, aunque yo no vi las imágenes sino que leía los textos, pero me daban claves muy interesantes. Al final tienes que ajustarte a la visión que el guionista, en este caso Ignacio del Moral, da sobre el personaje, más que a lo mejor lo que él fuese en realidad. Quizás hablar con el hijo me podría haber creado un conflicto, porque él me habría podido contar un matiz que no tendría mucho que ver con lo que creamos. Así que prefiero ceñirme al guion y trabajar mi imaginación, a ajustarme demasiado a la realidad.

¿Cómo fue el rodaje de la serie? La trama tiene mucho dramatismo...

Sí, pero fue muy cómodo y fácil al mismo tiempo. Esto se dice siempre, pero es verdad: el equipo fantástico, tanto el artístico como el técnico, y tuvimos muchos ensayos y con tiempo de antelación, cosa que no suele ser habitual en televisión, con lo cual teníamos ya muy clara la dirección y el devenir de los personajes. A la hora de poner en pie las escenas, más o menos ya sabía cada actor qué es lo que tenía que hacer, qué tecla tocar de su personaje para sacar qué emoción, qué registro o qué matiz. Nos permitió no perder tiempo prácticamente en eso, y enfocarnos más en la puesta en escena y la interpretación. Por eso fue muy cómodo, muy fácil, y el reparto pues fantástico. Por ejemplo con Óscar de la Fuente, que rodamos mucho juntos, nos entendemos a las mil maravillas, es un actor estupendo y un tío al que le he cogido muchísimo cariño. Y lo mismo con Lara Grube o con Juan Fernández, que con ellos es la trama más familiar y salen otros matices del personaje. De hecho yo a veces lo veo y digo: ¿Quién es ese señor del bigote? [ríe].

¿Te despegas tanto del personaje?

Sí, y no sólo por lo físico. De repente digo: ¿Este pavo quién es? Me falta verlo en blanco y negro, pero soy yo, evidentemente. Y no solamente por él, sino también por la interpretación, en la que he trabajado con mi andaluz, que el mío es más suavecito y neutro, pero como él era de Sevilla me he permitido sacar el andaluz, y en él hay más matices y más riqueza que en el castellano neutro. Hemos abordado todos un andaluz bastante neutro, intentando no meter ni mucho ceceo ni mucho seseo. Muchos actores no somos de Sevilla, somos de Málaga o de Cádiz, y por así decirlo “unificamos” para que fuese un acento andaluz neutro. Pero en la manera de hablar del personaje hay unos colores que yo en mi vida no utilizo, mucho más expresivo, más rimbombante. Y para mí ha sido un gusto poder hacerlo porque me saca otro registro que no había trabajado hasta ahora.

Prefiero ceñirme al guion y trabajar mi imaginación, a ajustarme demasiado a la realidad

Además de retratar el crimen, ¿qué cuenta de la España de la época la serie?

Es la España que agoniza y la España que nace. Es la España que representa el Marqués, que se enfrenta al final de una época con todo el miedo de qué va a pasar, qué nos va a venir encima ahora, el miedo de perder los privilegios, a la España nueva que viene, que no sabe si llega con espíritu revanchista. Mi personaje pertenece a una generación que ha crecido con el miedo al comunismo, a la colectivización de la tierra, considera que todo esto fue lo que trajo a España la ruina y la Guerra Civil. Ellos lo ven desde el lado del vencedor, se cuentan a sí mismos la Historia así, y piensan que la España que va a venir va a ser el caos. Con toda la incertidumbre que eso conlleva, tienen ese miedo. En la serie, las tramas de 1975 y 1977 transcurren paralelas, pero en el 75 personajes como el mío todavía están en la élite, por así decirlo, y en el 77 ya se ve que ha perdido un lugar de privilegio.

¿Eso también lo has preparado?

Sí, para eso me sirvió mucho un documental que es maravilloso, que habla de esa época, que se llama Después de... No se os puede dejar solos. Es sobre el año 1978, y es todo entrevistas a pie de calle, a gente, sobre la legalización del aborto, la legalización del Partido Comunista... pues el miedo que había en la España de derechas, y la esperanza de la España de izquierdas. Ves todos los tipos humanos de la época, y ha sido una fuente de inspiración también para generar mi personaje.

¿Tienes tu propia teoría del caso?

Sí, y es la de la serie [ríe]. Pero no puedo decir nada, porque es hacer spoiler.

Con la docuserie se te va a ver una faceta quizás menos conocida, pero también muy trabajada, como es el doblaje.

Estudié doblaje cuando llegué a Madrid, con uno de sus pioneros en España además, que se llama Salvador Arias. Mientras estaba en la Escuela de Arte Dramático, estudiaba con él. Trabajé en doblaje al acabar mi formación actoral, pero al empezar en televisión ya me era imposible acudir a los estudios. He vuelto a recuperar el doblaje, por así decirlo, hace cuatro años, con películas por ejemplo doblando a Adam Driver en Annette, y he hecho muchos audiolibros.

Y en Twitter has encontrado una vía exitosa para tu voz también.

Ahí lo hago gratis [ríe]. Es algo que me permite hacer cosas creativas, más allá de promocionar mi labor de doblaje.

Ficha técnica

'El Marqués' es una serie producida por Mediaset España en colaboración con Unicorn Content; creada por Begoña Álvarez e Ignacio del Moral, también guionista junto a David Planell; y dirigida por Begoña Álvarez y José Ramón Ayerra.