‘Pasión de Gavilanes’: las 5 claves de la 'Pretty Woman' de las Telenovelas
Por Betty M. MartínezBetty M. Martínez
“¿Quién es ese hombre que me mira y me desnuda?…” Cuando suena esa canción es inevitable pensar en los hermanos Reyes, que acaban enamorados de las hermanas Elizondo, a pesar de que previamente habían jurado destruirlas. Sí, se trata de ‘Pasión de gavilanes’, una de las telenovelas que más repercusión ha tenido en los últimos años y también una de las más repetidas. Y con éxito. Cada vez que la mencionada canción suena anuncia una nueva reposición y por más que todos digamos “¡otra vez!”, al final volvemos a caer en los brazos de los hermanos Reyes.
¿Qué hace de ‘Pasión de Gavilanes’ la “Pretty Woman” de las Telenovelas? ¿Y que el público la siga viendo una y otra vez? ¿Por qué los programadores siguen apostando por una telenovela de hace una década en vez de recurrir al amplio catálogo de nuevas propuestas que presentan cada año Televisa, Telemundo o TV Azteca? Intentemos encontrar una respuesta a esas preguntas.
1. Una historia de amor al cubo
Toda telenovela parte de una premisa básica: chica conoce a chico, se enamoran, se enfrentan a todo y a todos y al final acaban juntos. ‘Pasión de Gavilanes’ cumple ese requisito, pero le añade un plus. No estamos ante una historia de amor, sino ante tres y, además, son tres romances totalmente distintos. ¿Qué consigue con esto? Generar un triple interés y triplicar las tramas. Si una pareja te resulta aburrida, sigues viendo la telenovela porque la otra sí te gusta. Si unos están preparando su boda, los otros están tirándose los platos a la cabeza. Se multiplican las tramas y también las oportunidades de captar la atención del espectador.
La verdad es que los guionistas fueron muy hábiles al diseñar los romances porque son todos completamente distintos. Por un lado tenemos a la pareja A. Juan y Norma son el ejemplo de la pareja tradicional. Guapos, románticos, dulces, destinados a estar juntos, pero con todo el mundo en contra. Son tan típicos y tópicos que a veces llegan a empalagar, pero en ese caso podemos optar por nuestra pareja B.
Óscar y Jimena son impulsivos, apasionados, un poco inconscientes y los primeros en ponerse el mundo por montera. Con sus más y sus menos han sido la pareja más estable de nuestro triplete y en alguna ocasión se ha echado de menos algún tercer@ en discordia de peso para generar un poco de controversia.
Pero si queríamos un tercero en discordia con garra teníamos a nuestra pareja C. Franco y Sarita son los responsables, serios, formales y los que nos tuvieron un mayor número de capítulos a la espera de que se decidieran a dar el paso que los espectadores deseábamos desde el minuto cero. Quizá ha sido la pareja más aburrida, pero ya tenían a Rosario Montes para darle sal a la relación.
2. Los hermanos Reyes
Pero si crear tres historias principales ya era garantía de éxito, un buen elenco era la guinda y los responsables del casting, desde luego, pensaron en los gustos de los espectadores a la hora de seleccionar a los actores. Bueno, la verdad es que creo que pensaron sobre todo en las espectadoras.
Mario Cimarro, Juan Alfonso Baptista y Michel Brown quizá nunca sean candidatos a un Óscar y, en algún caso, es probable que la categoría de actor les quede un poco grande, pero, desde luego, se han ganado un lugar en la mente de millones de mujeres. Son tres estilos totalmente diferentes y, una vez más, (siento ser tan repetitiva pero los hechos son los hechos) era prácticamente imposible que no cayeras rendida a los pies de alguno de ellos. Recuerdo que en plena fiebre gavilanera una de las preguntas más repetidas era ¿y a ti cuál te gusta más? Recuerdo, incluso, alguna discusión de cafetería que dejaba en anécdotico cualquier debate futbolero de bar después de un Barça – Madrid. Eso sí que era pasión.
Por cierto, espero que alguien se haya encargado de felicitar a quien se le ocurrió la idea de que los galanes se sacaran la camiseta a la menor oportunidad porque marcó un antes y un después. Desde entonces es casi imprescindible que los galanes se quiten la camisa en un alto número de escenas. No sé qué les habrá parecido a los actores, pero a las espectadoras nos ha parecido un cambio maravilloso.
Si hemos hablado de ellos, también hay que hablar de ellas. Y la verdad es que no salen tan bien paradas. Danna García, Paola Rey y Natasha Klauss son mujeres muy atractivas, pero el encargado de vestuario debía odiarlas. Creo que si hiciéramos balance nos saldría que cada una ha lucido cuatro o cinco modelitos en los casi 200 capítulos. Los estilistas debieron dedicar todo el esfuerzo a los chicos, porque ellas, en cuestión de look, no brillaron absolutamente nada. La única que se salva un poco es Rosario Montes, que ha debido estar patrocinada por una empresa de bikinis porque estrenaba varios en cada capítulo.
3. Malos de manual
Si por algo ha destacado Pasión de Gavilanes es porque los malos han sido auténticos villanos.
Los malos por antonomasia han sido doña Gabriela y Fernando Escandón. Han sido el ejemplo perfecto de villanos: ambiciosos, soberbios, engreídos, prepotentes, orgullosos, clasistas… Todo era válido con tal de destruir a los “muertos de hambre” de los Reyes, incluso cuando los tres hermanos ya eran millonarios. Los prejuicios llevados a la primera línea. Gabriela Elizondo era detestable, pero hacía mucho tiempo que no se veía a un malo tan mezquino como Escandón. Quiero aprovechar para pedir disculpas a Juan Pablo Shuk porque durante mucho tiempo fui incapaz de ver ningún trabajo suyo sin recordar este personaje. Hoy reconozco que probablemente sea uno de los mejores actores de esta telenovela.
Pero había más malos. Rosario montes ejemplificó a la perfección como debe ser una tercera en discordia hasta que apareció en escena Víbora, perdón, Dínora Rosales. Si alguien quiere saber cómo se las gasta una villana de la cabeza a los pies, que le eche un ojo a la actuación de Lorena Meritano. Es cierto que en algún momento estaba un poco sobreactuada, pero el personaje es de matrícula de honor.
4. El sentido del humor
Por si todo esto no fuera suficiente para tener una telenovela de éxito, los guionistas dieron un paso más e introdujeron un tercer elemento: el humor. Hace años era impensable que una telenovela tuviera ingredientes de comedia, pero poco a poco ha ido ganando peso. Obviamente el drama sigue siendo la esencia, pero los guionistas han descubierto que en medio de tantos capítulos los espectadores también necesitamos un respiro.
En este caso, el humor lo han puesto los personajes secundarios. Destaca el papel del abuelo don Martín, que, a pesar de estar en una silla de ruedas, ha sido uno de los personajes más activos y el que más nos ha hecho reír. Son inolvidables sus discusiones con “Fernandito” Escandón o sus coqueteos con las cantantes del Alcalá. Don Martín utilizaba el humor, pero hubo más. Imposible olvidar al primo Benito, eterno aspirante a la herencia de la tiíta Raquel. Pero la palma se la llevan los presuntos malhechores Herzog y Rubinski. Han sido lo más ridículo que he visto en años en una telenovela, pero lo mejor es que ellos se consideraban unos grandes hampones. No tuvieron demasiados minutos, pero son absolutamente inolvidables.
5. Las comparaciones son odiosas
Hasta ahora hemos visto por qué ‘Pasión de Gavilanes’ estaba condenada a ser un éxito y muchas de ellas explican por qué los espectadores seguimos cayendo en la tentación una y otra vez. Hay una quinta razón que es totalmente ajena a la producción en sí, pero que quizá explique esa fascinación por los Reyes. Los remakes han sido un fracaso.
Televisa intentó aprovechar el filón de los Reyes y las Elizondo y se sacó de la manga ‘Fuego en la sangre’. Pudo habérselo ahorrado. Fue un desastre. La historia era la misma, pero el casting fue un sinsentido. Adela Noriega se ha quedado atascada en ‘Quinceañera’ y a estas alturas resulta excesivamente ñoña. Pero lo peor, con diferencia eran los Reyes. Con la cantera de actores que tiene Televisa y opta por Eduardo Yáñez, Jorge Salinas y Pablo Montero!!! ¿En serio pretendían que Yáñez tuviera el mismo impacto que Cimarro sin camiseta? Ni siquiera lograron remontar recurriendo a Sofía Vergara. Sí, para quienes no lo sepan, la Gloria Delgado de ‘Modern Family’ tiene un pasado telenovelero.
En España se optó por hacer una serie, ‘Gavilanes’, que empezó bien, pero acabó desinflándose quizá porque se cometieron los mismos errores que en México. Rodolfo Sancho (¿hay algún papel que este hombre haga mal?) y Claudia Bassols cumplieron más que de sobra como Juan y Norma, pero a partir de ahí nada. Norma Ruiz no convenció ni de lejos como Rosario Montes y Fernando Andina, siempre solvente, no fue capaz de transmitir el rencor de Escandón.
Ahora se está emitiendo ‘Tierra de Reyes’ en Telemundo. Veremos cómo resulta esta vez.
Por lo tanto, ‘Pasión de Gavilanes’ ha tenido tal importancia en el mundo telenovelero que ha sido un ejemplo a imitar, aunque el resultado no haya sido demasiado satisfactorio. Lo simpático es que ‘Pasión de Gavilanes’ en sí misma también es un remake. El origen de todo es la colombiana ‘Las aguas mansas’. Cuando la copia supera en popularidad a la original, está todo dicho.
Así pues, ¿por qué ‘Pasión de Gavilanes’ nos sigue conquistando? Porque nos ofrece lo mismo de siempre, pero nos lo han envuelto en un nuevo papel de regalo y porque hay tantos personajes, tantas tramas, tantos matices, que cada vez que la ves te sorprendes al descubrir un nuevo detalle que se te había pasado por alto.
O quizá sea todo mucho más simple y sencillamente nos guste ver a los hermanos Reyes sin camiseta.
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