Antonio José, a mazazos para rescatar a su padre en la broma más angustiosa de la Gala Inocente 2019
La Gala Inocente, Inocente saltó un 28 de diciembre más al prime time de La 1 para poner en aprietos a un grupo de famosos y recaudar el mayor dinero posible para los niños hospitalizados. 1.258.436 euros fue el montante total que la Asociación Inocente pudo recoger en la cita, que estuvo conducida por Anne Igartiburu, Juanma Iturriaga y Jacob Petrus.
Entre las celebrities que las pasaron canutas este año vimos a Antonio José, protagonista de una de las bromas más angustiosas de la noche. Tanto, que el artista estuvo al borde del llanto y a punto de llamar a la policía.
El ganador de la tercera edición de La Voz acudió junto a su padre al taller de un artista que realiza esculturas con “escayolex”, un producto que en el momento en el que cae sobre algún cuerpo se fija sobre él. Tras echar un vistazo a las instalaciones y conocer el método de trabajo del equipo, el progenitor del cantante se desmarcó del grupo para hacerle creer que se le había derramado encima un cubo de yeso y se había quedado atrapado dentro de su propia escultura.
En un principio Antonio José se mostró poco dispuesto a creer que su padre podía estar ahí, pero no tuvo dudas cuando le escuchó hablar. El padre era uno de los cómplices de la broma y hablaba a través de un micrófono desde una sala adjunta.
La inocentada cobró más realismo cuando aparecieron los bomberos y empezaron a estudiar el caso. “Os va a caer un puro”, “esto es surrealista”... decía el artista, cada vez más nervioso y angustiado. Este trató de ponerse en contacto en varias ocasiones con otro familiar que les había acompañado en la visita, y finalmente cogió él mismo el mazo para intentar romper la capa de escayola que supuestamente cubría a su padre.
Ya en los últimos compases, y cuando Antonio José tenía el móvil en la mano para llamar a la policía, se vio sorprendido por el equipo de Inocente, Inocente.
Edurne y la inocentada más surrealista
Algo más inverosímil, pero igual de efectiva, resultó la inocentada a Edurne. La artista acudió a una reclamación por posible plagio musical y acabó descubriendo que posee los poderes sobrenaturales que una profecía tibetana anuncia desde hace siglos.
“En un día, con una canción suya, hemos conseguido avanzar en meditación lo que no se había conseguido en siglos”, le dijo uno de los enviados del Dalai, que probó con ella misma sus poderes. “Esto me está dando mal rollo”, confesó la cantante al comprobar que con su conexión con uno de los monjes se podía levitar.
El surrealismo de la broma alcanzó su máximo cuando se llevaron a la jueza de Got Talent a hablar con el Dalai, y tuvieron que evacuar la sala porque unos “vampiros energéticos” iban a secuestrarla.