El que hasta su inesperada salida fue presentador de Informativos Telecinco, David Cantero, ha cambiado este martes de cadena para ir a la que era su gran rival, Antena 3. El periodista ha acudido como invitado al programa Y ahora Sonsoles, donde ha compartido detalles inéditos y profundamente personales sobre su infancia marcada por la dictadura franquista, y también ha hecho un repaso a su trayectoria profesional.
Sonriente y visiblemente emocionado, Cantero ha hecho su entrada en el plató abrazándose con la conductora del magacín de Antena 3. La conexión entre ambos ha sido evidente desde el primer momento, marcada por gestos de cercanía y confianza. Durante la entrevista, Sonsoles Ónega ha querido indagar en los inicios profesionales del comunicador, quien no ha dudado en sincerarse y compartir sus primeros pasos en el mundo de los medios.
Desde pequeño, su pasión por las cámaras fue innegable y, aunque su primer impulso fue ser policía, pronto se dio cuenta de que su vocación estaba en el periodismo. “No conseguí superar las pruebas médicas, por lo que al final tiré por periodismo, a pesar de que no lo tuve fácil. Mis padres no estaban de acuerdo con la elección, pero yo tuve clarísimo que quería dedicarme a esto”, ha afirmado.
Su infancia marcada por el drama familiar
Acostumbrado a relatar las noticias desde el frente o el plató, David Cantero ha sido testigo y narrador de miles de historias ajenas. Sin embargo, pocas veces ha hecho pública la suya. Su infancia estuvo marcada por un descubrimiento temprano e inesperado: siendo apenas un niño, supo que su padre llevaba una doble vida. Cantero era fruto de una relación extramatrimonial, una revelación que marcó sus primeros años y que hasta ahora ha mantenido al margen del foco mediático.
Su padre era un militar que, pese a tener una familia con cuatro hijos, se enamoró de su madre perdidamente. “Se enamoraron como bestias en el aeropuerto, vine yo y se lía gordísima”, ha recordado. El presentador fue un hijo que no esperaban y durante aquella época, en plena dictadura, tener hijos fuera del matrimonio era un escándalo. Por eso, el padre de Cantero decidió poner tierra de por medio, marchándose a la guerra.
“Durante la dictadura de Franco, una mujer que asaltaba un matrimonio era considerada una furcia”, ha señalado, “yo fui un bastardo para el régimen, no tenía tarjeta de Seguridad Social”. No fue hasta cinco años más tarde cuando su padre volvió y pudo abrazarle por primera vez: “Cuando regresó, siempre he creído que mantenía una doble vida, hasta que vino a vivir con nosotros”.
Durante aquellos años, David Cantero nació con una ausencia paterna que marcó su infancia y que narra en su libro El hombre del Baobab. De hecho, hasta los siete años no supo que tenía hermanos. Sin embargo, con la llegada de la democracia ambos pudieron vivir su amor libremente y se acompañaron hasta el final de sus días.