'Maestros de la costura 6' expulsó a su 'villana' tras confesar los conflictos con otra compañera en la convivencia

Julia e Iker en 'Maestros de la costura 6'

Paula Hergar

La tercera gala de Maestros de la costura 6 tuvo en el punto de mira desde el inicio a Julia. La aprendiz que se había definido como complicada en el trato y de pocos amigos, fue la expulsada de la noche.

En el primer reto ya confesó haber tenido “rencillas” en la convivencia con Soraya: “Hay gente con la que me cruzo por la casa y no la saludo. Me refiero a Soraya por comentarios ofensivos”, explicó. Mientras la compañera quitaba hierro al asunto: “Tenemos mucho carácter, me sentí atacada y le contesté. Pero tampoco es nada grave”.

Eso le causó la primera advertencia de Raquel Sánchez Silva que pidió a Julia que fuera cordial con Soraya porque el silencio es un castigo muy grave.

Desde entonces, Julia estuvo incómoda en el programa, haciendo una prueba de exteriores regular y empeorando el resultado en la de expulsión, que acabó con su salida.

Primera prueba con el brillo de las inesperadas

Para la primera prueba, los aprendices imaginaron estar de celebración para confeccionar un look apto para una graduación o un baile de promoción. Los aprendices tuvieron que demostrar todo su potencial y su creatividad en este trabajo.

Aprovechando que no existe un protocolo respecto a estos eventos, cada uno apostó por hacer algo más ponible o más potente, pero siempre sencillo, sobrio y elegante.

Llegado el momento de la valoración, las prendas que más gustaron fueron el traje “complejo” de Íker; el vestido bien rematado de Ángel; el vestido “muy bien trabajado” de Cristian; y el vestido satisfactorio de Mima; el vestido de Erik.

Mientras que la peor parte se la llevaron las dos prendas “arriesgadas y de sport” de Ana; el vestido de Mario que ni se sostenía, el “poco favorecedor” de Soraya, el de Yichan y el “mal proporcionado” de Almudena; y la buena idea de vestido de Julia pero “técnicamente terrorífico” que, además, disgustó en exceso a Caprile por la cantidad de tela derrochada.

De esta forma, Mario fue señalado como el peor de la prueba y el de Cristian como el mejor “por diseñar el vestido que no pudo hacer de joven”. Mientras que Yichan y Julia se llevaron un delantal negro por desperdiciar tejido.

Una de las prueba de exteriores más estresantes

Los aprendices y el jurado se trasladaron hasta la Gran Vía de Madrid donde se adentraron en el universo de la firma Scalpers, que comenzó vendiendo corbatas a domicilio. Allí tuvieron que replicar un look en 3 tallas diferentes, en 150 minutos.

Para simultanear pedidos se dividieron en dos equipos: Cristian capitaneó a los verdes compuestos por Almudena, Julia, Erik, Mario e Íker, mientras que Ángel lo hizo de naranja con Soraya, Ana, Yichan y Mima. Esta fue la última escogida y eso provocó sus lágrimas: “No siento que mis compañeros valoren mi trabajo”, lamentó.

La primera bronca de Caprile estuvo dirigida a los naranjas por el desperdicio de tela. Algo que causó tensión en el capitán que empezó a gritar a sus compañeros: “Si quiere que trabajemos bien que no nos grite”, lamentaban. Y, aunque los verdes llevaban mejor ritmo, Cristian se derrumbó: “Estoy totalmente colapsado de la tensión tan grande y esto me viene grande”, confesó ante los ánimos de sus compañeros.

Acabado el tiempo, ninguno entregó los trabajos deseados. Los jueces criticaron a los dos jefes de taller. Así como el trabajo de los dos equipos que fue insuficiente. Aunque los verdes habían entregado más prendas y se alzaron como ganadores.

Prueba de eliminación con la rendición de Julia

En la prueba de expulsión, Julia, Ángel, Ana, Iker, Soraya y Yicha regresaron con los mandiles negros para enfrentarse a la ropa interior femenina a medida, una prenda en la que era importante pensar tanto en la comodidad y como en la salud de quien la lleva puesta.

Durante la elaboración, todos probaron sus prendas en las modelos y fueron viendo la evolución de cada apuesta. Pero la que peor lo llevó fue Julia por estar más nerviosa que nunca y tener más dificultades: “Mira que no, que se ha vuelto a descoser entero. Que en mi casa estoy muy a gusto”, comentó pero los compañeros le pedían que no se rindiera.

Terminado el tiempo, el look sport de Iker no convenció por no ser ropa interior; el body de Soraya no estaba ajustado; la apuesta casual de Julia fue una “trampa” porque no entendió la prueba; el corsé de Ana gustó por “pulido”; el body de Yichan mostró su “gran evolución” y Ángel también convenció por los “detalles sofisticados”.

Por todo ello, y como se lo olía ella misma, los jueces sentenciaron: “El aprendiz que no continúa en el taller es Julia”. Así se marchaba la “villana” de la edición, como ella misma se definió, aunque la realidad es que dejaba atrás a muchos compañeros que lloraron su salida.

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