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Sonia Ferrer recuerda en 'Espejo Público' el “chantaje” de una revista para posar semidesnuda: “Era una práctica habitual”

Sonia Ferrer, en 'Espejo Público'

Redacción verTele

Al hilo del caso Luis Rubiales, otras profesionales de la televisión y medios de comunicación han hablado públicamente sobre otras situaciones en las que se sintieron en una situación de abuso de poder por parte de otros individuos o instituciones. Sin ir más lejos, Berta Collado ya habló de su experiencia con un directivo de un club de fútbol durante la grabación de un reportaje televisivo.

Poco después, era el turno de Sonia Ferrer, quien en su caso se ha pronunciado abiertamente contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y que ha hablado de una experiencia personal. A través de redes sociales, la presentadora reflexionaba sobre el beso a la fuerza del máximo dirigente futbolístico: “Los que nos meten mano y fuerzas besos en momentos de euforia, ¿sabéis qué nos hacen en momentos de ira?”. Tras una respuesta de un tuitero, que trataba de desacreditarla recuperando una antigua portada de Interviú en la que aparecía desnuda, Ferrer respondía que “esa portada fue el resultado de un chantaje”.

Este martes, en Espejo Público, la colaboradora del espacio hablaba en detalle sobre este hecho. “Creo que no hubiera pasado nada si yo hubiese querido hacer estas fotos”, decía, poniendo el foco en el hecho de que se le reste valor a sus opiniones sobre igualdad por haber posado semidesnuda. Sin embargo, el interés estaba en lo que comentaba sobre la relación con la revista mencionada.

Sobre su portaje: “En esa época era una práctica habitual”

“Yo esto del chantaje lo he dicho en algún programa de televisión a lo largo de los años. En Twitter a veces parece que tiene más repercusión que lo que decimos en un plató de televisión”, reconoce Ferrer, que afirma en “en esa época era una práctica casi diría que habitual”.

“Lo que no he incluido en el tuit, porque había que dar muchos detalles, es que yo ya tenía denunciada a la revista por unas fotos en topless que publicaron. Sabía que era difícil ganar a menos que hubiese sido en un espacio totalmente privado”, agregaba.

En esa época te sentías un poco privilegiada porque, en lugar de publicarlo sin más, te llamaban y te daban la alternativa. Te decían: 'Tenemos estas fotos. No sales nada favorecida, son un cuadro. Aunque te hayas intentado esconder, te hemos pillado, y para no publicarlas, te ofrecemos la posibilidad de hacer una portada estupenda. Las fotos van a estar muy cuidadas, divinas y maravillosas'. Y tenías la opción sobre la mesa”, comentaba, poniendo el énfasis en que en las imágenes que le tomaron los paparazzis aparecía con su madre.

Ferrer recuerda que, además, esa clase de portadas no eran bien vistas “según donde trabajases” y “también se te exigía un cierto decoro”. “Ante la elección de lo malo o lo menos malo, elegí la portada”, agrega la televisiva, que recuerda que “en esa época, [el chantaje] no escandalizaba”. “Muchas portadas de estas revistas se conseguían así”, apuntó Nando Escribano, también presente en la tertulia.

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