La cobertura que TVE prepara para la boda de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz deja temblando a los más expertos realizadores. Vean, vean: 200 cámaras de televisión –el doble de las que usó Pilar Miró en la boda de Elena y Jaime de Marichalar en Sevilla-, 1100 profesionales, 22 realizadores y 160 quilómetros de cable. Dentro de la Catedral de la Almudena habrá, nada más y nada menos, que 59 cámaras, 29 de las cuales son robotizadas. Otras 88 estarán desplegadas por las calles de Madrid. Es verdad que las previsiones de audiencia aseguran que verán la ceremonia alrededor de 1.200 millones de personas de todo el mundo, doce de las cuales españolas, y que la retransmitirán alrededor de 160 canales de televisión . En los cinco continentes. Desde canales del norte de Africa a los japoneses NHK, NTV, pasando por la faraónica CCTV de China, la CBC canadiense o los canales hispanos de Estados Unidos. Tampoco faltará la BBC, la RAI o las alemanas ZDF o ARD que han movilizado amplios equipos que estarán en Madrid y que utilizarán la señal institucional que proporcionará TVE además de disponer de imágenes propias para enriquecer su retransmisión. ¿Cuánto costará la Boda televisada a los contribuyentes españoles? Pero todo este despliegue cuesta dinero, mucho dinero, que no se va a rentabilizar y que va a pasar a engrosar el déficit de RTVE. Nadie ha sabido responder a la pregunta de cuánto costará la fiesta televisada. Los actuales responsables de RTVE han alegado que todo el dispositivo estaba ya previsto y pactado desde diciembre de 2003 y Carmen Caffarel, Directora General, preguntada por los periodistas, no supo adelantar ninguna cifra del coste del operativo. Pero este tema no es baladí. Estamos hablando de una cuestión central: los dineros que cuesta TVE a los contribuyentes. ¿No podía haberse hecho una boda muy digna con la mitad del personal y la mitad de cámaras? Fíjense en los datos: la infanta Elena tuvo 100 cámaras en Sevilla; Cristina e Iñaki Urdangarin, en Barcelona, 160. Ahora, a Letizia y el Príncipe Felipe les tocan 200. ¿Cuándo acabará la escalada de cámaras? TVE ofrece la garantía de un trabajo bien hecho. Lo avala el Director del evento, Javier Montemayor, que es uno de los mejores realizadores de directos de este país, pero debe abrirse una profunda reflexión sobre el pozo sin fondo económico de este tipo de acontecimientos y de la cobertura –extensión e intensidad- que una televisión pública debe dedicarles. En un momento en que el “Comité de Sabios” y la sociedad entera reflexiona sobre el modelo de televisión pública que queremos, no es de recibo que desde hace días este país esté paralizado por la Boda Real, que los presupuestos televisivos que se le dedican sean estratosféricos, mientras que –por ejemplo- la ampliación europea y las elecciones que se acercan no aparezcan apenas en los programas de televisión. Intuitivamente creemos que buena parte de los españoles no se han enterado de que la Unión Europea ya cuenta con 25 países, y la mayoría no sería capaz de dar un dato preciso sobre los comicios europeos, lo que en ellos nos jugamos y la trascendencia que tiene para los ciudadanos españoles. En buena parte porque las televisiones públicas dedican treinta veces más tiempo a la Boda real que a este tipo de actualidad política. Definitivamente, algo funciona mal en España. El nuevo equipo de RTVE debe tomar nota y dar muestras fehacientes de que el camino hacia la madurez democrática pasa también por cambiar los contenidos de la televisión. Que ya no vale lo de echar la culpa a los anteriores. Eso sí, los directivos de TVE explicaron en rueda de prensa que, una semana después del enlace, tienen previsto editar un DVD con la selección de las mejores imágenes de la Boda. El DVD, que será el único con “material autorizado”, costará 5.95 euros y, en un ataque de generosidad, todos los beneficios irán destinados a las víctimas del 11-M. ¿A alguien se le podía haber ocurrido que los beneficios sirvieran para atenuar el “agujero negro” económico de RTVE? Ya solo falta que al Ente se le ocurra asumir iniciativas en las que releva al aparato del Estado y que corresponden a las Administraciones públicas.