El narrador estrella de la TV brasileña carga contra Neymar
La selección brasileña masculina de fútbol está siendo una de las grandes decepciones de los Juegos Olímpicos. Después de dos partidos disputados, la 'canarinha' apenas suma otros tantos puntos, cosechados tras sendos empates a cero ante dos selecciones muy inferiores, al menos a priori, como Sudáfrica e Iraq.
El combinado capitaneado por Neymar, aspirante al oro al inicio del torneo, no solo no está viendo puerta, sino que además está ofreciendo una imagen muy pobre sobre el terreno de juego. Una imagen ofrecida, además, ante su propio público, que ya ha empezado a alzar la voz y a mostrarse muy crítica ante el rendimiento de su equipo.
Pero si la hinchada está disgustada, aún más lo están ciertos periodistas. Sobre todo Galvão Bueno, narrador de la televisión brasileña y uno de los periodistas deportivos más veteranos y reputados de Brasil. Tras la finalización del encuentro, Galvão presentó un programa especial en Globo, cadena que emitió el choque en abierto en la televisión carioca.
El periodista acusa a los jugadores de no ser profesionales
Se trataba de una especie de tertulia, con los colaboradores sentados de una forma similar a 'El Chiringuito de Jugones', en la que pretendían analizar lo que había dado de sí el partido de ayer ante Irak. Pero antes del análisis, Galvão conectó con el reportero a pie de campo, que informó que mientras la afición vitoreaba a los jugadores de Irak, los brasileños se fueron al vestuario sin atender a la prensa, incluído Neymar, jugador estrella y capitán del equipo. Y fue entonces cuandoGalvão explotó.
Con el legendario Ronaldo como testigo de excepción, el periodista empezó diciendo que “los millones de personas que están en casa tienen derecho a escuchar a su ídolo, al jugador que juega con la camiseta de la selección brasileña”.
Dicho esto, y elevando el tono, Galvão defendió que la actitud de los futbolistas brasileños era “fea, muy fea y no profesional”, y que no era “correcto” que se “salieran y se negaran a hablar”. “Alguien tenía que decirlo” concluyó Bueno ante la mirada de sus colaboradores.