Crítica

'Time Zone', un 'escape room' a lo grande en HBO Max con una narrativa en 'clave Twitch' en la que cuesta entrar

Joana Pastrana y Alberto Rodríguez en 'Time Zone'

Adrián Ruiz

“¡El tiempo es vida!”, advierte Cristinini en el arranque de Time Zone, nuevo reality de HBO MAX que, con su estreno este viernes 14 de julio, refuerza la gran apuesta por la producción propia en entretenimiento que la plataforma de pago está haciendo en nuestro país. Con esta consigna, la conocida streamer -y presentadora del programa- resume a la perfección la esencia de un formato firmado por Zeppelin TV en el que los concursantes tienen un enemigo común en el campo de batalla: el crono.

El expresidente de Uruguay Pepe Mujica afirmó en una de sus lúcidas lecciones que vivimos en “una montaña de consumo superfluo” en la que lo que gastamos es “tiempo de vida”: “Cuando yo compro algo, o tú, no lo compras con plata, lo compras con el tiempo de vida que tuviste que gastar para tener esa plata. Pero con esta diferencia: la única cosa que no se puede comprar es la vida. La vida se gasta. Y es miserable gastar la vida para perder libertad”, reflexionó hace unos años el mandatario en una idea que, de forma paralela, también llegó a plasmarse magistralmente en el cine a través de la película In time.

El tiempo es vida en 'Time City'

En la cinta, el neozelandés Andrew Niccol logró crear un futuro distópico en el que los ciudadanos nacen y crecen con normalidad hasta los 25 años, momento en el que se les concede, en principio, un año de vida más a través de unos relojes que deben controlar para que el contador no llegue a cero y, automáticamente, mueran de forma fulminante.

Por tanto, el dinero desaparece y el tiempo se convierte en la única moneda de cambio. Se materializa así esa idea del “capitalismo darwiniano” en el que “los fuertes” -los ricos- sobreviven y “los débiles” -los pobres- tienen que luchar para no desaparecer. Por ello, las personas poderosas caminan, mientras que el resto corre, ya que no tiene tiempo que perder.

En Time Zone, HBO Max es paritaria y coloca a todos los 'ciudadanos' de Time City (espacio en el que se desarrolla el juego) en el mismo punto de partida, con el mismo tiempo de vida. A través de unos relojes como los del largometraje protagonizado por Justin Timberlake y Amanda Seyfried, se controla el tiempo que tardan los concursantes en llevar a cabo una serie de pruebas. Al final de cada 'nivel', el que menos tiempo acumule en su marcador caerá eliminado de la partida. Eso sí, en el reality ninguno puede ver de cuánto tiempo dispone, por lo que tendrán que hacer cálculos mentales para llevar a cabo sus distintas estrategias.

Un casting dispar con Cristóbal Soria como protagonista

Cuando la compañía anunció el casting de Time Zone, todas las miradas fueron puestas en Alberto Rodríguez, exdiputado de Unidas Podemos, actual líder de la formación canaria Drago y cabeza de lista de Sumar al Congreso de los Diputados por la circunscripción de Tenerife en las próximas elecciones generales.

Llama la atención la participación de Rodríguez en un formato televisivo de este calibre, pero es de justicia recordar que las grabaciones del programa tuvieron lugar hace casi un año, cuando se encontraba retirado de la política después de que, en 2021, le fuera retirado su escaño en el parlamento. El destino ha querido que el lanzamiento del formato le haya pillado en plena campaña electoral, 10 días antes de jugársela en los comicios del 23J.

Y si alguien creía que Alberto Rodríguez iba a tener un perfil bajo en el programa, evitando captar demasiado el foco entre sus compañeros, estaba totalmente equivocado. El ingeniero eléctrico tinerfeño, que desde la primera entrega advierte que ha “venido a ganar”, toma la iniciativa y demuestra su gran capacidad negociadora a la hora de intentar imponer con inteligencia las estrategias que el grupo debe llevar a cabo para resolver cada reto. Rodríguez se moja hasta en la parte más de puro reality del formato, opinando y enfrentándose a sus rivales en interesantes batallas dialécticas que demuestran que este juego se lo ha tomado muy en serio.

Sin embargo, si hay un absoluto protagonista, al menos durante las tres primeras entregas a las que ha tenido acceso verTele, ese es Cristóbal Soria. El colaborador de El Chiringuito, que continúa explorando nuevos caminos catódicos lejos del cortijo de Pedrerol -ya presentó Maribañez en Cuatro y es concursante de Me resbala-, saca a pasear una vez más el animal televisivo que lleva dentro, echándose el programa a la espalda desde sus primeros compases. El andaluz logra encontrar de primeras el equilibro perfecto entre dar espectáculo a la audiencia (provocará más de una carcajada) y desenvolverse con astucia en las pruebas. En definitiva, es quien te mantiene pegado a la pantalla.

Joana Pastrana es otro de los platos fuertes de Time Zone, ya que vuelve a erigirse como una gran estratega. No obstante, chirría su constante reafirmación ante las cámaras, algo que se convierte en repetitivo y cansino después de ver el papel que la boxeadora desempeñó en Traitors, el reciente programa de entretenimiento de HBO MAX (producido por Gestmusic) en el que también participó. El rapero El Chojín, la influencer Alba Paul, la modelo Ángela Ponce, la empresaria Fiona Ferrer, el cómico Antón Lofer, la periodista Susana Yábar y el tiktoker Víctor Pérez completan un casting dispar pero que, en conjunto, termina de funcionar.

Una narrativa necesaria pero a la que cuesta entrar

Time Zone se presenta, pues, como un escape room a lo grande (con estética de videojuego) en el que los participantes deben ir siguiendo una serie de pistas para resolver diferentes acertijos que le ayudarán a resolver una serie de retos. Todo ello, con un tiempo límite que deben administrar (jugando limpio o no) con el objetivo de no ser el que más minutos ha consumido y, por tanto, quedar apeado de la competición.

Se agradece la apuesta de HBO Max (especialmente en estas fechas estivales) por un formato fresco, novedoso, a la par que espectacular, ya que el entorno en el que se desarrolla la partida y las ingeniosas pruebas que se deben superar, atrapan la atención del espectador desde el primer minuto de programa. Todo ello, ayudado de un gran montaje, que sabe jugar con la complicidad de la audiencia y que crea momentos 'cliffhanguer' al final de cada entrega, dejándote siempre con ganas de más.

Sin embargo, para llegar a ese punto de enganche hay que superar, como en el propio programa, ciertos hándicaps. El primero: la gran complejidad de las pruebas, ya que, hay algunos momentos, al principio, en los que no sabes del todo qué está pasando. Está bien que los retos sean difíciles para los concursantes, pero hay algunas secuencias que invitan a coger el mando a distancia y 'rebobinar' para repasar la mecánica del juego.

Para facilitar este entendimiento, el reality tira de Cristinini como narradora de la acción. Y es ahí donde encontramos el segundo escollo. La elección de la catalana es a priori acertada, por perfil, por relevancia mediática y por su vinculación con ese mundo de los videojuegos, un imaginario sobre el que HBO Max quiere desplegar este formato. Sin embargo, se demuestra una vez más que el lenguaje del mundo digital y de Internet no siempre funciona en televisión y puede que al público de Time Zone le cueste entrar, al menos de primeras, en esos códigos narrativos (textuales y visuales) empleados por la presentadora.

Durante cada entrega, Cristinini -llamada la Master of Time en el formato- va comentando desde su centro de control el desarrollo de las pruebas como si lo hiciese a través de su canal de Twitch, lo que saca por momentos al espectador del seguimiento del programa. Eso sí, pasan tantas cosas en cada juego que esa narración 'en directo' de lo que ocurre en los diferentes retos termina ayudando a que no nos perdamos y podamos comprender lo que está ocurriendo.

A pesar de ello, poco a poco uno se va acostumbrando y termina entrando de lleno a las dinámicas del reality. Y aunque hay que hacer un poco de 'ejercicio de fe' en la monitorización de cada cronómetro, la intriga y el interés por ver quién es capaz de vencer al reloj va in crescendo. ¿Quién terminará siendo capaz de ganarle tiempo al tiempo?

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