Buenafuente: “Había cierto bucle de miedo y autocontrol, y se demuestra que la comedia no destruye nada”

Andreu Buenafuente ha vuelto. Nah, es mentira, en realidad nunca se ha ido, lo que pasa es que estaba con otras cosas que no nos dejaban verle tanto en la televisión, y menos a nivel nacional. Con Futuro imperfecto, su nuevo programa para RTVE que la noche de este jueves emite su tercera entrega en La 1, sí recupera esa mayor ventana, y él mismo reconoce que en este momento de su carrera “es idóneo, porque quería trabajar un poquito más los textos, y me pedía semanal”.

Entrevistamos al showman catalán para analizar esa evolución y el momento en el que se encuentra, pero también para cansarle un poquito al tener que responder sobre los dos asuntos que más aburren a los cómicos: el 'que no se puede hacer chistes con nada' y la 'censura/autocensura'. Aunque a él no le aplican: “No sé quién lo decía, esto pregúntaselo al que lo diga...”, nos responde. Donde sí cree que puede influir es en salir de la polarización: “Quitar gravedad y aportar normalidad sería quizá algo interesante en estos momentos”.

Aprovechamos la siguiente entrevista para preguntarle algo que, sinceramente, siempre habíamos querido. No es su opinión sobre el inicio de La familia de la tele (como también hacemos), sino cómo se toma “emancipaciones” de talentos que él ha 'promocionado' como productor, algo que le ha pasado con Évole y Broncano: “Hay que saber irse de los sitios, pero es normal que uno quiera buscar lo mejor económicamente y artísticamente”.

12.8% y 10.8%, sólo superado por 'Supervivientes'. ¿Buen comienzo, no?

[Ríe] Sí, sí... Es que es bastante heroico ir consiguiendo esos resultados, a esas horas y con cosas como Eurovisión [su segundo programa coincidió con la segunda semifinal]. Pero bueno, yo creo que también da solidez de arranque, y luego ya intuyo que nos van a permitir que tenga mejor horario. Es que todo han sido papas, fútbol, Eurovisión... madre mía, cómo va el mundo, ¿eh?

¿Y lo bien que se pone la actualidad para hacer monólogos, qué?

Joder, ya te digo, estamos sobraos.

Llevas desde finales de los 90 conduciendo programas tipo late show. ¿Te cansaste ya un poco de estar sentado, y querías estar de pie en un teatro como en Futuro Imperfecto?

[Ríe] No está mal pensado, no lo he pensado así, pero podría ser. La verdad es que, de arranque, de lo que tenía ganas es de que el programa que hiciera tuviera sentido. Esos lates de mesa, de entrevistas promocionales, los he hecho durante muchos años; y ha sido en los últimos años, sobre todo en unos proyectos para la televisión pública catalana, que también quiero recordar siempre porque ha sido para mí trampolín, donde hice unos especiales en teatro, resumiendo el año. Y ahí dije: hombre, pues esto es lo que me gustaría hacer a mí ahora. Tiene mucha energía, fuerza, y podían crecer, porque sólo era una crónica del año. A partir de esa experiencia nació Futuro Imperfecto, y aquí estamos, de pie.

Está bien que sea una buena época para el 'late a la española', por así decirlo

El tuyo no es el mismo formato que un late al uso, pero ¿cómo valoras esta nueva época de los late shows, aunque ninguno se emita en la franja de late?

Está bien que haya nuevos programas. Siempre fue un género que le costó mucho en España, y lo digo con conocimiento de causa, consolidarse. Nunca hemos hecho, o muy pocas veces y en tramos concretos, la fórmula pura de cierre de programación y dos lates incluso. Lo más cerca que estuvimos fue en Movistar. Vamos oscilando, pero dentro de esa oscilación, lo que veo es que ahora hay más, y bienvenidos sean. Son programas tan antiguos casi como la propia televisión, en cuanto a planteamiento básico, y a mí me parece que está bien que haya más y que sea una buena época para el 'late a la española', por así decirlo.

Me hablas del formato, te hablo yo de la periodicidad. No sé si prefieres, en esta etapa de tu carrera, un formato semanal como este, que te permite también compaginar con la radio y el Nadie sabe nada.

Sí, es un momento de carrera que es idóneo. Es que ya digo, llevo con esto de los lates 25 años eh, porque arranca en el 99 en TV3, con tramos más o menos, y algunas pausas, pero yo creo que la cita diaria es algo que he hecho muchísimo, y quería trabajar un poquito más los textos, y me pedía semanal. Que por otro lado, no es ninguna bicoca, porque los de la tele saben que al final estás currando, no exactamente lo mismo, pero continuamente hay reuniones de guionistas, grabaciones... Quiero decir, que el semanal parece un retiro, y en realidad es otra periodicidad con mucho curro también.

La pública se está quedando como un escenario para la autoría, para la tele de autores

Lo que está claro es que los lates, en una franja u otra y el formato que sea, al final tienen su base en la comedia. ¿No estaban diciendo que ya no se puede hacer chistes con nada?

[Ríe] No sé quién lo decía, esto pregúntaselo al que lo diga... Yo la verdad es que me parece además interesante demostrarlo trabajando, y hacer programas que reflejen, por así decirlo, una cierta “madurez”. Pero de todo tipo, como la propia sociedad. Yo la verdad es que estoy muy tranquilo y alejado un poco de ese run run, que puedo entender, de autoanálisis y autocontrol continuo para decir: chicos, dejad trabajar a los comediantes. Eso es lo que pongo en práctica, hacerlo cada semana y y pa'lante.

Sigo ese hilo de la sociedad que apuntas. Hablan también de censura y autocensura, ¿pero crees que en realidad es darse cuenta del cambio social?

Sí, exacto. Yo es que estoy un poco cansado de hablar de eso, porque de alguna manera estás como sometido, parece ser un dictamen que no se sabe muy bien quién impulsa, ¿no? Eso de “vamos a controlar lo que se puede o no se puede”, de verdad es que es un poco agotador. En esta época de mi vida y de profesión, me he dicho: oye, ponte a trabajar, y ya está. Y me parecía que la televisión pública, y así lo digo, es un buen escenario para eso.

Yo me crié, y siempre que puedo lo recuerdo, en la pública catalana, donde ya en los 90 hacía un poco lo que me dictaba mi conciencia artística. Y ahí formé todo el carácter de mi carrera, no siempre con denuncia o con humor más crítico, sino con todo tipo de humores. Y ahora, es muy curioso, que después de tantos años parece que hay otra oportunidad para hacerlo en la pública española, pues venga. Yo no soy un gran analista, pero sí que me da por pensar que la pública precisamente se está quedando como un escenario para la autoría, para la tele de autores, esa que sale un poco de los formatos de consumo habituales. Y constatar eso es bastante emocionante, y ser actor de eso: les pregunté si querían hacer esto, me dijeron que sí... pues venga, vamos a hacerlo. Y en eso estamos.

Quitar gravedad y aportar normalidad sería quizá algo interesante en estos momentos

Y dada la polarización, que eso no depende de la comedia sino de la política y de la sociedad incluso, ¿lo que sí que es, es más arriesgado hacer esa crítica?

Pues no lo sé... A la vista de cómo están yendo estos primeros programas, que la repercusión es muy bonita y muy serena, aunque habrá gente a la que no le gustará... es que no lo sé. Yo creo que, a lo mejor, estábamos todos en un cierto bucle de miedo y de autocontrol, y luego se demuestra que la comedia no destruye nada. Este país va a abrir cada mañana, como si fuera una empresa. No cierra. Es decir, esto no altera nada, simplemente abre algunas ventanas, te ríes un rato, fomentas un cierto espíritu crítico, y ya está. Esa constatación debería hacernos pensar, que eso es algo que sucede en muchos países donde hay un debate político enconado y durísimo, y luego hay unos comediantes en teatros y en teles diciendo lo que les dicta su profesión. Y todo funciona, todo se armoniza. Quitar gravedad y aportar normalidad sería quizá algo interesante en estos momentos.

Pensando en ese tipo de formatos, quizás El Intermedio es el mayor referente, pero está Hora Veintipico, Quieto todo el mundo con Maldonado y Facu... ¿Consumes ese tipo de comedia, u otro tipo, incluso de ficción?

Yo consumo mucha. Tampoco quiero posicionarme como un equipo exclusivamente dedicado al humor y a la crítica social y política, porque es sólo uno más de nuestros colores. Pero creo que hemos demostrado a lo largo de los años que también tenemos sensibilidad para otra comedia blanca, para música en directo, para otros registros que conviven. Me gusta destacarlo porque entiendo que es un poco más goloso hablar de este ángulo, pero un programa se construye con muchos colores.

Por ejemplo en el último programa tienes a Berto Romero, que es un señor que nunca entra en esos temas, pero que es uno de los mejores; o un Raúl Cimas, que es el tío más surrealista de España, y uno de los más graciosos; y acabamos cantando un tango. Me gusta hacer esa cosa más panorámica, más completa del humor, y yo consumo de todo tipo. Como se puede ver en mis programas, te consumo un humor más cañero, más comprometido, como después un buen texto 'costumbrista', por así decirlo. Y eso es lo bonito del humor también, la variedad. Al menos así es como trabajamos nosotros.

Debo respetar a mi cadena y a sus decisiones, ellos sabrán por qué decidieron eso, y qué recorrido tiene

Ya que hablas del equipo, en Late Motiv hubo denuncias, críticas, de excompañeros, por la censura de Movistar Plus+. ¿En RTVE es más tranquilo, o precisamente por ser pública es recomendable ser más 'cuidadoso', por decirlo así?

No... Yo lo que dije en el primer programa era absolutamente sincero. Ya tengo una edad en la que si no digo algo es porque no tengo que decirlo, y si lo digo es porque sí [ríe]. Quiero decir, si yo digo en el arranque: “A mí nadie me ha dado ninguna indicación, ni tengo ninguna injerencia”, esto es así. Me parecía que igual no hacía falta ser tan obvio, pero igualmente quise decirlo precisamente por lo que hablábamos antes. Yo les dije: mirad, llevo ya muchos años, yo hago esto, mirad lo último que he hecho en la pública catalana, no puedo hacer otra cosa, no va a quedar bien; y me dijeron: no te preocupes. Y así es.

Yo creo que es limpio, honesto, y justo reconocerlo. En estos momentos estamos trabajando con absoluta libertad. Que también digo, y siempre lo recuerdo, eso te pone todavía más responsabilidad encima. No penséis que somos unos locos con unas cámaras y un teatro lleno, que también, sino que somos una gente que luego tiene que tirar de su responsabilidad, de su sentido común, de sus reuniones, y de sus criterios editoriales. Nosotros somos como un semanario, y siete días antes ya tenemos una reunión donde hay 8 personas y pensamos de qué hablamos la semana que viene, qué está en la calle, qué nos interesa, por dónde entramos... Nadie te dice lo que tienes que hacer porque confían en que tú vas a tener un criterio profesional.

Esa misma confianza que ha tenido en 'Futuro imperfecto', RTVE la ha tenido con 'La familia de la tele'. ¿Cómo ves ese fichaje? ¿Crees que van a poder reponerse?

Entiendo que me lo preguntes, pero espero que me entiendas a mí: no voy a opinar, porque no es un asunto mío. Yo debo respetar a mi cadena y a sus decisiones, ellos sabrán por qué decidieron eso, y ellos sabrán qué recorrido tiene. Es lo único que puedo decir.

Más como productor, no diré “descubridor” pero sí que has “promocionado” muchos nuevos rostros en la comedia, sin que ello suponga separarte de otros de siempre como el propio Berto. ¿Cómo concibes tu ese trabajo?

Eso es maravilloso [ríe]. Sí que es verdad que no “descubridor”, pero sí “promocionador” o “aglutinador”, casi como un entrenador de fútbol. A veces veo ese símil porque en el fondo hay gente muy buena, lo que pasa es que tienen que jugar todos con un estilo que es el que intento marcar yo en mi equipo. Recuerdo la primera reunión fundacional, que sirve para muchas más etapas de futuro, que estábamos el equipo con algunos fichajes nuevos, y también fichajes de guión. Cuidado con eso, que se ven las caras, pero luego están los que escriben. Y yo les decía: todos sois muy buenos, venís de jugar en diversos equipos de televisión, algunos muy conocidos, pero vamos a intentar encontrar una forma de juego.

Y ahí dije: joder, esto se parece bastante al fútbol. Quiero decir que viene gente que es muy buena, e intentas dirigir y dar con una nota más o menos común. Pero ojo: cuidando su singularidad, que eso da para otra charla quizás más aburrida, que es cómo apoyar a alguien y sacar lo mejor de él. Y debo decir que me encanta, no hay nada más bonito que estar entre bambalinas y ver a un compañero o compañera tuyo brillar. Lo digo de verdad, sin ningún atisbo de naif ni nada. A mí me emociona, porque sé que todo suma, que todo va bien, porque ella o él es feliz, y el programa se completa. ¿A quién no le va a gustar eso?

La gente quiere ganar más dinero, y quiere hacer sus proyectos propios. Yo eso lo veo bien

¿Y cuando uno de esos talentos crece hasta el punto de fundar su propia productora y encargarse del formato creado por El Terrat? A ti te ha pasado con Évole y con Broncano. ¿Eso también alegra, o empresarialmente no tanto?

Bueno, es normal. Cada historia es diferente, hay una 'letra pequeña' y unos procesos que quedan entre nosotros. Pero, en general, es normal. La gente quiere ganar más dinero, y quiere hacer sus proyectos propios. Yo eso lo veo bien. Siempre digo un consejo, que me lo intento aplicar a mí mismo: vete de un sitio tan bien como para que puedas volver a tomarte una cerveza luego con ellos. Y ahí lo dejo a cada uno. Hay que saber irse de los sitios, pero es normal que uno quiera buscar lo mejor económicamente y artísticamente. Y que pueda dudar de que en esa primera empresa donde has entrado no lo puedas conseguir del todo.

También quiero decir que yo estoy un poquito libre de sospecha: el que se ha querido ir, pues cojonudo y mucha suerte. Pero se ha quedado gente a la que le hemos seguido buscando lo mejor, y que ganaran prestigio, y se ganaran bien la vida. Pero bueno, son muchos años también, estamos ya camino de los 35 años de productora. Han pasado cientos de personas, y casi toda la condición humana [ríe].

¿Qué te queda como presentador y como productor? ¿Tienes algún formato que hayas pensado, o que hayas visto y has dicho: me encantaría?

Joder, claro, tengo un montón. Soy un creativo compulsivo, no digo que muy bueno, pero compulsivo sí. Todo el rato hay ideas flotando, diversos procesos, e incluso ahora en diferentes registros y géneros, porque aquí en El Terrat que más o menos me afecten a mí hay pelis, series... pequeños sueños, proyectos-sueños, que te van motivando para seguir adelante. Pero ahora lo que me queda es consolidar este proyecto, disfrutarlo mucho, y seguir en una línea que es la que me ocupa últimamente, que aprovecho para decirlo: proteger la autoría. Yo creo que lo que mejor se nos da es cuando viene alguien, un autor o autora, un cómico o cómica, o escritor; que dice: tengo una idea muy rara y me gustaría hacerla con vosotros. Esto me excita enormemente. Respeto toda la tele, pero me gusta más esta, y creo que se nos da bien, que la de formato intercambiable, internacional, adaptaciones... Que también está muy bien, y se hace, pero yo creo que ahí no tengo nada que aportar. Quizá pueda aportar más en la autoría, y en eso seguiré.

.