'Girls' 4x09 Review: Límites, puertas abiertas y campanas de boda
Por Marta AiloutiMarta Ailouti
Límites. Si hay algo de lo que carecen las chicas de 'Girls' y, a decir verdad el resto del reparto también, es precisamente de ellos. Es parte importante de la esencia de la serie. Poder hacer, pero sobre todo, poder decir, todo lo que a uno se le pase por la cabeza. Sin filtros ni anestesias. Sin miedo al qué dirán, qué pensarán o qué consecuencias podría haber, ni siquiera aunque estas repercutan directamente más en el otro que en nosotros mismos.
'Girls' a veces es un poco así, cruel, egoísta y frívola, pero esencialmente coherente y honesta consigo misma. Porque nada de lo que cuentan sus personajes, brutalmente sinceros y directos en ocasiones, es mentira. Ahora bien, los límites son necesarios. Y es que no siempre todo lo que uno tiene que decir es importante, o hay alguien que quiera escucharlo. Pero a veces, por qué no, sería maravilloso saber vivir sin ellos.
¡Cuidado SPOILERS!
La semana pasada dejamos a Hannah con una importante revelación. Su padre, como ya le había advertido Elijah, es gay. ¿Y qué? - que diría Cleo-. Pues que ahora ella trata de lidiar con la situación que se le presenta, sin saber muy bien qué es lo que debe sentir, mientras procura apoyar a su padre y preocuparse por su madre. De momento no parecen estar llevándolo del todo mal, a pesar de que Tad se niegue a separarse de su esposa, Loreen desconfíe de sí misma y Hannah acabe de provocar que el director del centro donde trabaja le dé el día de descanso.
La joven de los Horvath, a pesar de sentirse algo desubicada, y no por ello, como bien señala, ser una “imbécil narcisista” (al menos en esta ocasión), se acaba de dar cuenta de la importancia de ciertos límites. Dudo mucho, incluso temo, que llegue a aplicárselos a sí misma, pero por el momento hay algo de lo que no desea hablar con Elijah y con su padre, y es algo tan lógico como ese tema tabú que suponen para nosotros las relaciones sexuales de nuestros progenitores, sean estas con quienes sean.
Jessa y Ace y Mimi-Rose y Adam
Para el que tampoco parece haber límites es para el chico del cepillo de dientes que en una maniobra bastante obvia ha terminado con Jessa en casa de Mimi-Rose y Adam, ante la mirada estupefacta de este, que poco ha podido hacer para evitarlo. Ace, por cierto, y su “las puertas de colores son un motivo para vivir”, es el tipo de personaje que funciona perfectamente con el universo surrealista y necesario que se respira a veces en 'Girls'. De hecho, ahora que los hemos conocido a ambos, a él y a Mimi-Rose, aunque más a esta por el número de intervenciones, sería una lástima que nos privaran de ellos de cara a la próxima temporada.
Así las cosas, la situación bastante ridícula se ha saldado con la ruptura de ambas parejas, después de que la joven, de segundo nombre Eleonor, confesara sus celos y su deseo y determinación de quedarse de nuevo soltera. Ya hará una obra de arte después, como bien señala la también amiga en la vida real de Lena Dunham. Personalmente, me gusta mucho más esta Jessa tocada y honesta capaz de confesarle a Adam que no le va del todo bien cuando tiene tiempo para pararse a pensar, que aquella otra egoísta y fría incapaz de empatizar con nadie.
Por su parte, el que también queda casi hundido de toda esta situación es precisamente él, en uno de esos momentos en los que uno, pensando más seguramente en la otra persona, decide ponerse límites. El problema no es que le asuste encontrarse a Hannah ahora, después de todo, si no que, más bien al contrario, vulnerable como está, le apetece verla demasiado. ¿Se empieza a abrir una puerta, de color o en blanco y negro, de cara a la season finale?
Ray Ploshansky siempre estará ahí
La otra puerta abierta de este episodio tiene nombre de portavoz de la junta del distrito número ocho. Ray Ploshansky lleva buena parte de la temporada luchando por ese puesto y al final lo ha conseguido, en parte gracias a la ayuda de Shoshanna, cuyos dos últimos capítulos nos han privado de sus divertidas entrevistas de trabajo a las que nos había acostumbrado.
Sea como sea, la puerta que abre es la de Marnie, que nunca sabe muy lo que quiere ni por qué lo quiere, y que le acaba de confesar que se va a casar con Desi. Lo que ella ni siquiera sospecha es que esa necesidad que tiene de contárselo a él antes que a nadie, probablemente esconda algo. Entre que lo descifra o no -es posible que no lo haga-, Ray, que opina como yo que juntos -especialmente ella- son mejores, le deja un mensaje alto y claro: pase lo que pase, siempre, siempre, estará ahí. La respuesta de Marnie, el anuncio a todo el mundo de su próxima boda, micrófono en mano, es todo un señor portazo.
Por suerte, ya lo decía al principio, esto es 'Girls' y si por algo se caracterizan sus personajes es por no saber ponerse límites. Veremos por tanto, si la puerta tiene alguna apertura, Ray no se merece tan poco, y si Adam y Hannah tendrán o no algún acercamiento. Lo malo de salir de dudas es que se aproxima el final. Mientras llega, os dejo el tráiler de la season finale:
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