La octava gala de MasterChef 13 indingó a las redes al expulsar a Clara, la aspirante valenciana que entró en las cocinas más tarde que el resto para ocupar el hueco que dejó Flores.
Para muchos, la joven era una de las mejores de la edición - junto a Limin y Ariana, también eliminadas- y con un nivel culinario más alto que Chema, con quién estuvo en la cuerda floja hasta el final. Sin embargo, él da más “salseo” con sus amoríos (o no) dentro de la casa.
Todo ello en una noche en la que los tres jueces también hicieron una cata a ciegas, se desplazaron hasta las cuevas del Águila (Ávila) para elaborar un menú diseñado por el chef Carlos Casillas y explicaron la tendencia raw food.
Prueba de exteriores con el brillo de la capitanía de Ana
Después, pusieron rumbo a Arenas de San Pedro, una localidad del Valle del Tiétar, en la provincia de Ávila. Allí, formaron dos equipos capitaneados por Bea (equipo azul) y Ana (equipo rojo).
Los dos bandos cocinaron con las materias primas de la cocina de Castilla y León, un menú diseñado por Carlos Casillas. Sirvieron 80 raciones para vecinos de la zona.
El equipo azul se entendió a la perfección al arranque del cocinado, hasta que Bea se desesperó con los tiempos y la organización. Mientras Chema y Elena se enzarzaron y tensaron el ambiente. Por lo que sus platos fueron más irregulares.
Mientras que los rojos tuvieron una mejor capitanía, con ideas claras, ritmo regular y buenos resultados. Por ello, Ana, Yago, Gabriela e Ismael fueron los ganadores de la prueba.
Prueba de eliminación con la expulsión de Clara
En la prueba de eliminación, el jurado les acercó la tendencia raw food con tres variedades: cocina crudivegana (solo con ingredientes de origen vegetal), la crudivegetariana (con huevos y productos lácteos sin pasteurizar) y cocina crudiomnívora (con ingredientes de origen animal o vegetal, crudo).
Chema, Bea, Clara, Emilio y Elena llegaron con los delantales negros para elaborar tres platos, uno de cada variedad. Aunque los nervios estuvieron a flor de piel y la tensión pudo tocarse a través de la pantalla, todos lograron acabar el reto.
La primera en presentar sus platos fue Clara que entregó un menú “descompensado”; le siguió Elena con una propuesta de menos a más; el tercero fue Emilio con elaboraciones “delicadas y ricas”; después llegó Chema con un menú “oxidado” que podía mandarle a casa; y Bea se llevó la mayor alegría al escuchar que eran los “tres mejores platos que había cocinado”.
Tras la cata, los tres jueces se apartaron para deliberar y, segundos después, Pepe sentenció: “El aspirante que no continúa en las cocinas es Clara”. Una decisión muy criticada en redes, que aseguraban que Clara cocinaba mucho mejor que Chema, con quien se jugó la eliminación.