Crónica

La presentación que se transformó en homenaje a Iñaki Gabilondo: “Es el último programa, y me emociona”

La presentación de '¿Qué (diablos) es España?'

Marcos Méndez

“A todo el mundo le gusta muy poco la polarización, pero luego todo el mundo te exige que te sitúes en un bando. Yo hago votos para dialogar y conversar”. Iñaki Gabilondo ha presentado este miércoles 2 de noviembre, el mismo día en el que ya puede verse en Movistar Plus+, su nuevo documental ¿Qué (diablos) es España?. Un proyecto y un formato que, tras 60 años de carrera, no será “uno más” porque se convertirá en su último programa. Algo que el periodista asume con más naturalidad y menos pena que el resto: “Es el último programa que voy a hacer, y me emociona. He avanzado hacia el escepticismo y pensaba que era sabiduría, pero es fatiga. Quería que lo último no tuviera avinagramiento”.

Por ese motivo, la presentación del programa se ha convertido en un inesperado homenaje y agradecimiento lleno de amigos. Entre los asistentes al acto celebrado en la Cineteca de Matadero, sentados en sus butacas entre los periodistas, le han sorprendido amigos como Luis del Olmo, que ha pedido el micrófono para recordar cuando en pleno directo le preguntó al entonces presidente Aznar por qué no le concedía una entrevista a su amigo Gabilondo, con medio minuto de silencio como respuesta. “Presumo de pocas cosas, pero presumo de tener un amigo como tú. Gracias Iñaki”, ha concluido. Gabilondo ha recogido el guante para mostrar su orgullo por esa relación: “Hemos vivido una durísima rivalidad muchos años, y ha sido compatible con un gran respeto y una gran relación personal. Lo dejamos ahí: se puede. Y esa puede ser nuestra mayor aportación a la radio: se puede rivalizar, discrepar, competir; y mantener una buena relación profesional y de respeto”.

También estaba El Gran Wyoming, que ha levantado la mano inspirado por el relato de Gabilondo para recordar, y lamentar, que “los que nos estaban vendiendo la unión de España estaban haciendo esfuerzos por dividirla”, retrotrayéndose hasta la presidencia de Felipe González y cómo se esforzaron para que las cadenas autonómicas sólo se viesen en su ámbito regional. “Se ha trabajado mucho para empaquetar la realidad, que es más diversa”, ha reflexionado al respecto Gabilondo.

Igualmente ha querido intervenir Isaías Lafuente, una de las personas que más horas han pasado junto a él en un estudio, para destacar y resumir simplemente que “Iñaki es credibilidad”. Y Javier González Ferrari, que también se ha sumado al reconocimiento y agradecimiento a su labor. Tampoco se lo han perdido otros amigos como el productor y guionista Aitor Gabilondo, la presentadora Inés Ballester, los periodistas Nieves Herrero y Alfredo Relaño, el exsecretario de estado de comunicación Miguel Ángel Oliver o la bailaora María Pagé, entre otros.

“No veo mucha razón para tener optimismo, pero sí esperanza”

Sin embargo, en ¿Qué (diablos) es España? Iñaki Gabilondo no quiere mirar al pasado, sino pensar en el futuro. Y aunque en el acto ha resultado imposible por su destacada carrera, sí ha explicado cómo lo consigue en el documental: “He querido preguntar a gente sobre España. Pero no en el contexto del combate, no busca la bronca, sino hablar serenamente de España”, explicando que desarrolló la idea gracias a Manuel Hidalgo y su libro de entrevistas Pensar en España, que él mismo prologó.

Como el mismo periodista explica, esa idea de “¿por qué no nos sentamos a charlar?” articula su último programa, en torno a charlas con diferentes representantes de todo tipo de sectores que demuestran que, si quisiéramos, podríamos superar uno de los grandes problemas del país: “Estamos demasiado ocupados discutiendo, y España no sabe discutir. Dialogamos poco porque tenemos poca costumbre de dialogar. Cuando estamos con gente, salen temas comunes, no que generan discrepancias”, ha valorado. Un ejemplo es el himno: “No tenemos letra en el himno. A mí no me importa, pero sí que no pueda tenerla porque antes del tercer renglón ya estamos pegándonos”, algo que él, a tono de broma, ha querido solucionar recurriendo a la gastronomía, como demostró en La Resistencia.

Dos sillas, una enfrente de la otra, para que Gabilondo converse con el escritor Antonio Muñoz Molina, con el cómico David Broncano, con el chef José Andrés, con la historiadora y política Cayetana Álvarez de Toledo, o con la cineasta Isabel Coixet, entre otros. Sobre sus “invitados”, más bien compañeros de charla, se apresura en explicar que “la selección es en cierto sentido aleatorio, y da la tranquilidad de no representar a nadie, sino a sí mismos. Hemos cogido a gente que no represente a nadie”. Por eso no hay políticos, a excepción de Cayetana Álvarez de Toledo que, puntualiza, interviene más en calidad de historiadora. "Yo no quería que nos pusiésemos a discutir de política”, ha zanjado.

Un ejercicio que permite al menos hacer un “mapa” con el que plantearse un futuro que, tras grabarlo, el periodista ve así: “La palabra optimista me parece americana, prefiero algo más mediterráneo como esperanzado. Ahora mismo no veo mucha razón para tener optimismo, porque el mundo entero vive un momento de tensión polarizada y ultraradicalizada. En Noruega dicen que España es 'el país que se salta las normas', y lo que le está pasando ahora a España es que se estén saltando las normas hasta las máximas autoridades del poder judicial. Por eso tengo pocas razones para el optimismo. Pero sí esperanzas, porque sé que el ser humano de repente sorprende, y cambia de paradigma”.

“Siempre he tenido una fe enorme en este país. Pero cuando pone en común cosas. Cuando no, me desanimo de verdad”, ha resumido, con una sonrisa en el rostro, el periodista.

¿Pero realmente será el último programa?

En un pequeño vídeo que ha resumido su trayectoria junto a Movistar+, siempre con la vista puesta en “mirar hacia el futuro”, el propio Gabilondo ha ido recordando que empezó con Cuando ya no esté, siguió con La vista atrás (“que sin embargo una mirada hacia adelante”), se vio impactado por la pandemia con Volver para ser otros y Porvenir, y concluirá con ¿Qué (diablos) es España?.

Agradecido, el periodista ha explicado: “El encuentro con Movistar y La Caña ha sido un regalo de fin de vida. Yo soy un hombre de radio, es lo que más o menos sé hacer, y en televisión he hecho lo que buenamente he podido. Y este regalo de profesión, esta extensión de vida, me ha permitido hacer cosas fuera del meollo de la bronca diaria, y hacerme preguntas de cara al futuro”. Preguntas, como la que da título al formato, que él mismo sabe que no tienen respuesta, pero que resultan aún más importantes: “Los que nos dedicamos a esto sabemos que raramente estas preguntas se encuentran con una respuesta cerrada. En el fondo son preguntas antiretoricas, porque saben que no van a tener una respuesta, pero sirven para oxigenar el cerebro”.

Precisamente sobre el llamativo título, Gabilondo bromea: “Al principio se me ocurrió ¿Qué es España?, pero parecía el título de una tesis doctoral. El 'diablos' le quitaba eso”. Y entre el “orgullo” de Juan Andrés García Ropero “Bropi”, director de Entretenimiento de Movistar Plus+, porque “esa última pregunta de Iñaki esté en Movistar”; y la cierta pena de Jorge Ortiz de Landázuri, productor ejecutivo la plataforma, al reconocer que “nosotros queríamos ir abriendo un proyecto, pero nos dimos cuenta de que Iñaki lo que quería era ir cerrando un proyecto”, llegó la gran pregunta: ¿Pero realmente será el último programa?.

Iñaki Gabilondo ha sido claro: “Sí”. Lo que no quiere decir que deje de ser periodista, como demuestra al reconocer que si le ofrecieran entrevistar al rey emérito Juan Carlos I, lo haría: “El caso de Juan Carlos I es el epítome del fracaso. Llegó como la máxima referencia de la unión y la concordia, y se ha convertido en la máxima referencia de la desunión y la falta de concordia. Es el mayor ejemplo de fracaso. Tal vez mi primera pregunta sería '¿por qué?', que parece una pregunta sencilla, pero en este caso tiene su connotación”.

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