Tras un mes de comentarios en distintos programas y redes sociales, las críticas por la estampita del Grand Prix que mostró Lalachus en la retransmisión de las Campanadas de La 1 llegaron este domingo a la defensora de la audiencia de RTVE, que a través de RTVE Responde las abordó con el fin de arrojar luz a la polémica.
Rosa María Molló, defensora de los espectadores en la cadena pública, se hizo eco de las críticas recibidas por un asunto que definió como “delicado”. “Se ha interpretado como una profanación, un ataque innecesario contra los cristianos, han dicho. Y se ha acusado duramente a RTVE de haberlo permitido”, introdujo la periodista.
Para contextualizar lo ocurrido, y reflexionar sobre los símbolos, RTVE Responde invitó a la experta en semiótica Asunción Bernárdez, que fue quien principalmente dio respuesta a las críticas a Lalachus. “Sorprende que algo tan inofensivo haya generado este revuelo”, dijo Molló, que pasó a cuestionar a su invitada sobre el significado del Sagrado Corazón de Jesús y el resultado de esta 'mezcla' con la mascota del Grand Prix.
“Los medios de comunicación, lo que suelen hacer habitualmente es una mezcla e hibridación de los signos y símbolos que tienen un significado en la sociedad. En este caso vemos una cabeza de un personaje que representa la vida familiar a través de la televisión, lo relajado y lo divertido. La gente que se ha sentido ofendida es porque el Sagrado Corazón ven que es una mezcla entre lo religioso y lo profano, pensando que esta es una mezcla incorrecta, reflexionó la experta, incidiendo en que en el fotomontaje de la controversia ”se mezclan dos símbolos que en el fondo están unidos por lo familiar“.
“No hay ninguna intención de faltar al respeto”
Rosa María Molló hizo hincapié en que “Lalachus no era la primera vez que sacaba una estampita, pero el revuelo se ha generado ahora”, y quiso saber por qué. Una duda a la que dio respuesta la experta invitada: “Las Campanadas es uno de los momentos estrella de la televisión en el año, lo vio muchísima gente”, dijo, y quitó hierro al asunto: “Podemos entender el enfado, pero el enfado se nos quitaría si pensamos que cuando usamos signos no pertenecen a nadie. Cualquiera los podemos usar y resignificar. El hecho de que se usen en otros contextos no es nada negativo, quiere decir que ese símbolo tiene vida para nosotros”, incidió.
Asunción Bernárdez explicó que “la presentadora lo saca en un momento en el que no hay ninguna intención de faltar al respeto, sino como un símbolo de lo familiar”. Y Molló lo reforzó: “Incluso cambia el tono y habla la persona, Laura, y no el personaje de Lalachus”, dijo.
La defensora de la audiencia preguntó a su invitada dónde está el límite entre la libertad de expresión y la ofensa, a lo que esta reconoció que en la intención. “Analizando el contexto no me da la impresión de que la presentadora utilizase esa imagen para ofender, sino para unir ese símbolo con la televisión y las emociones que nos despierta la televisión. No está hecho en un contexto de odio, de desprecio, sino de resignificar”, opinó. A lo que Molló tambien aportó su visión: “Este tipo de polémicas son tremendamente desagradables porque la humorista no tenía esa intención, pero ha habido parte de la población que se ha sentido muy ofendida”.
En ese sentido, la experta en semiótica apuntó que “lo más interesante es el diálogo” y expresó su conclusión: “En la creación no debe haber límites. Muchos creadores y creadoras han utilizado precisamente la potencia que tienen los símbolos religiosos para hacer crítica social. Eso se lleva haciendo desde que vivimos en esta cultura de la intertextualidad. No hay que tener miedo de resignificar los signos. En el momento en que los signos dejan de recircular, ya mueren porque no significan nada para nadie”, zanjó.