'El problema de los tres cuerpos' y el desafío de Benioff y Weiss por repetir fenómeno de 'Juego de tronos' en Netflix

Jess Hong en 'El problema de los tres cuerpos'

Lorenzo Ayuso

En términos televisivos, el 19 de mayo de 2019 será recordado por alumbrar el final de Juego de tronos. Tras nueve años y ocho temporadas, la adaptación para HBO de la saga literaria creada por George RR Martin culminaba con un desenlace que en su momento no terminó de satisfacer a la audiencia y que, con los años, ha ganado en descrédito. Tanto como para cuestionar la labor que durante temporadas previas habían realizado David Benioff y DB Weiss.

El dúo de showrunners, con los años, tuvo que enfrentarse a los desacuerdos del mismo Martin, que consideraba que el desenlace no era fiel a lo que había sido la historia que él creó -y cuyo cierre aún tiene por escribir, al adelantársele la serie- o de Emilia Clarke, que dijo “entender que la gente se cabreara” con el sino que reservaron a su Daenerys. Cuando un producto cultural alcanza esa categoría de fenómeno global, con las miradas puestas en hasta el detalle más nimio, es inevitable que el juicio se sumarice hasta la exasperación. De ahí que ahora el tándem haya de enfrentarse de nuevo a las miradas al lidiar con El problema de los tres cuerpos.

Casi cinco años después de cerrar una etapa con Juego de tronos, Benioff y Weiss toman el pulso a otra serie de novelas superventas, en este caso la del autor chino Liu Cixin. El problema de los tres cuerpos abre la trilogía El recuerdo del pasado en la Tierra en Netflix, que ha confiado en el dúo creativo con la esperanza de repetir jugada maestra. Ahora bien, a este movimiento se apareja la sombra de la duda que pesa sobre unos artistas que, desde que pusieran tierra de por medio con Poniente, no habían vuelto a trascender.

Del 'Trono' a la reserva

Solo dos meses después del final de Juego de tronos, trascendió que Benioff y Weiss estaban negociando su salida de HBO, que había sido su casa durante la última década, y se abrían al resto de agentes del mapa de streaming. Tras culminar once años de trabajo en la adaptación, desde que comenzaron a pergeñar el desarrollo hasta el estreno del criticado último episodio, pretendían lograr un cambio de escala en sus contratos y pretensiones. Tras 20 años trabajando a cuatro manos, esperaban hacer valer su know how en cuanto a la creación de grandes éxitos en un mercado deseoso de explotar franquicias.

Tras semanas de negociaciones, Netflix ganó esta subasta por los “cerebros” de Tronos, imponiéndose tanto a Disney como a Amazon: “Son una fuerza creativa y han deslumbrado al público de todo el mundo con su narración épica. Estamos deseando ver lo que sus imaginaciones van a llevar a nuestros miembros”, afirmó el entonces jefe de contenidos de la streamer y hoy co-CEO, Ted Sarandos, por este acuerdo, que se cifraba en el rango multimillonario de las “nueve cifras”, en la línea con otros fichajes como el de Ryan Murphy o Shonda Rhimes. Algunas fuentes cifraron el contrato en 200 millones de dólares.

Con la década en las postrimeras, el panorama seguía siendo halagüeño para los dos creativos. En febrero de 2018, ambos se habían comprometido a crear una nueva trilogía de Star Wars para Disney, cuya primera película tenía una fecha tentativa de estreno en 2022; algo antes, en julio de 2017, habían sentado las bases de su siguiente gran superproducción para HBO, Confederate. Tras la incorporación a Netflix, sin embargo, esos proyectos externos comenzaron a caerse. Había una explicación lógica para explicarlo, al menos en parte: la compañía de Los Gatos había comprado la exclusividad de su talento, y el dúo se quedaba sin margen de tiempo para abordar propiedades ajenas.

Para entonces, ya arrastraban polémicas, y no solo la concerniente al final de Tronos. Desde que se anunció su desarrollo, Confederate había generado, como mínimo, división de opiniones: concebida como un drama distópico donde, tras una nueva Guerra Civil americana, los estados del sur se habrían separado con éxito de la Unión, dando lugar a una nación en la que la esclavitud seguiría siendo legal. No tardaron en surgir comentarios reprobatorios sobre la “romantización” del sufrimiento de la población negra en América por parte de estos dos escritores blancos, que se sumaban a las habituales críticas sobre el trato a la mujer en Tronos. Críticas provenientes incluso desde las caras que poblarán la expansión del universo de George RR Martin en HBO.

El problema de las tres series

“Cualquier cosa que tengan con nosotros probablemente no saldrá adelante”, declaró al respecto Casey Bloys, jefe de programación de HBO, a comienzos de 2020. Desligados de La casa del dragón y de cualquier otra gran IP existente, al dúo les quedaba encontrar algo dentro de Netflix sobre lo que trabajar.

El primer proyecto bajo su nuevo techo industrial fue La directora, con la que ponían distancia con su creación previa. Creada por la actriz Amanda Peet (protagonista de Studio 60, Falsas apariencias, además de esposa de Benioff) y Anna Julia Wyman, se concibió como una tragicomedia ambientada en el mundo universitario, con Sandra Oh como protagonista. Obtuvo críticas más que aceptables, pese a considerarse demasiado ambiciosa para lo que su formato -una temporada de seis episodios- podía permitirle. Estrenada en agosto de 2021, Netflix zanjó oficialmente el futuro del proyecto en 2023.

El segundo proyecto del tándem fue aún más chocante: se trata del film Metal Lords, una comedia juvenil en torno a dos adolescentes apasionados del heavy metal de la que Weiss firmaba el guion. De la dirección se encargaba Peter Sollett, firmante de Freeheld, un amor incondicional así como de un amplio abanico de series durante la última década, lo que explica su puesta en escena televisiva. La película no trascendió dentro del propio algoritmo e hizo sospechar del carrete que realmente tendrían los productores dentro de Netflix. Todo ello mientras se desarrollaba El problema de los tres cuerpos a largo plazo.

El comunicado oficial de la adaptación se remonta a septiembre de 2020, y, este sí, parecía adecuarse a lo que se podía pedir de los creadores de Juego de tronos. Cabe decir que fue una asignación de Peter Friedlander, vicepresidente de Series Originales de Netflix, que intuyó que ellos podrían sacar adelante una empresa de esta envergadura. El problema de los tres cuerpos había sido la primera obra no escrita en inglés galardonada con el premio Hugo, los prestigiosos galardones a lo mejor de la ciencia ficción; la trilogía en sí misma, editada en España por Nova, tenía entre sus fans a Barack Obama (quien fue tentado a intervenir en la ficción), Mark Zuckerberg o Pedro Duque. 

Definida por Matías de Diego (elDiario.es) como “un puzle de ciencia ficción sobre la desesperación y la lucha por la supervivencia”, la historia se funda en el descubrimiento del libro Primavera silenciosa, de la bióloga estadounidense Rachel Carson, que alertaba de las consecuencias del uso de pesticidas, para construir una historia en torno a la idea de la extinción de la especie humana. La astrofísica Ye Wenjie es el personaje principal, que inspirada por el trabajo de la conservacionista, decide enrolarse en un programa militar chino para buscar vida extraterrestre en el universo, antes de que una civilización conocida como los trisolarianos capten las señales enviadas y se dirijan a la Tierra para ocuparla.

Para llevar a cabo la adaptación, el dúo se alió con Alexander Woo (True Blood, la segunda temporada de The Terror) para estructurar la adaptación, y con el propio Liu y su traductor al inglés, Ken Liu, como asesores. Las expectativas eran elevadas teniendo en cuenta el material de partida, especialmente teniendo en consideración un primer intento frustrado de llevarla a imágenes, en 2017, y especialmente por ser el siguiente gran proyecto que asumían.

Expectativas, vínculos y comparaciones

“Ahora hay mucho contenido con el que dices, 'Oh, ahí va otra serie de forenses, ahí va otro thriller judicial'. Todo parece una versión de algo que ya has visto. Pero este universo es uno diferente”, afirmaba Benioff en una entrevista a The New York Times. “Este es el universo”, completa un enfático Weiss. Ahora bien, más allá de la traslación a imágenes de la novela, reconocen la presión por satisfacer al público, especialmente después de lidiar con un gigante como Juego de tronos. “Quieres que a la gente le guste lo que haces, pero no puedes controlar las reacciones de la gente a lo que hace”, enuncia Weiss en forma de aforismo.

“Una de las cosas que aprendimos de Tronos era contratar a gente muy buena que supiera lo que hacía, y asegurarte de que entienden lo que buscas”, explican. Un rápido vistazo a El problema de los tres cuerpos permite distinguir nombres y caras familiares del anterior encargo de HBO. Por ejemplo, ahí están Liam Cunningham (Davos Seaworth), John Bradley-West (Samwell Tarly) y Jonathan Pryce (Gorrión Supremo) tomando la delantera en el elenco artístico, completado por Rosalind Chao, Eiza González, Jess Hong y Jovan Adepo; en el apartado técnico, la música también corre a cargo de Ramin Djawadi, el diseño de producción recupera a Deborah Riley y el departamento de cámara a P.J. Dillon, Richard Donnelly y Jonathan Freeman. Se aseguran, así, una cierta continuidad con el espectáculo de Tronos.

¿Habrá continuidad en cuanto al éxito? En cuestión de cinco días, Netflix publicara el primer sondeo que la propia OTT registre en su página de análisis de consumo, Netflix Top 10; ya sabemos, con las limitaciones para el análisis que implican los datos que facilita la streamer. Si hablamos de grandes franquicias de habla inglesa, el referente más reciente es Avatar: La leyenda de Aang, que debutó hace un mes con 21,2 millones de visualizaciones en sus primeros tres días de disponibilidad, y cuatro semanas después continúa en segunda posición; así como la sexta y definitiva temporada de The Crown arrancó a mediados de noviembre con 11,1 millones de reproducciones y siguió en el ranking durante ocho semanas.

A falta de conocer los primeros números, la crítica, por de pronto, se ha mostrado satisfecha con el rendimiento, sin especiales algarabías. Tomando como medida los cálculos de los principales agregadores de reseñas, Rotten Tomatoes (74% de críticas positivas) y Metacritic (71/100), la primera temporada ofrece un “sólido comienzo que debería dejar a los fans de la cifi con ganas de más”. Ahora bien, el sentir del público no termina de corresponderse, a juzgar por las notas con las que los usuarios de estas webs y otras como IMDb puntúan al proyecto en sus primeras horas: 53% por cierto de opiniones favorables en RT; 5,8 de media en Metacritic, 6,8 en IMDb.

¿Es una cuestión de la magnitud del proyecto? ¿Una cuestión de créditos, o de la falta de rédito que Benioff y Weiss tienen ante la audiencia? Es pronto para saberlo. Huelga decir que los fenómenos se desarrollan de forma espontánea y, Netflix bien lo sabe, es difícil predecirlos (y ahí está el caso de El juego del calamar) o de programarlos (las otras producciones coreanas surgidas al calor de la anterior).

En todo caso, El problema de los tres cuerpos va mucho más allá de Benioff y de Weiss. Así como aquellos que insatisfechos con el devenir de Juego de tronos pudieron resarcirse con el nuevo tratamiento del worldbuilding en La casa del dragón, los fans de Liu Cixin también tienen otra producción paralela para el mercado chino: Three-Body, producida por la Televisión Central de China junto a Tencent Video, contó también con el novelista como asesor. La serie puede verse a través de WeTV o Rakuten Viki, e incluso el primer episodio está disponible gratuitamente a través del canal de YouTube de We TV. De nuevo, todo será cuestión de comparaciones.

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