Luna tiene su primera cita como prostituta de lujo en “700 euros”
Antena 3 emite este martes dos nuevos episodios de “700 euros”. En los cuatro primeros capítulos, se ha ido desvelando la personalidad de César, un arquitecto brillante que tiene un claro problema de relación con su entorno, lo que le ha convertido en cliente preferente, y ya buen amigo, de Laura y Alberto. En este capítulo se descubrirá el por qué de esta relación.
Luna se ha operado y todo ha ido bien, pero la familia no entiende la implicación de Alberto en todo este proceso. Por eso improvisan una excusa: regentan una agencia de modelos a la que Luna acaba de acceder. Pese a todo, Luna le explica la verdad a Lucas que se revela ante la idea de la prostitución y rompe la relación con su prima.
Alberto inicia la preparación de Luna: junto a Laura, le dan mil consejos sobre la profesión, el estilo y las circunstancias propias de su nuevo estatus. Hasta que Luna se siente preparada para empezar a ejercer. Alberto considera que el primer cliente debe tener unas características especiales. Y ése es César.
La tensa relación de César con los paparazzi se ve agravada al caer en una trampa. Una chica se introduce en la cama de César cuando está en el hotel de Sevilla y un compinche les hace fotos en una situación que se podría prestar a confusiones. Por suerte, su hermano Santiago sabe cómo detener este tipo de agresiones. Santiago le recomienda que se abra más a la prensa y, sobretodo, que supere la separación de su primera ex mujer.
César se enfrenta a sus fantasmas del pasado y, para su sorpresa, los supera. Planta cara a Sandra, su ex mujer, y entabla una relación, aunque por ahora sólo sea profesional con Irene, una consultora técnica que le ayudará a llevar a cabo su fastuoso proyecto arquitectónico. Ese estado de buen humor le lleva aceptar la propuesta de Alberto y accede a convertirse en el primer cliente de su nueva musa: Talía, es decir, Luna.
Luna, bloqueada, sola y perdida
En el segundo capítulo de estreno de mañana, Luna continúa con César pero, a la hora de la verdad, se ve superada y abandona el acto. No puede hacerlo. Alberto se siente muy decepcionado y la abronca, pero ella se ve incapaz de introducirse en este nuevo mundo. La práctica ha podido con la teórica y las buenas intenciones.
Mientras, Luna intenta recuperar su relación con Lucas y hablar con él, pero éste anda agobiado con los hijos y no puede atenderla. Con Gonzalo aún en coma, Luna se vuelve a sentir sola y perdida.
Luna habla con su madre e intenta tantearla para obtener dinero y poder pagar las deudas que ha contraído pero, finalmente, no lo hace. Luna está hecha un mar de dudas hasta que ve por televisión la secuencia que Gonzalo grabó para la serie y que ensayó con ella misma poco antes de hacer el amor. Eso la acaba decidiendo. Habla con Marisa y la convence para pagar ella el tratamiento. La recuperación de Gonzalo merece esa mentira.
Luna vuelve a casa de César a acabar lo que no pudo la noche anterior. Pese a que ella finge, es evidente que César se ha quedado prendado de la joven.