La luz de una estrella es lo único que tenemos de ella cuando espeja en nuestra pupila.
Desenfocada y redonda nos dice que vivió y murió para ese momento en el que la miras.
Nadie clavó una bandera allí.
Solo tú. Cuando iluminaste con tu mirada de azul cielo toda mi noche.
El silencio cósmico impidió escuchar el grito del apagón. El agujero negro del tedio engulló la materia y la luz de nuestra suerte y dejó a la vista el vacío que dejamos.
Pasó casi sin darnos cuenta.
Desde que no nos miramos cada centímetro entre nosotros se convirtió en años luz.
El tiempo voló pasando…