Espacio de opinión de Canarias Ahora
Sobre el racismo
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En la semana en la que celebramos el Día de África, nuestro país parece haber querido entrar en una fase de examen colectivo de conciencia sobre si España es o no es un país racista. Llevo varios días leyendo en todos los medios de comunicación muchísimas opiniones a raíz del llamado caso Vinicius, el de este jugador de futbol del Real Madrid que tuvo que escuchar a decenas de personas en Valencia gritándole consignas racistas y que, lamentablemente, lleva escuchando por campos de toda España alaridos e insultos que, no olvidemos, nuestra legislación contempla y tiene tipificados como delitos de odio.
La pregunta que flota en el aire y ha hecho correr ríos de tinta, convirtiendo el asunto en lo que los periodistas llaman una serpiente de verano (es decir, aquello de lo que durante unos días se escribe muchísimo, pero a los pocos desaparece completamente del escenario mediático), es muy concreta: ¿es España un país racista? Veamos:
Gran parte de las opiniones que he leído, de periodistas, deportistas o políticos españoles (y tan blancos como yo, obviamente) se limita a sentar cátedra, a decir que no, que España no puede considerarse un país racista y que, lo que sí existe, son racistas, algo que no puede provocar que hagamos extensiva la calificación a todo un país. En todas estas reflexiones, en todas ellas, he echado de menos una cosa: la honestidad intelectual. ¿Por qué no le preguntamos a las personas racializadas que viven entre nosotros qué es lo que piensan? Bien sean de origen africano, asiático o americano, o tan españolas como nosotros, pero con la piel de un color diferente al que suponemos mayoritario, ¿nos hemos parado a pensar en cómo sienten que les trata, en general, este país?