Obama encara la recta final de su estrategia en Afganistán

NUEVA YORK, 29 (EUROPA PRESS)

El presidente estadounidense, Barack Obama, está a poco más de una semana de anunciar, el próximo 8 de diciembre en la Academia Militar de West Point, su esperada estrategia de incremento de tropas en Afganistán. En total, unos 30.000 a 35.000 efectivos adicionales que podrían suponer al Gobierno estadounidense un gasto cercano al millón de dólares por soldado, que se añadiría a los 150.000 millones de dólares invertidos hasta el momento, y que ha motivado que prominentes demócratas del Congreso hayan expresado su descontento amenazando con proponer un “impuesto sobre la guerra”.

Fuentes del Pentágono esperan que los estados miembros de la OTAN aporten una cantidad suplementaria de 10.000 efectivos más hasta alcanzar la cifra solicitada por el comandante de las tropas estadounidenses y de la Alianza Atlántica en Afganistán, el general Stanley McCrystal, quien lleva meses pidiendo 40.000 soldados más para combatir la insurgencia talibán.

El general McCrystal será uno de los encargados de ir preparando al Congreso y al pueblo estadounidense para el anuncio de Obama en una comparecencia previa ante la cámara el próximo 7 de diciembre. Allí, intentará convencer a todos los interesados de que el presidente afgano, Hamid Karzai, sigue siendo un socio de fiar en la lucha contra los talibán, a pesar de las graves acusaciones de corrupción que pesan contra su Gobierno y del fraude electoral masivo perpetrado durante las últimas elecciones presidenciales.

El encargado de convencer al Congreso de la necesidad de cubrir el gasto económico de la nueva estrategia será el director de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, Peter Orszag, quien posiblemente tendrá que enfrentarse a la oposición más amarga: los miembros del partido Demócrata, quienes podrían expresar su descontento ante la ampliación de las tropas y su enorme coste económico, y que podrían llegar incluso a pedir que se financiara el aumento de efectivos con un “impuesto de guerra”.

PRECEDENTES HISTÓRICOS

“Si esta guerra es lo suficientemente importante para expandirse, debería ser lo suficientemente importante como para pagar por ella”, declaró a 'Time' el representante y presidente del Comité de Apropiaciones de la Cámara Baja, David Obey (demócrata por Wisconsin). “Porque si no, corremos el riesgo de devorar todo el dinero que tenemos reservado para reconstruir nuestra propia economía”, añadió, mencionando casos similares bajo la presidencia de Truman y Johnson.

Ambos presidentes vieron como sus iniciativas personales para contener el déficit naciones se vieron frustradas por las guerras de Corea y Vietnam, respectivamente. “No queremos que eso suceda de nuevo”, destacó. De la misma opinión es el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, el demócrata Carl Levin.

La idea no tiene prácticamente ninguna posibilidad de ser aprobada ni en la Cámara de Representantes ni en el Senado, pero demuestra la profundidad de la oposición entre los propios demócratas. Y es muy posible que la presión sobre Obama vaya a más si la situación no mejora tras la llegada de los refuerzos.

El coste es altísimo. Sólo por poner un ejemplo: cada soldado estadounidense destinado en Afganistán supone un gasto de 83 litros de combustible al día. Este combustible --difícil de transportar porque los talibán han aniquilado gran parte de la red de carreteras--, le cuesta a Estados Unidos 135 euros por litro: un total de 6.400 euros al día por soldado. El gasto bélico total se ha duplicado en un espacio de doce meses, alcanzando sólo en junio los 6.700 millones de dólares.

LA APORTACIÓN DE LA OTAN

La OTAN advirtió el pasado miércoles de que es poco probable que los estados miembros europeos hagan sus anuncios de tropas adicionales al mismo tiempo que Estados Unidos, según explicó el portavoz de la Alianza, James Appathurai. El secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, pedirá a los aliados una respuesta “proporcional”, aceptando que no se puede corresponder al envío que haga Estados Unidos.

Appathurai advirtió igualmente de que a los aliados les llevará más tiempo hacer nuevos compromisos de tropas. “Nadie debería esperar que el día después de que el presidente Obama haga su anuncio habrá una cifra total de tropas adicionales sobre la mesa por parte de otros aliados. Esa no es la forma en que funciona”, previno, reclamando “paciencia por parte de todos”.

Los ministros de Exteriores de la Alianza mantendrán discusiones políticas sobre la estrategia para Afganistán el 3 y 4 de diciembre y está prevista una conferencia el 7 de ese mismo mes para discutir sobre el envío de refuerzos al país, indicó Appathurai.

Se prevé que algunos aliados, como Alemania, esperen hasta después de la conferencia internacional sobre Afganistán que se celebrará en Londres el próximo mes de enero, antes de comprometer nuevos recursos. En este sentido, Appathurai subrayó también que algunos países ya han anunciado planes de aumento de tropas --Reino Unido, 500-- y que el resto de miembros de la Alianza han duplicado sus compromisos, pasando de 18.000 a 36.000 en los últimos veinte meses.