ROMA, 17 (EUROPA PRESS)
El Papa Benedicto XVI ha explicado durante el rezo del Ángelus dominical que en los sitios en los que Dios “no está, nada puede ser bueno” y que la tarea de los cristianos es “reflejar” su amor y misericordia.
Desde su residencia de Castelgandolfo, el Papa ha afirmado que el Reino de los cielos significa que “la voluntad de Dios debe ser asumida como el criterio-guía” de la existencia del hombre. Al mismo tiempo, ha resaltado que el cielo se refiere al “espacio infinito que posee la forma de la interioridad del hombre”.
Asimismo, el Papa ha exhortado a los cristianos a “parecerse a un Padre tan grande y bueno” como Dios. “Éste era el objetivo que Jesús se ponía con su predicación; en efecto, decía a quien lo escuchaba: 'Sean perfectos como es perfecto el Padre que está en los cielos'”.
Por último, ha alentado a dirigirse “con fe” a María, a quien ayer invocó con la advocación de la Virgen Santísima del Monte Carmelo, para que ayude a seguir fielmente a Jesús, y así a vivir como “verdaderos hijos de Dios”.
En español el Santo Padre ha señalado que la liturgia de hoy presenta a Dios “bondadoso y rico en clemencia, que gobierna el mundo con sabiduría y cuya paciencia no tiene medida, otorgando al pecador el tiempo necesario para la conversión”.