Lucía Jiménez espera que Casa Real vea 'Marusía', la serie sobre la Armada: “Les llenará de orgullo y satisfacción”
En la nueva apuesta televisiva de Mediaset y Unicorn Content, la serie Marusía. Vientos de Honor, la actriz Lucía Jiménez da un giro radical a su carrera interpretativa al asumir el papel de Teresa Ibarra, la recién nombrada Comandante Directora de la Escuela Naval. Un personaje que, más allá de su peso dramático, representa un hito simbólico: encarnar a la primera mujer al frente de esta institución militar, un cargo que, hasta la fecha, ninguna mujer ha ostentado en la vida real.
Para Jiménez, reconocida por su versatilidad y su sensibilidad a la hora de construir personajes complejos, el papel ha supuesto uno de los mayores retos de su trayectoria. “No solo era la dificultad de interpretar a una militar de alto rango que en la actualidad no existe, sino por representar a gente que se está dejando la vida por los españoles y que tienen una serie de valores muy claros y firmes. Hacerlo todo al milímetro era una responsabilidad”, confiesa la actriz en una pausa del rodaje al que acudió verTele.
La ficción, que se presenta como un “drama clásico”, está ambientada en la vida y en el día a día de los aspirantes de la Escuela Naval Militar de Marín, el centro donde se forman los futuros oficiales de la Armada Española. La trama de la misma es sencilla a la par que atractiva: “El nuevo curso comienza en la Escuela Naval marcado por la muerte de una alumna en el curso anterior. Oficialmente, se trata de un suicidio; extraoficialmente, muchas preguntas han quedado sin respuesta”.
Los pasillos en los que se ha llevado la mitad del rodaje fueron la casa de la Princesa Leonor antes de subirse el pasado mes de diciembre a bordo del buque escuela Juan Sebastián de Elcano. La actriz reconoce que le hubiera “encantado” coincidir con ella, y espera que desde Casa Real vean la ficción: “Ojalá suceda, porque además les llenaría de orgullo y satisfacción por la profesionalidad, el amor y el respeto hacia la Armada española con la que está hecha”.
Jiménez se meterá en la piel de Teresa Ibarra, la recién nombrada Comandante Directora de la Escuela. Aquí no solo se enfrenta a las consecuencias de la muerte de la alumna, sino que además deberá investigar sus causas. Para ello, se ve obligada a colaborar con el Teniente Coronel Jorge Carvajal (Alfonso Bassave), encargado de esclarecer los hechos, cuya presencia le hace revivir traumáticos recuerdos y enfrentarse a unos conflictos internos que creía haber dejado atrás. Estas interacciones con el teniente coronel la harán poner en jaque su matrimonio consolidado y feliz con el Capitán de Corbeta Gonzalo Galán (Miquel Fernández).
Paralelamente, Carmela (Paloma Stewart), Jahzara (Edith Martín-Val) y Renata (Carmen de la Vega), tres jóvenes procedentes de diferentes entornos sociales y con distintas motivaciones, ingresan en la Escuela dispuestas a labrarse un futuro en la Defensa Naval. En ella no solo se enfrentarán a las dificultades académicas y a la rígida jerarquía militar, sino también a una exigente instrucción, dirigida por el guardiamarina de cuarto curso que es su brigadier, Iván Navarro (Álex Medina), y a la presión psicológica que supone asumir valores y conductas muy diferentes a las de su vida anterior.
¿Qué te pareció este proyecto? ¿Te llamaron, o tuviste que hacer casting?
Desde que oí hablar de él me pareció muy emocionante, pero hasta que no pisé la Escuela Naval Militar no me di cuenta de la magnitud que tenía. Los actores vivimos eternamente haciendo castings, y es maravilloso. Es una cosa a la que doy gracias. Pero con este proyecto fue bastante fluída la cosa, la verdad es que no tardó mucho. Desde que por primera vez me contactan hasta que fue un sí definitivo, no pasó mucho. Hice unas pruebas de personajes, primero sola, y luego ya una de química con Alfonso [Bassave]. Imagino que estaban valorando a más personas, pero al final hubo suerte y se decantaron por mí. Además Begoña [Álvarez, creadora y productora ejecutiva] es tan maravillosa que me dijo: 'Te lo voy a decir antes de Navidad para que te vayas a tranquila: estás dentro'.
¿Te imaginabas que un proyecto así llegara ahora en tu carrera? Es un personaje importante dentro de la historia militar, porque es algo que no ha pasado nunca todavía.
No me lo imaginaba, pero me apetecía muchísimo. Además, tampoco tenía idea de que estaban haciendo este proyecto hasta que no llamaron a mi representante para hacer el casting, ahí es cuando dije: '¡Guau! Sería un sueño el poder estar aquí'. Que mi personaje sea una mujer militar con este cargo [Comandante Directora], que encima todavía no existe en la realidad, pues lo hacía todavía más interesante.
Respetan su posición porque es algo que ella ha conseguido por méritos propios
Los actores más jóvenes recibieron una formación de dos meses, mientras que los mayores no, pero en tu caso, al ser la primera mujer que ocupa este cargo, ¿tuviste formación con el actual Comandante Director? ¿Te dio una serie de directrices?
Pedro [Cardona, actual Comandante Director de la Escuela Naval] es majísimo. Le avasallaba a preguntas sobre las cosas que hacía diariamente, cómo actuaba con la gente, qué es lo que hacía en el despacho... y yo a cambio le contaba mi trama [ríe]. Él me respondía que en la trama amorosa no entraba, pero que me grabara a fuego la palabra 'lealtad'.
¿Supone un desafío especial personificar ese referente, que puede ser un deseo intrínseco de 'ojalá esto llegue algún día'?
Sí, sí, claro. Primero, aunque hubiera existido, hacer de Comandante Directora de la escuela es un reto. Yo leí los guiones, ensayé, pero al llegar a la escuela y encontrarme cómo es ese lugar, la jerarquía que hay, el respeto absoluto que tienen... yo alucino. La energía que te da ese lugar es como la de estar en un templo, y es que ves a esa gente que se está dejando su vida, su piel por defendernos con los valores de honor, valor, disciplina y lealtad. Los llevan tatuados a rajatabla en su ADN. Es muy fuerte lo que se vive allí dentro. Luego ves también la motivación que tienen todos, y hablas con los altos cargos de cómo ha sido su vida y su carrera, y pensaba... es que tengo que representarlos, es una responsabilidad.
Tienes que estar a la altura no solo a nivel físico, sino también a nivel protocolario, que es muy importante. Cómo se mueven, la jerga que usan, cómo se colocan en cada sitio... Yo me paso el día recta, acabo con un dolor de espalda... [ríe]. Además, he aprendido que esta es una carrera de renuncias, de todo el sacrificio que hace una persona para llegar a un lugar como el de Comandante Director, no es una vida estable, pero es el sueño de todo el mundo que entra en la Escuela.
Y llegas a Directora Comandante y de repente aparece el amor de tu vida...
[Ríe] Efectivamente, ahí está el truqui. Esta mujer [su Teresa Ibarra] se ha dejado la piel toda su vida, ha renunciado a muchas cosas, y ahora que por fin lo consigue, que llega a ser la primera mujer Comandante Directora, aparece este hombre con el que tuvo un pasado. Y es que Teresa no lo tiene además nada fácil, porque en sus primeros días en la Escuela, se enfrenta a la investigación de un suicidio de una alumna el curso anterior, y ahí es cuando aparece el teniente coronel Jorge Carvajal [Alfonso Bassave] para averiguar qué es lo que pasó. Pero, a su vez, tiene que poner orden en la Escuela y tratar de que su reputación siga impoluta, a la par que su feliz matrimonio con el capitán de corbeta Gonzalo Galán [Miquel Fernández]. Vamos, que la pobre va a tener que lidiar con todo.
Y en este universo militar de hombres, ¿a tu personaje la tienen enfilada, o respetan que haya ascendido una mujer?
La respetan porque es por méritos propios. Si yo tengo todos estos galardones es por algo, son méritos que he conseguido para llegar a este puesto, de eso no hay duda. Quizás en otras profesiones puede haber como más duda o más rivalidad, pero aquí todo el mundo entra como un igual, y vas escalando según lo que vayas consiguiendo. Por lo que si esta mujer es capitán de navío tú te quitas el sombrero y ya está. Y si actualmente no hay una mujer que haya podido ocupar este cargo es porque hay muy pocas mujeres marines, ahora hay unas pocas más; y como para este rango necesitas una determinada edad, pues seguramente en unos años llegue una a él.
Cuando me cruzaba con algún alumno, se paraban y me saludaban porque me veían de un rango superior
¿Alguna anécdota con el personal militar?
Pues los mandos, majísimos todos. Muy atentos y amables, de hecho, a los pobres les traíamos fritos. Y cuando me cruzaba con algún alumno, se paraban y me saludaban, aunque no sabían muy bien quién era yo, pero como me veían de un rango superior, y como los trajes son auténticos, como los de los marines reales, pues ellos nos saludaban. Nos moríamos de la risa los primeros días.
¿Qué sensación te produce que igual Zarzuela pueda ver la serie? Por el pasado del Rey Felipe, y ahora con la actualidad de la princesa Leonor.
Ojalá suceda, porque además les llenaría de orgullo y satisfacción por la profesionalidad, el amor y el respeto hacia la Armada española con la que está hecha. No llegué a coincidir con la princesa Leonor, pero me hubiera gustado mucho.
¿Y los de la Armada? Aunque no tienen mucho tiempo, ¿esperas que la vean?
Yo imagino que la verán todos juntos. Y luego es que muchos salen en la serie, bien haciendo cameos como los de los Capitanes de Corbeta Eduardo Delgado o Francisco Gil, o bien alumnos formando parte de la figuración. Recuerdo mi primer día de rodaje, que es el recibimiento de los aspirantes a la Escuela, y yo al ser la Comandante Directora les tengo que dar la bienvenida. Al ser el primer día de rodaje, también coincide con el día de presentación de personajes, por lo que es el doble de especial esa jornada.
Bien, pues yo llego al arco de la entrada de la Escuela Naval y me encuentro a todos los militares reales, firmes y uniformados... me cagué de nervios, tenía ganas de irme ya. Cuando acabé el discurso de bienvenida, con la voz más temblorosa que nada, y oigo la palabra “corten”, miro a los militares de verdad y me hicieron el gesto de 'piel de gallina', me aplaudieron, y ahí fue cuando ya me relajé para toda la serie y me dije que iba a disfrutar del proyecto.
¿Qué es lo que te llamó la atención cuando entraste en la Escuela Naval Militar de Marín?
El respeto que tienen. Para ellos ese lugar es como entrar en un templo, como entrar en una catedral o algo sagrado. Allí todo se respeta, todo tiene su lugar, su momento y su límite. Son gente muy admirable. Hacen una entrega por España y por los españoles increíble, lo llevan en la sangre, y es muy emocionante de ver. Son gente que nos va a defender (ojalá de nada), pero se preparan para ello. Y luego te choca el ver cómo los aspirantes de primero van a todos lados corriendo, no les dejan andar.
La serie se va a emitir en abierto, ¿es una cosa que te preocupa? ¿Te da miedo el tema de las audiencias?
Para nada, creo que la gente ahora ve más el abierto. O sea, yo tengo esa sensación. Acabo de estrenar una serie en otra cadena y ha ido increíble, y he hecho otras muchas que si en HBO Max, Netflix... pero al final, no sé por qué, siempre la gente que me para por la calle y me pregunta o felicita es por la del abierto, y es increíble. Mucho más que por la de las plataformas. Esa es mi sensación. Por lo que yo estoy tranquila en este aspecto, y creo que esta va a gustar muchísimo.
¿Estás contenta con tu carrera?
Mi primera película fue La buena vida (1996) con David Trueba, de ahí hice Al salir de clase y después hice un montón de cine en Latinoamérica. En esa época yo era una niña, no era muy consciente de lo que estaba viviendo. Ahora, después de 25 años de carrera, veo las cosas muy diferentes. Veo que las cosas pasan muy rápido y que nada es para siempre. Que también pasas por todas las fases. Este personaje, protagonista a mi edad, pues es una cosa que no me la esperaba, pero que lo cojo con mucha alegría e ilusión. Que Mediaset y Unicorn apuesten por ti es una cosa increíble, la verdad. Pero después de este protagonista puedo coger otro tipo de papeles.
¿Más pequeños?
No hay papeles pequeños, sino actores pequeños [ríe]. Todos los personajes son maravillosos, da igual la cantidad de tiempo que salgas en pantalla, a mí me gusta mucho trabajar. Soy supertrabajadora.
¿Qué proyectos tienes a futuro? Porque nos han chivado que en tus ratos libres de rodaje te ponías a escribir.
Alfonso, ¿no? Porque cada vez que me veía con el ordenador se reía de mí [ríe]. Pues efectivamente, estoy escribiendo la que será mi primera película. Después del éxito que tuvo mi primer cortometraje, El trono (2024), con el que conseguí la nominación a los Premios Goya, pues me lancé a por la película. Pero no tiene nada que ver con el corto, es además otro género totalmente distinto, lo otro era una sátira política y esto es un drama familiar. Tampoco puedo decir mucho más porque estoy en ello, pero estoy muy emocionada.