'Miércoles' vuelve a Netflix para iniciar su segunda temporada: más oscura, más ambiciosa... ¿pero igual de brillante?
Después de convertirse en la serie en inglés más vista en la historia de Netflix, Miércoles regresa esta semana a la plataforma con su esperada segunda temporada. Casi tres años han pasado desde que la peculiar hija de Morticia y Gómez Addams, interpretada por Jenna Ortega, debutara en la pantalla como alumna de la Academia Nevermore. Basada en los personajes creados por Charles Addams, la primera entrega fue un fenómeno global: se mantuvo 20 semanas en el Top-10 mundial, alcanzó el Top-10 en 93 países y sumó más de 252 millones de visualizaciones.
Ahora, Netflix apuesta por dividir la nueva temporada en dos partes, en línea con su estrategia de prolongar el éxito de sus producciones más populares. La primera tanda de episodios de la ficción de Tim Burton llega este mismo miércoles 6 de agosto -el día perfecto-, mientras que para el resto habrá que esperar hasta el próximo 3 de septiembre.
Los nuevos capítulos de esta segunda entrega, creada por Alfred Gough y Miles Millar, retoman la historia de la sombría Miércoles Adams, cuando, en pleno verano, en vez de disfrutar del sol y las vacaciones, utiliza su agudo intelecto para rastrear a un infame asesino de Kansas City, interpretado por Haley Joel Osment. Justo cuando parece que el misterio se agota, una inesperada visita de Cosa reaviva la acción.
Tras ello, llega el nuevo curso en la Academia Nevermore, que no será menos turbulento que el pasado año. Tal y como acabó el último capítulo de la primera temporada y avanzó el tráiler de esta segunda, Miércoles regresa a las aulas con un acosador, pero también con un enemigo. Su hermano Pugsley (Isaac Ordóñez) se une como alumno de primer año, trayendo consigo sus peculiares habilidades eléctricas que requerirán constante supervisión. Por si fuera poco, su madre Morticia (Catherine Zeta-Jones) amenaza con asumir un rol aún más dominante como posible presidenta del Comité de Recaudación.
Sin embargo, los mayores retos de Miércoles no vendrán de su excéntrica familia, sino de una inquietante visión psíquica: la muerte de su mejor amiga Enid (Emma Myers), en circunstancias que podrían tenerla a ella como principal responsable. Además, una sombra del pasado continúa acechándola, avivando la tensión que caracterizó a la primera temporada.
La serie sorprendió en 2022 con su fusión de humor negro, estética gótica y misterio adolescente. Bajo el peso del fenómeno viral que fue su primera entrega -desde los TikToks de Jenna Ortega bailando hasta los memes sobre la Academia Nevermore-, la nueva temporada tiene la difícil tarea de superar su propia sombra. ¿Lo logra? En parte sí, pero no sin resbalar en algunos lugares comunes. Desde verTele, analizamos los cuatro primeros episodios de los que se compone esta primera parte, que son a los que hemos tenido acceso.
Un regreso más maduro, pero menos sorprendente
Desde el primer episodio, se percibe una clara evolución en la construcción del personaje principal. Jenna Ortega, que ahora también participa como productora, entrega una interpretación más introspectiva y emocionalmente densa. Miércoles Addams ya no es solo la chica sarcástica e imperturbable que lanzaba comentarios mordaces en medio de asesinatos; ahora se enfrenta a conflictos internos más serios, traumas no resueltos y dilemas morales que desafían su visión del mundo.
Este desarrollo es un acierto en términos de madurez narrativa, pero también representa un riesgo: al volverse más emocional, el personaje pierde parte del misterio y del desapego que la hacían fascinante. La Miércoles de esta temporada piensa más, siente más -aunque lo haga a su manera, es decir, de forma disimulada-, pero también se divierte un poco menos.
Se notan los cambios que hizo la propia protagonista al involucrarse como productora de la ficción, tras señalar en el podcast Armchair Expert with Dax Shepard que en los primeros guiones que le llegaron su personaje “no tenía ningún sentido”. “Que formase parte de un triángulo amoroso no tenía sentido. Había una frase sobre un vestido que tenía que llevar para un baile del colegio que decía: 'Oh, Dios. Me encanta. Ugh, no puedo creer que haya dicho eso. Me odio a mí misma', y tuve que decir que no iba a decirlo”, declaró. Unas críticas que fueron respondidas por los guionistas, por lo que la actriz tuvo que intentar matizar sus palabras.
La fórmula se repite… pero con nuevas capas
Como parte de una temporada dividida, es evidente que esta primera mitad se centra en plantar las semillas de un arco argumental más grande. Hay misterios que se insinúan pero no se resuelven, y pistas que aparecen de forma fragmentaria, sin cerrar círculos todavía. La narrativa avanza, pero con una sensación de pausa contenida, como si todo estuviera preparado para despegar... pero sin hacerlo aún. Asimismo, los nuevos enigmas que plantea esta entrega retoman el esquema de la primera: crímenes sin resolver, secretos de familia y dilemas sobrenaturales. La fórmula funciona, pero ya no sorprende.
Este enfoque puede generar cierta frustración. A diferencia de su predecesora, que arrancaba con fuerza y mantenía una tensión constante, esta entrega prefiere construir lentamente, dejando mucho para la segunda parte. Eso tiene su valor en términos de complejidad, pero también puede hacer que algunos episodios se sientan más largos o menos urgentes, contando que cada capítulo dura una hora.
Lo que sí refresca es la introducción de personajes secundarios más sólidos, con subtramas mejor desarrolladas, lo cual compensa la falta del “factor sorpresa” que tanto impulsó a la primera entrega. Entre los actores que más destacan están Billie Piper como la nueva profesora de música, Joanna Lumley debuta como la enigmática abuela Hester, y Steve Buscemi como el nuevo director de la escuela. Para todos aquellos que se quieran quedar sin ojos en la pantalla buscando a la famosa cantante Lady Gaga, tendrán que esperarse hasta septiembre, donde no solo se sumará como la profesora Rosaline Rotwood, sino que también aportará su nuevo tema original Dead Dance, ofreciendo un cameo musical que ya genera expectación.
Asimismo, Miércoles vuelve a contar con su elenco habitual, a saber, Catherine Zeta-Jones, Luis Guzmán, Isaac Ordoñez, Joonas Suotamo, Hunter Doohan o Fred Armisen, quien volverá a dar vida al Tío Fétido.
Cabe destacar también que en esta segunda entrega se percibe un esfuerzo por expandir el universo de Nevermore, introduciendo nuevas amenazas que van más allá del clásico “quién es el monstruo”, a diferencia de la temporada anterior.
Más oscura, menos divertida
Uno de los cambios más marcados es el tono general de la serie. Si en su primera entrega Miércoles encontraba una mezcla irresistible entre comedia macabra y drama juvenil, esta segunda parte se inclina hacia un enfoque más oscuro y sombrío. El humor sigue presente, pero ya no lidera la narrativa; ahora es un recurso ocasional en una historia más cargada de tensión, giros dramáticos y peso emocional.
Esta transformación no será del agrado de todos, ya que los que devoramos la primera temporada, y crecimos con la Miércoles Addams de Christina Ricci en las películas de los años 90, acabamos echando de menos el sarcasmo cortante y las situaciones bizarras con ese tono excéntrico que hizo de la primera temporada todo un éxito viral. A cambio, reciben una historia más elaborada, sí, pero también más seria, a veces incluso demasiado para el tipo de público que captó en su debut.
No obstante, entre tanta oscuridad, hay dos luces que son capaces de iluminar el camino de la diversión. Fétido Addams y Enid Sinclair se erigen como los únicos salvavidas cómicos de la narrativa. Fétido, interpretado con desparpajo y un encanto grotesco por Fred Armisen, mantiene su esencia: un caos andante cuya torpeza resulta entrañable y cuya presencia siempre descoloca, para bien. Su regreso es breve, pero contundente, inyectando una bocanada de rareza absurda que la serie parece haber olvidado en su afán de ser más seria, más sangrienta y más “adulta”.
Por otro lado, Enid, la ya querida compañera de cuarto de Miércoles, sigue siendo la antítesis perfecta de la protagonista. Emma Myers logra que su personaje, con su ternura desbordante y su torpeza encantadora, no solo aporte contraste, sino también las pocas risas genuinas que quedan. Su optimismo sigue siendo un motor narrativo valioso, más aún cuando el mundo de Nevermore se ha tornado más oscuro que nunca.
Ambos personajes funcionan como el recordatorio de que Miércoles nació también como una sátira, no solo como una serie de crímenes adolescentes con estética gótica.
La segunda temporada de Miércoles arranca con ambición y una clara intención de profundizar. Es una serie que ha crecido, que ya no quiere ser solo un producto viral, sino un relato gótico con identidad propia. Sin embargo, esa ambición viene acompañada de un tono más serio que, por momentos, apaga parte de su chispa original.
A pesar de eso, Jenna Ortega sigue siendo el corazón palpitante de la serie, cargando cada escena con una presencia magnética, ahora más compleja y vulnerable. Miércoles no ha perdido su esencia, pero ha tomado un camino diferente. Queda por ver si la segunda parte de esta temporada sabrá justificar esa apuesta.