'Rick y Morty' 2x02 Review: nivel excelente con toques de Monty Python
Por Álvaro PalazónÁlvaro Palazón
El segundo episodio de 'Rick y Morty' de la segunda temporada sigue manteniendo el nivel de excelencia de todos los episodios anteriores. No sé por qué alguno de los monstruos que han salido en el episodio de hoy me recuerdan a algún gag de 'Community'. Ese en el que Troy y Abed montan una película de ciencia ficción y crean los Blorgons, por ejemplo.
Además hay un momento musical mágico, muy del estilo Monty Python Flying Circus.
Pobre Jerry
Creo que Jerry es un personaje desolador, un pobre hombre que simplemente existe, que incluso llega a ser un estorbo para los demás, al inicio del episodio, Jerry va detrás de la nave que conduce Morty, y no se dan cuenta de que está ahí hasta pasado un rato. Es más, apartan a Jerry de todo posible atisbo de diversión o aventura.
Por ello, Rick crea la 'Guarderia de Jerrys' en la que todos los Ricks y Mortys de otros universos dejan a los otros Jerrys para poder disfrutar en 'Blips and Chitz' jugando a Roy.
Jerry parece que se siente a gusto con otros Jerry, pero llega a un momento de desesperación en el que decide salir de la guardería y probar suerte en el mundo exterior, salir de su zona de confort, pero todo lo que hay fuera es hostil para él. No se siente a gusto en un universo que le da la espalda, como su familia, un suegro que no le respeta, una mujer con la que lleva casado demasiados años, una hija adolescente que está en la edad de avergonzarse de él y su hijo Morty, que es amor, pero también crecerá y se convetirá en algo parecido a Summer.
Mentalidad planetaria
Morty es demasiado bueno para su universo, tiene una “mentalidad planetaria”, ya que su mente no es capaz de asimilar los distintos estilos de vida, de las diferentes formas de vida, de los diferentes universos en los que cohexiste con otros seres extraños.
Rick queda con un asesino para venderle armas a cambio de Flurbos, el dinero local, para gastarse el dinero en 'Blips and Chitz', una sala de videojuegos intergaláctica en la que jugar a juegos como 'Roy', en la que tienes que hacer que un señor viva el mayor número de años posible.
Pero como decía antes, Morty tiene la necesidad imperiosa de hacer el bien, y por ello decide ir tras el asesino con el que hizo negocios Rick. Morty llega hasta a él y lo mata, liberando a una especie de nebulosa formada por átomos que es capaz de controlar la mente y que canta una canción maravillosa llamada 'Goodbye Moon Men' (yo ya la tengo de tono de llamada).
La música me recuerda mucho a las intro de Monty Python o a lo que hace Joaquín Reyes con 'Retorno a Lilifor' o 'Muchachada', en las que parece que abunda el LSD y la creatividad no tiene límites.
Rick y Morty viajan con el 'Fart', pedo en inglés, hasta su agujero de gusano para volver a su planeta. Antes de llegar a su planeta, pasan por el Universo de los Engranajes, en el que los habitantes están formados por engranajes, uno de ellos estuvo en esa fiesta, que visto lo visto, la fiesta del último episodio de la primera temporada va a ser como la boda de la hija de Aznar, todos los presentes son protagonistas de algunas cosas en el futuro.
Esperemos que vuelva Abradolf Linkler.
Instantes antes de liberar al pedo, Morty descubre que las formas de vida basadas en el Carbono, como los seres humanos, son como enfermedades para las nebulosas, por lo que decide acabar con ella antes de que llegue a su mundo; toma la decisión que cree conveniente aunque en su interior se sienta mal por haber “matado” a una forma de vida distinta a la suya.
Qué alegría de capítulos, qué frescura y qué transfondo tienen estas tramas, hacer lo que consideras necesario aunque no sea lo correcto, cómo afrontar tu existencia rodeado de ti mismo todo el rato, dejar que los demás tomen sus propias decisiones aunque no estés de acuerdo con ellas. Una locura, larga vida a una de las mejores series de animación de todos los tiempos.
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