Agresión a un equipo de 'Espejo Público' con palos: “Un vecino nos dijo que uno traía una escopeta”
Espejo Público ha denunciado este martes 22 a sus espectadores una agresión sufrida por un equipo del programa desplazado a La Cistérniga (Valladolid), para abordar un caso de ocupación ilegal en una vivienda de un matrimonio de octogenarios. El reportero Miguel Ángel Silva ha contado su experiencia en plató después de haber recibido “un continuo apaleamiento” por parte de un individuo que salió a perseguirle a él y a sus dos compañeros con un palo.
Las imágenes mostradas por el programa muestran la escena, acaecida en la mañana del lunes 21. El periodista se acerca a la entrada de la casa, que estaría ocupada por una docena de personas, para ponerse en contacto con ellos. Uno cruza el umbral provisto de este palo con ánimo agresivo. El equipo del magacín sale corriendo mientras el atacante va detrás de ellos. Acaban metiéndose en su coche, pero el hombre abre la puerta de los pasajeros para propinar un golpe. Silva dijo haber recibido impactos en la mano, en la espalda y en las costillas con el objeto contundente.
“Tras agredirnos en reiteradas ocasiones, llegan varias personas más con actitud amenazante y agresiva. Los vecinos salen en nuestro auxilio y nos refugian en el interior de un edificio de viviendas”, cuenta en la locución Silva, que apunta también que se produjeron “insultos y golpes en las puertas y ventanas de este bloque” donde se cobijaron.
Ya han presentado la denuncia
La situación precisó de la intervención de la Guardia Civil, aunque Silva afirma que previamente se personó una patrulla de la policía local, que trató de mediar sin éxito. “Nos dijo un vecino, 'Meteos para dentro, que uno trae una escopeta'. Ahí es donde me asusté”, agregó. Según indicó el programa, sobre el individuo que atacó a sus profesionales pesaba “un delito de sangre”: “Muchos vecinos nos dijeron que esta persona acababa de salir de la cárcel por haber matado a su mujer”.
La denuncia ya ha sido presentada por Silva y sus compañeros. El primero, que además de reportero cuenta con trayectoria como torero que se remonta a 2013, aseguró que “pasó peor que muchas veces toreando”. “Me tengo que hacer alguna radiografía pero todavía sigo con el susto en el cuerpo”, dijo el comunicador pacense, que tenía vendados dos dedos de la mano izquierda, a Susanna Griso.