El próximo 27 de junio llega a Netflix la tercera y última temporada de la serie más vista de su historia: El juego del calamar. Tras estrenar el pasado mes de diciembre, en plenas navidades, la segunda entrega de la ficción, en tan solo unos días se conocerá el destino que le esperará al jugador 456, conocido como Seong Gi-hun (Lee Jung-jae).
En una reciente entrevista con The Playlist, Hwang Dong-hyuk, creador de la exitosa producción coreana, fue preguntado sobre el tono del desenlace de la temporada final y si, al igual que en la primera entrega, se podía esperar un final feliz. Su respuesta fue: “Es mitad y mitad. Mitad final triste, mitad final feliz. Está justo a la mitad. Así que en el centro. ¿Sabes a lo que me refiero? Cuando veas el episodio final, lo entenderás”, afirmó el guionista, dejando entrever que el cierre de la historia será tan ambiguo como intenso.
Al final de la primera temporada, Gi-hun logra sobrevivir y llevarse el premio, pero en lugar de reunirse con su hija en Estados Unidos, toma la decisión de enfrentarse a la organización detrás del mortal torneo. Las recientes declaraciones de Hwang Dong-hyuk abren la puerta a la posibilidad de que los juegos lleguen a su fin, aunque no necesariamente sin un alto costo. Algunas teorías incluso plantean un giro más oscuro: Gi-hun podría asumir el rol de nuevo Líder, sacrificando sus principios tras comprender que enfrentarse al poder establecido es una batalla perdida.
El creador de la serie también definió la ficción como una “alegoría” del mundo contemporáneo, marcado por una creciente desigualdad social. “La brecha de riqueza no ha hecho más que agravarse, lo que ha empujado a muchas más personas al dolor y la lucha. Incluso durante los años entre la primera y la segunda temporada, todo empeoró, se exacerbó”, sostuvo, subrayando que el trasfondo de la ficción refleja con crudeza las tensiones y fracturas de la realidad actual.
“Las empresas tecnológicas, los gigantes del sector que crean inteligencia artificial, semiconductores y demás, seguirán concentrando cada vez más la riqueza global. Y creo que las audiencias de todo el mundo, todos nosotros, sentimos realmente que esa es la realidad de lo que está ocurriendo. Y pienso que esa es una de las razones por las que la serie conectó con tantas personas”, añadió.