'Supervivientes 2024' expulsó a “una de las mejores personas” y mostró la noche de Sofía y Kiko

Javier Ungría y Pedro García Aguado, en 'Supervivientes 2024'

Paula Hergar

Supervivientes 2024 celebró una undécima gala con la que sobrepasó el ecuador de la aventura. En una noche en la que despidió al noveno expulsado de la edición: Javier Ungría.

Era su primera nominación y, además, con Aurah y Pedro García Aguado, dos de los favoritos por el público que habían sido salvados en varias ocasiones.

El programa también mostró cómo compartieron el día juntos Kiko Jiménez y Sofía Suescun que le hizo una visita sorpresa. Cebando una “noche de pasión” que en realidad fue más tranquila que movida.

A todo ello se sumaron las habituales nominaciones que sacaron a la palestra de nuevo a Marieta, Pedro, Blanca y a Aurah.

Javier Ungría, noveno expulsado del reality

Aurah Ruiz, Javier Ungría y Pedro García Aguado eran los nominados que quedaban, tras la salvación de Gorka. Los tres se posicionaron en la plataforma de salvación para conocer cuál de ellos salía de la zona de peligro.

El primero en mancharse de barro era el empresario y le siguió el coach, por lo que la viceversa era la afortunada de la noche. Ungría y Aguado se jugaban la expulsión. Minutos después, Jorge Javier sentenciaba: “El público ha decidido que se salve de la expulsión Pedro”.

Por lo que el expulsado de la noche era Ungría: “Ha sido una experiencia tremenda, yo ni me dedico a la televisión, ni me dedico a las redes y ha sido una experiencia brutal, la más dura de mi vida de lejos. He aprendido de todos y sobre todo de mí. Creo que me voy siendo mejor persona y espero confirmarlo fuera” deseaba al despedirse.

También sorprendían los mensajes de cariño de sus compañeros que, en su mayoría, estaban de acuerdo al señalar que era “una de las mejores personas” con las que habían compartido la aventura.

Noche de amor y (poca) pasión de Kiko y Sofía

El reencuentro de ambos parecía extraído de una película. Los dos pasaron la noche juntos en Playa Limbo, a solas, compartiendo confidencias de todo lo que habían vivido mientras estaban separados. “Te necesitaba un montón” le confesaba él entre lágrimas y abrazándola.

Durmieron juntos, abrazados bajo la manta, dándose besos pero sin llegar a intimar, a pesar de que el programa vendiera que habían tenido “una noche de pasión”. Por la mañana despertaron cada uno en su esterilla y desayunaron fruta. Él agradecía al programa que la hubieran traído y al despedirse era cuando ella se emocionaba.

Al marcharse, él confesaba que habían pasado la “noche fundidos porque teníamos frío y estábamos en bañador”. Contó que no había habido “esteroning” pero sí “mucho cariño”.

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