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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Aznar y Zapatero, dos libros y dos lideres muy distintos

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Que diferencia tan abismal entre el Aznar que nos metió en la guerra ilegal de Irak y el Zapatero que nos sacó de ella; el primero se cree el centro del universo conocido y va dando lecciones a todos españoles y a todos los políticos, incluidos a los que le puso la espada en el hombro y le dijo -tú, Rajoy, serás mi sucesor-. La verdad es que la repelencia, la estupidez, el engreimiento, la altanería de este señor sólo puede ser superada, en algunas ocasiones, por su esposa metida a política por sucesión y por ser quien es.

En la presentación de su libro, que por cierto contó con la presencia incomprensible del ex líder de CCOO pero que sin embargo no contó con la presencia de personas del gobierno del PP actual, ni de miembros de su gabinete cuando gobernaba, no es capaz de realizar la más mínima crítica de su gestión, incluso ha comentado que la entrada de España en la guerra de Irak puso al país en la más alta cota de reconocimiento en política internacional. Alguien que es capaz de seguir defendiendo una guerra que era para encontrar armas de destrucción masiva que no existieron nunca porque era una mentira, que no contó con el apoyo de la ONU y que todavía, lejos de haberse solucionado, el país sigue sumido en la miseria y en la destrucción, es por lo menos para decirle que además de haber mentido es un ególatra que no asume ningún error y no hace la más mínima crítica de su gestión. Igual ocurre con la negociación con ETA, la cual sigue negando y a la vez criticando cuando la hacen otros, el acercamiento de presos al País Vasco que fue el único presidente que hizo este gesto con la banda terrorista.

La derecha de este país y principalmente el estomago agradecido señor Marhuenda, director de La Razón, lo ha elevado a los altares por su política económica que no ha sido otra cosa que tener la suerte de encontrarse gobernando en una época de expansión económica en toda Europa y en todo el mundo como nunca antes había ocurrido, por cierto, expansión económica tan desaforada que desembocó precisamente en la crisis más grande que hemos tenido después de la segunda guerra. Este señor se encuentra orgulloso de liberalizar el suelo y crear más puestos de trabajo que nadie con la construcción y el sector inmobiliario; fabricábamos más pisos que Francia, Reino Unido y Alemania juntos y así nos hemos quedado, con las urbanizaciones a medio terminar, con el parque inmobiliario más grande de Europa que no se vende, con una juventud que dejo de estudiar para irse al dorado de la construcción y ahora están en el paro y con una política financiera que dejo hacer lo que quisieran con los ahorros de todos y que desembocó en la crisis financiera más grande que ha conocido la humanidad después del 29. ¿De qué nos va a dar lecciones el señor Aznar? ¿de qué se siente orgulloso?

Su prepotencia es tan grande que al final de la presentación de su libro, ante las peguntas de los periodistas sobre las ausencias de miembros del gobierno del PP, respondió que “tomaría nota”. Señor Aznar, usted no le da lecciones a nadie, sus acólitos pueden hacerle la pelota y usted creerse que está por encima del bien y del mal pero la verdad que usted no es más que un repelente dedicado ahora a comisionista de negocios poco claros que al parecer se relacionan con la guerra que es donde usted se encuentra a gusto.

Que distinto la presentación del libro de Zapatero, primero, agradeciendo a su sucesor Rubalcaba el esfuerzo que está haciendo en un momento muy difícil, rodeado de muchos de los que fueron sus ministros, reconociendo los errores cometidos, sin altanería, con humildad, reconociendo que no llamó crisis a lo que era una crisis, expresando los sentimientos que no se podían explicar con palabras que junto a Rubalcaba sintieron cuando ETA declaro el fin de la violencia. Un Zapatero sencillo, a diferencia del otro, humano, como un ciudadano más que cuenta cómo sucedieron ciertos hechos en su vivencia como presidente, sin presumir de nada.

Puede parecer que estoy reivindicando la figura de Zapatero tan vilipendiada por todos como si él fuera el causante de la crisis mundial cuando fue él el que se encontró la crisis de bruces, pues diré que sí, que reivindico su figura, con sus aciertos que los tuvo y muy importantes y con sus errores que también los tuvo sobre todo a partir de mayo del 2011 en que la Unión Europea prácticamente le obligó a tomar decisiones muy duras para atajar el déficit del Estado y que estaban en contra de sus convicciones políticas. Hasta ese momento, sobre todo en su primer mandato, Zapatero había desarrollado una política social y de compromiso con la educación, con sanidad y con la investigación como nunca se había hecho en España.

Zapatero sí puede presumir de poner en marcha una de las leyes más importantes de la democracia como es la ley de la dependencia que ahora estos neoliberales se la van cargando poco a poco. Me da tristeza cuando veo a los familiares de esos dependientes protestando porque los medios y recursos económicos se van mermando cada día y no saben qué hacer, pero también me da tristeza no oírles nombrar y reivindicar a Zapatero como el verdadero artífice de ese logro tan importante que les puso en el camino de tener unas ayudas que hasta ese momento eran inexistentes. Tampoco oigo a ningún parado ni familia hablar que gracias a Zapatero están cobrando los 426 euros de ayuda cuando se les acabó el paro (realmente no es mucho) pero antes no había nada.

Zapatero puede presumir de muchas cosas y puede estar arrepentido de muchas otras, pero ni en uno ni en otro caso puede decirse que siempre lo hace con humildad y ni siquiera cuando dice la frase de “ni antes era tan fácil ni ahora tampoco es tan fácil” le está echando un capote al señor Rajoy con un talante que ni el señor Rajoy ni el PP se merecen. Señor Zapatero, es usted todo un caballero.

Que diferencia tan abismal entre el Aznar que nos metió en la guerra ilegal de Irak y el Zapatero que nos sacó de ella; el primero se cree el centro del universo conocido y va dando lecciones a todos españoles y a todos los políticos, incluidos a los que le puso la espada en el hombro y le dijo -tú, Rajoy, serás mi sucesor-. La verdad es que la repelencia, la estupidez, el engreimiento, la altanería de este señor sólo puede ser superada, en algunas ocasiones, por su esposa metida a política por sucesión y por ser quien es.

En la presentación de su libro, que por cierto contó con la presencia incomprensible del ex líder de CCOO pero que sin embargo no contó con la presencia de personas del gobierno del PP actual, ni de miembros de su gabinete cuando gobernaba, no es capaz de realizar la más mínima crítica de su gestión, incluso ha comentado que la entrada de España en la guerra de Irak puso al país en la más alta cota de reconocimiento en política internacional. Alguien que es capaz de seguir defendiendo una guerra que era para encontrar armas de destrucción masiva que no existieron nunca porque era una mentira, que no contó con el apoyo de la ONU y que todavía, lejos de haberse solucionado, el país sigue sumido en la miseria y en la destrucción, es por lo menos para decirle que además de haber mentido es un ególatra que no asume ningún error y no hace la más mínima crítica de su gestión. Igual ocurre con la negociación con ETA, la cual sigue negando y a la vez criticando cuando la hacen otros, el acercamiento de presos al País Vasco que fue el único presidente que hizo este gesto con la banda terrorista.