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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Educación y campaña

Leía en El País el sábado pasado los grandísimos y fundamentales retos que debe emprender el sistema educativo español, y terminé de pisotear el alma que se me había caído a los pies unas líneas más arriba. Los recortes del PP en esta materia saltan a la vista. El desastre de las políticas educativas de PSOE tiene una historia casi tan larga como la de la democracia española. Unos van hacia la privatización más elitista, excluyendo de las aulas de los colegios de curas a los más desfavorecidos. Los otros, condenando a los jóvenes españoles a una versión del comunismo más desgastado con su igualitarismo ramplón que no permite destacar a quienes tienen cualidades para el estudio. Cómo se va a investigar en España si los niños escriben ese verbo con b, por poner un ejemplo. Lo importante, para unos y otros, parece ser que consiste en gastarse el dinero en comprar ordenadores y pizarras digitales. Qué otra cosa se les puede pedir a los gestores. En España, con que haya tres pizarras de estas modernas por centro, ya somos centros TIC. Da hasta risa.

En fin. Conforme uno cumple años ve las cosas mucho más sencillas. La primera, que quienes llevan las carteras de educación no leen nada. Segundo, que no se puede enseñar a quien no quiere aprender y que no se puede aprender sin esfuerzo. Esto no es mío. Ya lo dijo hace mucho un señor mayor que se llamaba Aristóteles. Tercero, que para ser competente en una materia hay que dominar primero la teoría. Esa estupidez de las competencias básicas nos va dejar sin médicos. Cómo nos van a operar del corazón sin haberse estudiado los cirujanos el atlas de anatomía. ¿Basta con poner 'operar corazon', sin tilde, en Google? ¿Por qué los niños llegan al instituto sin saber leer y escribir? Y cuarto y último, que ya estoy con acidez de estómago, no todo el mundo tiene por qué estar estudiando hasta los 16 años cuando los profesionales sabemos, ya desde primero de E.S.O., que Fulanito y Menganito (muchos Fulanitos y Menganitos) no acabarán sus estudios.

Todo esto que aquí cuento no vale para nada. Esto es España. Aquí se sabe desde hace décadas cuáles son los problemas pero no es políticamente correcto reconocerlos. Lo único que espero es que, si gana Rajoy, tenga la suficiente valentía para reventar la LOE y que no haga como Aznar, que tras ocho años pudiendo meterle mano al sistema, prefirió hacer migas con Bush.

José María García Linares

Leía en El País el sábado pasado los grandísimos y fundamentales retos que debe emprender el sistema educativo español, y terminé de pisotear el alma que se me había caído a los pies unas líneas más arriba. Los recortes del PP en esta materia saltan a la vista. El desastre de las políticas educativas de PSOE tiene una historia casi tan larga como la de la democracia española. Unos van hacia la privatización más elitista, excluyendo de las aulas de los colegios de curas a los más desfavorecidos. Los otros, condenando a los jóvenes españoles a una versión del comunismo más desgastado con su igualitarismo ramplón que no permite destacar a quienes tienen cualidades para el estudio. Cómo se va a investigar en España si los niños escriben ese verbo con b, por poner un ejemplo. Lo importante, para unos y otros, parece ser que consiste en gastarse el dinero en comprar ordenadores y pizarras digitales. Qué otra cosa se les puede pedir a los gestores. En España, con que haya tres pizarras de estas modernas por centro, ya somos centros TIC. Da hasta risa.

En fin. Conforme uno cumple años ve las cosas mucho más sencillas. La primera, que quienes llevan las carteras de educación no leen nada. Segundo, que no se puede enseñar a quien no quiere aprender y que no se puede aprender sin esfuerzo. Esto no es mío. Ya lo dijo hace mucho un señor mayor que se llamaba Aristóteles. Tercero, que para ser competente en una materia hay que dominar primero la teoría. Esa estupidez de las competencias básicas nos va dejar sin médicos. Cómo nos van a operar del corazón sin haberse estudiado los cirujanos el atlas de anatomía. ¿Basta con poner 'operar corazon', sin tilde, en Google? ¿Por qué los niños llegan al instituto sin saber leer y escribir? Y cuarto y último, que ya estoy con acidez de estómago, no todo el mundo tiene por qué estar estudiando hasta los 16 años cuando los profesionales sabemos, ya desde primero de E.S.O., que Fulanito y Menganito (muchos Fulanitos y Menganitos) no acabarán sus estudios.