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Los anónimos “anteriores gestores”

Mientras los problemas se acumulan en el seno de la UD Las Palmas, que vuelve a tener dificultades para vender palcos y para mantener el orden en el vestuario, se producen movimientos sísmicos controlados e incontrolados en el entorno societario de la entidad. García Navarro, como les contábamos ayer, empieza a hacerse con un influyente paquete accionarial y, al ritmo que va, es difícil que le puedan toser mucho en una junta general. Otros accionistas como Germán Suárez o Ángel Luis Tadeo se dejan querer porque saben que o ellos dan el empujón (en un sentido o en otro) o la cosa no se mueve del rumbo al marisco que ha tomado la sociedad anónima deportiva. Por cierto, muy llamativo el epíteto con el que algunos comentaristas deportivos se dirigen a los que antaño eran “el cáncer de la Unión Deportiva”. Nada como tener una radio para dejar de ser cáncer y pasar a ser calificado, sin nombre ni apellidos, como “anteriores gestores”. Una suerte.

Mientras los problemas se acumulan en el seno de la UD Las Palmas, que vuelve a tener dificultades para vender palcos y para mantener el orden en el vestuario, se producen movimientos sísmicos controlados e incontrolados en el entorno societario de la entidad. García Navarro, como les contábamos ayer, empieza a hacerse con un influyente paquete accionarial y, al ritmo que va, es difícil que le puedan toser mucho en una junta general. Otros accionistas como Germán Suárez o Ángel Luis Tadeo se dejan querer porque saben que o ellos dan el empujón (en un sentido o en otro) o la cosa no se mueve del rumbo al marisco que ha tomado la sociedad anónima deportiva. Por cierto, muy llamativo el epíteto con el que algunos comentaristas deportivos se dirigen a los que antaño eran “el cáncer de la Unión Deportiva”. Nada como tener una radio para dejar de ser cáncer y pasar a ser calificado, sin nombre ni apellidos, como “anteriores gestores”. Una suerte.