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Atacan a nuestro héroe

Ya saben que la semana pasada incorporamos a nuestra galería de héroes domésticos al concejal del PP en San Bartolomé de Tirajan Ildefonso Umpiérrez, que se abstuvo en el pleno municipal en el que se debatía el famoso convenio urbanístico de Meloneras-Golf. El hombre no quería pasar por la política dejando un recuerdo de este tipo y, a pesar de que su postura sólo fue simbólica, al menos siempre podrá presumir de que fue el único que no se sumó al invento. Esa postura ya le está costando cara, según nos cuentan desde Maspalomas, donde no parece que funcione a la perfección el fabuloso mecanismo de la democracia. No es que lo hayan expedientado en su partido por díscolo; no es que le hayan tratado de convencer por las buenas. No. El procedimiento es irlo poniendo a parir por esquinas, bares y peluquerías con rumores malintencionados con los que tratan de empañar su imagen con el muy loable objetivo de lavar la de los que realmente tienen un problema de limpieza ética. Mantenemos por tanto a Umpiérrez en nuestra galería de héroes. Y los demás, que sigan largando.

Ya saben que la semana pasada incorporamos a nuestra galería de héroes domésticos al concejal del PP en San Bartolomé de Tirajan Ildefonso Umpiérrez, que se abstuvo en el pleno municipal en el que se debatía el famoso convenio urbanístico de Meloneras-Golf. El hombre no quería pasar por la política dejando un recuerdo de este tipo y, a pesar de que su postura sólo fue simbólica, al menos siempre podrá presumir de que fue el único que no se sumó al invento. Esa postura ya le está costando cara, según nos cuentan desde Maspalomas, donde no parece que funcione a la perfección el fabuloso mecanismo de la democracia. No es que lo hayan expedientado en su partido por díscolo; no es que le hayan tratado de convencer por las buenas. No. El procedimiento es irlo poniendo a parir por esquinas, bares y peluquerías con rumores malintencionados con los que tratan de empañar su imagen con el muy loable objetivo de lavar la de los que realmente tienen un problema de limpieza ética. Mantenemos por tanto a Umpiérrez en nuestra galería de héroes. Y los demás, que sigan largando.