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Cuando Barrilete desguazaba a Luis Hernández

Resulta enternecedor el silencio que reina en las ondas respecto al asunto de Julio Bonis y sus confesiones ante el teléfono de la esperanza: joder, es que tenía que salvar a Jaime, es que querían meter en la cárcel a su mujer, es que ahora él nos debe este favor... Bonis había mentido supuestamente ante la juez para salvar a Cortezo y a su esposa de una grave acusación de estafa por haber vendido esas viviendas en Hoya Pozuelo a sabiendas de que eran carne de expediente y de piqueta. Y la juez, que de repente se tropieza con una sobrina del conde, Elena del Castillo, esposa de Cortezo, tira por el camino de en medio y reprocha a los compradores que no leyeran la prensa. Y la prensa era en aquella época, una sucesión de reportajes y artículos de Canarias7 contra la urbanización de Jaime Cortezo en la que, además de éste y de su esposa, aparecía como socio el siempre contento Luis Hernández. Y Luis Hernández había cometido en aquellos aciagos meses de principios de siglo el delito de leso juanfrancisquismo, el de meterse en la harina de La Caja. Al frente de la brigada de desguace del ex presidente de la Autoridad Portuaria estaba Barrilete Cósmico, que recibía información directa del socio ya fallecido del promotor inmobiliario, José Luis Arencibia. Ahora tiene que callarse porque, de hablar, tendría que explicar cómo en una década se puede pasar de machacar a Cortezo desde Canarias7 a defenderlo a capa y espada desde la broadcasting corporation esa.

Resulta enternecedor el silencio que reina en las ondas respecto al asunto de Julio Bonis y sus confesiones ante el teléfono de la esperanza: joder, es que tenía que salvar a Jaime, es que querían meter en la cárcel a su mujer, es que ahora él nos debe este favor... Bonis había mentido supuestamente ante la juez para salvar a Cortezo y a su esposa de una grave acusación de estafa por haber vendido esas viviendas en Hoya Pozuelo a sabiendas de que eran carne de expediente y de piqueta. Y la juez, que de repente se tropieza con una sobrina del conde, Elena del Castillo, esposa de Cortezo, tira por el camino de en medio y reprocha a los compradores que no leyeran la prensa. Y la prensa era en aquella época, una sucesión de reportajes y artículos de Canarias7 contra la urbanización de Jaime Cortezo en la que, además de éste y de su esposa, aparecía como socio el siempre contento Luis Hernández. Y Luis Hernández había cometido en aquellos aciagos meses de principios de siglo el delito de leso juanfrancisquismo, el de meterse en la harina de La Caja. Al frente de la brigada de desguace del ex presidente de la Autoridad Portuaria estaba Barrilete Cósmico, que recibía información directa del socio ya fallecido del promotor inmobiliario, José Luis Arencibia. Ahora tiene que callarse porque, de hablar, tendría que explicar cómo en una década se puede pasar de machacar a Cortezo desde Canarias7 a defenderlo a capa y espada desde la broadcasting corporation esa.