Comparar a Franco con Negrín

Guillermo Mariscal estaba realmente cabreado, y lo notaron todos los que escucharon conversación tan surrealista. El secretario político del PSOE no daba crédito a lo que acababa de oír: ¿prohibir las procesiones? Pues no se les había ocurrido a estos apóstatas socialistas, con piadoso ministro de Defensa de infiltrado. Tristán le dijo que no era para tanto, que ya pondrían la estatua del irrepetible en algún lugar sagrado para que vayan los nostálgicos a peregrinar. Pero no hubo manera, el hombre se ofuscó más y más hasta preguntar a su interlocutor qué le hubiera parecido que el PP se llevara por delante las estatuas -no muy numerosas, la verdad- de Juan Negrín. ¡Cooooñó! Está bien eso de comparar a un golpista con un señor que llegó a presidente por la fuerza de los votos. Pero a éstos, cuando se ofuscan, es mejor dejarlos solos, no vayan a tener un ataque.

Guillermo Mariscal estaba realmente cabreado, y lo notaron todos los que escucharon conversación tan surrealista. El secretario político del PSOE no daba crédito a lo que acababa de oír: ¿prohibir las procesiones? Pues no se les había ocurrido a estos apóstatas socialistas, con piadoso ministro de Defensa de infiltrado. Tristán le dijo que no era para tanto, que ya pondrían la estatua del irrepetible en algún lugar sagrado para que vayan los nostálgicos a peregrinar. Pero no hubo manera, el hombre se ofuscó más y más hasta preguntar a su interlocutor qué le hubiera parecido que el PP se llevara por delante las estatuas -no muy numerosas, la verdad- de Juan Negrín. ¡Cooooñó! Está bien eso de comparar a un golpista con un señor que llegó a presidente por la fuerza de los votos. Pero a éstos, cuando se ofuscan, es mejor dejarlos solos, no vayan a tener un ataque.