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Un comunista y otro de no se sabe dónde

Así fue. Carmelo Artiles ganó sus terceras elecciones al Cabildo de Gran Canaria en 1991, pero aquel potaje en ciernes que luego fue Coalición Canaria, once formaciones políticas en busca desesperada de poder, lo tumbaron en conchabo con el Partido Popular. Lo contaba con esa memoria que parece no querer fallarle Jerónimo Saavedra este lunes en el programa El Correíllo, de CANARIAS AHORA RADIO. Aquello, dijo, se fraguó en el hotel Mencey, de Santa Cruz de Tenerife, entre un comunista y otro de no se sabe dónde. El no se sabe era Luis Hernández, ex de la UCD, luego del CDS, luego de CC y ahora adjudicatario desde Málaga de una concesión pública que está tardando en recuperar el Ayuntamiento de Saavedra. El comunista, cómo no, era José Carlos Mauricio, que por entonces acababa de inventarse el nacionalismo canario y ya se lo había vendido a todos aquellos a los que momentos antes había llamado burgueses terratenientes y aguamangantes. Y se lo compraron deprisa y corriendo porque aquello, mira qué cosas tiene Pepecarlos, aquello sumaba. Y como sumaba 31 en el Parlamento, tenía que sumar quince en el Cabildo grancanario, donde hicieron presidente por sorpresa a un bondadoso Pedro Lezcano, que acabó arrepintiéndose de aquella trapisonda. Porque lo malo no fue Lezcano, lo malo es que allí nació el pacto de derechas que lleva gobernando Canarias desde entonces. Sí, veinte años.

Así fue. Carmelo Artiles ganó sus terceras elecciones al Cabildo de Gran Canaria en 1991, pero aquel potaje en ciernes que luego fue Coalición Canaria, once formaciones políticas en busca desesperada de poder, lo tumbaron en conchabo con el Partido Popular. Lo contaba con esa memoria que parece no querer fallarle Jerónimo Saavedra este lunes en el programa El Correíllo, de CANARIAS AHORA RADIO. Aquello, dijo, se fraguó en el hotel Mencey, de Santa Cruz de Tenerife, entre un comunista y otro de no se sabe dónde. El no se sabe era Luis Hernández, ex de la UCD, luego del CDS, luego de CC y ahora adjudicatario desde Málaga de una concesión pública que está tardando en recuperar el Ayuntamiento de Saavedra. El comunista, cómo no, era José Carlos Mauricio, que por entonces acababa de inventarse el nacionalismo canario y ya se lo había vendido a todos aquellos a los que momentos antes había llamado burgueses terratenientes y aguamangantes. Y se lo compraron deprisa y corriendo porque aquello, mira qué cosas tiene Pepecarlos, aquello sumaba. Y como sumaba 31 en el Parlamento, tenía que sumar quince en el Cabildo grancanario, donde hicieron presidente por sorpresa a un bondadoso Pedro Lezcano, que acabó arrepintiéndose de aquella trapisonda. Porque lo malo no fue Lezcano, lo malo es que allí nació el pacto de derechas que lleva gobernando Canarias desde entonces. Sí, veinte años.