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Otro que desentonó

No hay manera de que la gente de la política aprenda la lección y se deje de tanto afán de protagonismo, que una cosa es salir en la foto y otra bien distinta el empacho. Hace algunas semanas les acercábamos lo ocurrido en el festival de música de Teror, con pitada al político de turno -el consejero de Cultura del Cabildo grancanario- que quiso pasar a la posteridad entregando una placa a los artistas. El respetable no lo respetó, y le metió una pitada que dejó al hombre medio descolocado. No se enteró del incidente Juan José Dorta, Cheo para más señas, alcalde de Icod de los Vinos, que tuvo hace unos días la infeliz ocurrencia de interrumpir un concierto de Pablo Milanés. Andaba el público enfervorizado y tal, cuando el edil, que no tuvo sentido de la oportunidad desde luego, se subió al escenario a entregar una placa recordatoria. Vale por el gesto de gratitud. Pero, ¿por qué no le dijeron al bueno de Cheo que esas cosas, cuanto más discretas, mejor? Así le hubieran ahorrado la pitada.

No hay manera de que la gente de la política aprenda la lección y se deje de tanto afán de protagonismo, que una cosa es salir en la foto y otra bien distinta el empacho. Hace algunas semanas les acercábamos lo ocurrido en el festival de música de Teror, con pitada al político de turno -el consejero de Cultura del Cabildo grancanario- que quiso pasar a la posteridad entregando una placa a los artistas. El respetable no lo respetó, y le metió una pitada que dejó al hombre medio descolocado. No se enteró del incidente Juan José Dorta, Cheo para más señas, alcalde de Icod de los Vinos, que tuvo hace unos días la infeliz ocurrencia de interrumpir un concierto de Pablo Milanés. Andaba el público enfervorizado y tal, cuando el edil, que no tuvo sentido de la oportunidad desde luego, se subió al escenario a entregar una placa recordatoria. Vale por el gesto de gratitud. Pero, ¿por qué no le dijeron al bueno de Cheo que esas cosas, cuanto más discretas, mejor? Así le hubieran ahorrado la pitada.