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Una de despropósitos

Se trata de los mismos vecinos que llevan más de cinco años aguantando la situación en la que el promotor de la zona dejó las calles, aceras, señalización y desagües, entre otras importantes anomalías. Para que ahora, un funcionario municipal, que está para ayudar y proteger, se constituya en aquel pago en busca de alguna medalla, o peor, muestre su enfado por haber sido removido de su destino en Disciplina Urbanística, donde guardan un grato recuerdo de él durante la etapa nacionalista. Los vecinos se cruzan apuestas sobre si lo que desea el superagente es regresar a su antiguo puesto o si su habitual presencia en el domicilio particular del concejal popular y vecino, Antonio Martín Falcón (la casa del pueblo para los que le conocen), es puramente casual. Porque lo que está contrastado es que las mismas maniobras que castiga a los vecinos, las permite tan ricamente cuando quienes las hacen son la media docena de vehículos públicos y privados que aparcan ante esa casa sin respetar la señalización.

Se trata de los mismos vecinos que llevan más de cinco años aguantando la situación en la que el promotor de la zona dejó las calles, aceras, señalización y desagües, entre otras importantes anomalías. Para que ahora, un funcionario municipal, que está para ayudar y proteger, se constituya en aquel pago en busca de alguna medalla, o peor, muestre su enfado por haber sido removido de su destino en Disciplina Urbanística, donde guardan un grato recuerdo de él durante la etapa nacionalista. Los vecinos se cruzan apuestas sobre si lo que desea el superagente es regresar a su antiguo puesto o si su habitual presencia en el domicilio particular del concejal popular y vecino, Antonio Martín Falcón (la casa del pueblo para los que le conocen), es puramente casual. Porque lo que está contrastado es que las mismas maniobras que castiga a los vecinos, las permite tan ricamente cuando quienes las hacen son la media docena de vehículos públicos y privados que aparcan ante esa casa sin respetar la señalización.