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Opinión - 'Sobre la mismidad de Sánchez', por Esther Palomera

El detonante de las pulseritas

El detonante de esa ruptura puesta a cocinar a fuego lento desde hace semanas se produjo esta semana con la aparición en escena de una cosa tan frívola como la distribución de unas pulseras de caucho o de silicona con las que Soria y Luzardo quieren seguir haciendo su particular campaña de promoción de una operación ilegal. El periódico hasta ahora amigo se adelanta a los demás y, aprovechando que dispone de información comercial acerca del reparto de las pulseras el próximo domingo, publica un reportaje contándolo todo. La alcaldía se cabrea porque -en versión del diario- en lugar de hacerles el publirreportaje acostumbrado, dan cabida a las críticas de la oposición. Tiene motivos para el cabreo la alcaldesa, porque hasta ahora cualquier iniciativa municipal que llevara aparejado el pago publicitario era saludada invariablemente con júbilo extraordinario, y con la consecuente sordina a las quejas de la oposición.

El detonante de esa ruptura puesta a cocinar a fuego lento desde hace semanas se produjo esta semana con la aparición en escena de una cosa tan frívola como la distribución de unas pulseras de caucho o de silicona con las que Soria y Luzardo quieren seguir haciendo su particular campaña de promoción de una operación ilegal. El periódico hasta ahora amigo se adelanta a los demás y, aprovechando que dispone de información comercial acerca del reparto de las pulseras el próximo domingo, publica un reportaje contándolo todo. La alcaldía se cabrea porque -en versión del diario- en lugar de hacerles el publirreportaje acostumbrado, dan cabida a las críticas de la oposición. Tiene motivos para el cabreo la alcaldesa, porque hasta ahora cualquier iniciativa municipal que llevara aparejado el pago publicitario era saludada invariablemente con júbilo extraordinario, y con la consecuente sordina a las quejas de la oposición.