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Sin fecha ni calendario

“El sistema no me lo admite”. Ésta puede ser, junto al imperativo “resetea tu equipo”, una de las frases más repetidas que nos ha aportado la revolución informática. Es un invento, el de los ordenadores, colosal, porque permite ahorrar un montón de tiempo y dinero en multitud de gestiones, consultas, procesos, etcétera. Pero no puede con todo la informática porque de otro modo no se entiende eso de que “el sistema no me lo admite”. Y el sistema no admite un montón de cosas de las que hoy vamos a mostrarles sólo un par de ejemplos: una señora que acude a su centro de salud, en Las Palmas por más señas, y pide hora para el dermatólogo por indicación de su médico de cabecera. Pero la auxiliar administrativo le dice que no hay manera de hacerlo porque el sistema ya no tiene fechas disponibles, que se les había acabado el calendario y no había una alternativa prevista. Nada, ya le llamaremos cuando el sistema nos lo admita, le dijeron.

“El sistema no me lo admite”. Ésta puede ser, junto al imperativo “resetea tu equipo”, una de las frases más repetidas que nos ha aportado la revolución informática. Es un invento, el de los ordenadores, colosal, porque permite ahorrar un montón de tiempo y dinero en multitud de gestiones, consultas, procesos, etcétera. Pero no puede con todo la informática porque de otro modo no se entiende eso de que “el sistema no me lo admite”. Y el sistema no admite un montón de cosas de las que hoy vamos a mostrarles sólo un par de ejemplos: una señora que acude a su centro de salud, en Las Palmas por más señas, y pide hora para el dermatólogo por indicación de su médico de cabecera. Pero la auxiliar administrativo le dice que no hay manera de hacerlo porque el sistema ya no tiene fechas disponibles, que se les había acabado el calendario y no había una alternativa prevista. Nada, ya le llamaremos cuando el sistema nos lo admita, le dijeron.