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Todos contra Gran Canaria

Por muy flamenco que se ponga Adán Martín, Soria ha conseguido demostrar que el presidente no manda sobre todos los consejeros del Gobierno de Canarias, convertido éste en jaula de grillos (casinos por aquí, empleo por allá, gas por acullá), y que Águeda sigue las instrucciones de su jefe. Por si acaso se revirara esta majorera, le impusieron en el Servicio de Empleo a la incondicional Juliana García, que se ha ganado a pulso el recelo de empleados, patronales, sindicatos y, ahora, de todos los cabildos de las islas y colores políticos (menos el suyo de su presidente) y de todos los ayuntamientos canarios salvo los de Pepa y el de Paco Valido. Una razón más para que las islas no capitalinas incrementen su fervor por Gran Canaria, la centralista.

Por muy flamenco que se ponga Adán Martín, Soria ha conseguido demostrar que el presidente no manda sobre todos los consejeros del Gobierno de Canarias, convertido éste en jaula de grillos (casinos por aquí, empleo por allá, gas por acullá), y que Águeda sigue las instrucciones de su jefe. Por si acaso se revirara esta majorera, le impusieron en el Servicio de Empleo a la incondicional Juliana García, que se ha ganado a pulso el recelo de empleados, patronales, sindicatos y, ahora, de todos los cabildos de las islas y colores políticos (menos el suyo de su presidente) y de todos los ayuntamientos canarios salvo los de Pepa y el de Paco Valido. Una razón más para que las islas no capitalinas incrementen su fervor por Gran Canaria, la centralista.