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Idioteces por teléfono

Tiene razsón Chus. Y se lo confirma unos segundos después Alfredo Briganty en la misma conversación telefónica: “Te voy a decir, eh; si pincharon el teléfono de mi conversación de hace un mes hablando del tío de la H, eso es la polla, eh, desde hace un mes hablando del de la H, eh...” Briganty no tenía pinchado el teléfono todavía, pero sí lo tenía pinchado Celso Perdomo, lo que significa que lo “del tío de la H” está registrado por completo. Pero sigamos, que la conversación lo aclara todo. Chus, que no tenía el día lúcido, responde a Briganty: “El puf, puf, puf, puf, el de la H, bueno, no lo cojo, pero bueno, da igual, mejor no me lo expliques”. Pero Briganty se pone pesado y se lo explica: “El de la H es Honorato, coño”. Y Jesús, ya metido en farándula, lo remacha: “¡Ah, sí!, correcto”. La conversación termina con Alfredo Briganty ofreciendo a Celso Perdomo, a través de Chus, apoyo psicológico ante lo que está pasando.

Tiene razsón Chus. Y se lo confirma unos segundos después Alfredo Briganty en la misma conversación telefónica: “Te voy a decir, eh; si pincharon el teléfono de mi conversación de hace un mes hablando del tío de la H, eso es la polla, eh, desde hace un mes hablando del de la H, eh...” Briganty no tenía pinchado el teléfono todavía, pero sí lo tenía pinchado Celso Perdomo, lo que significa que lo “del tío de la H” está registrado por completo. Pero sigamos, que la conversación lo aclara todo. Chus, que no tenía el día lúcido, responde a Briganty: “El puf, puf, puf, puf, el de la H, bueno, no lo cojo, pero bueno, da igual, mejor no me lo expliques”. Pero Briganty se pone pesado y se lo explica: “El de la H es Honorato, coño”. Y Jesús, ya metido en farándula, lo remacha: “¡Ah, sí!, correcto”. La conversación termina con Alfredo Briganty ofreciendo a Celso Perdomo, a través de Chus, apoyo psicológico ante lo que está pasando.