El PP se bota

Poco a poco los dirigentes socialistas van apaciguando las urgencias de algunas de sus ejecutivas insulares y locales, ávidas de aprovechar su situación de comodín en algunas corporaciones para poder pasar factura por viejas rencillas a la gente de Coalición Canaria en cualquiera de sus múltiples manifestaciones. Juan Fernando López Aguilar no ha ayudado mucho a tal propósito y por eso lo mandaron a callar, tanto desde Canarias como desde Ferraz. Porque, para colmo, el PP sigue lanzado a degüello haciendo guiños de todos los colores a los que hasta el domingo a las doce de la noche eran unos malvados socialistas que quieren robar las vacas a los ganaderos y la bicicleta a los niños en los parques. Están ofreciéndolo casi todo con tal de presidir las corporaciones donde han quedado a un empujoncito de gobernar en solitario. Soria da por hecho que no entrará en el Gobierno, pero no quiere que los mejores resultados autonómicos de su vida queden desdibujados por la pérdida de poder municipal e insular donde hasta ahora lo tenía, particularmente en Fuerteventura y Tenerife. Lanzarote parece descartado del todo para el PP porque, en el caso de que el PSOE de Carlos Espino pudiera tener autonomía, las combinaciones pasan por unirse al PIL y eso no está precisamente en el manual postelectoral.

Poco a poco los dirigentes socialistas van apaciguando las urgencias de algunas de sus ejecutivas insulares y locales, ávidas de aprovechar su situación de comodín en algunas corporaciones para poder pasar factura por viejas rencillas a la gente de Coalición Canaria en cualquiera de sus múltiples manifestaciones. Juan Fernando López Aguilar no ha ayudado mucho a tal propósito y por eso lo mandaron a callar, tanto desde Canarias como desde Ferraz. Porque, para colmo, el PP sigue lanzado a degüello haciendo guiños de todos los colores a los que hasta el domingo a las doce de la noche eran unos malvados socialistas que quieren robar las vacas a los ganaderos y la bicicleta a los niños en los parques. Están ofreciéndolo casi todo con tal de presidir las corporaciones donde han quedado a un empujoncito de gobernar en solitario. Soria da por hecho que no entrará en el Gobierno, pero no quiere que los mejores resultados autonómicos de su vida queden desdibujados por la pérdida de poder municipal e insular donde hasta ahora lo tenía, particularmente en Fuerteventura y Tenerife. Lanzarote parece descartado del todo para el PP porque, en el caso de que el PSOE de Carlos Espino pudiera tener autonomía, las combinaciones pasan por unirse al PIL y eso no está precisamente en el manual postelectoral.