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Rinconete y Cortadillo, a las puertas del CGPJ

Dos pícaros muy pícaros se dieron cita este lunes a las puertas del Consejo General del Poder Judicial para poner en escena uno de sus sainetes más hediondos, el que han montado en torno a una juez a la que quieren desprestigiar para que lo que pudiera o pudiese investigar en el presente o en el futuro quede contaminado. Dos políticos sin escrúpulos a los que se les puede atribuir en firma la autoría de varias maquinaciones para alterar la verdad y montar campañas de descrédito contra personas e instituciones a mayor gloria de la intocabilidad del PP y los imputados que en ese partido habitan por docenas. Federico Trillo y José Manuel Soria, que así se llaman estos conspiradores de pacotilla, se confabularon para presentar una queja ante el Consejo General del Poder Judicial contra la magistrada canaria Victoria Rosell, a la que atribuyen la paternidad de una denuncia a sabiendas de que tal acusación es absolutamente falsa. Basta con leer la queja, a la que ellos intencionadamente llaman “denuncia”, para comprobar dónde están los datos relevantes que ocultan y con qué cantidad de falsedades, manipulaciones y mala baba está montada para dar visos de verosimilitud a algo que simplemente es una solemne imbecilidad. Pero veamos los antecedentes de estos dos maquinadores de cuidado.

Dos pícaros muy pícaros se dieron cita este lunes a las puertas del Consejo General del Poder Judicial para poner en escena uno de sus sainetes más hediondos, el que han montado en torno a una juez a la que quieren desprestigiar para que lo que pudiera o pudiese investigar en el presente o en el futuro quede contaminado. Dos políticos sin escrúpulos a los que se les puede atribuir en firma la autoría de varias maquinaciones para alterar la verdad y montar campañas de descrédito contra personas e instituciones a mayor gloria de la intocabilidad del PP y los imputados que en ese partido habitan por docenas. Federico Trillo y José Manuel Soria, que así se llaman estos conspiradores de pacotilla, se confabularon para presentar una queja ante el Consejo General del Poder Judicial contra la magistrada canaria Victoria Rosell, a la que atribuyen la paternidad de una denuncia a sabiendas de que tal acusación es absolutamente falsa. Basta con leer la queja, a la que ellos intencionadamente llaman “denuncia”, para comprobar dónde están los datos relevantes que ocultan y con qué cantidad de falsedades, manipulaciones y mala baba está montada para dar visos de verosimilitud a algo que simplemente es una solemne imbecilidad. Pero veamos los antecedentes de estos dos maquinadores de cuidado.