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Román, como Schröeder

Será que le han recomendado sus asesores que lo del canciller alemán, Gerardo Schröeder, hay que aplicarlo a rajatabla, y allí donde haya un suceso de relevancia, una tragedia humana o un fenómeno meteorológico adverso, hay que personificarse por lo que pudiera ocurrir. Eso al menos es lo que pensaron los invitados a la fiesta de aniversario del semanario Lancelot, celebrado este sábado en Yaiza (Lanzarote). El presidente había confirmado su asistencia, y sólo hora y media antes del comienzo del acto, alguien llamó para anunciar que el presidente se veía en la obligación de suspender su viaje por tener que acudir a un incendio en Tenerife. Comprenderán que se hicieran muchas chanzas acerca de la explicación oficial, más que nada porque lo del incendio en la isla de Adán Martín tiene más de una lectura. Incluso política. Por cierto, nos podemos imaginar la cara que se les habrá puesto a los organizadores cuando conocieron el desmarque, sobre todo porque habían tenido que elegir entre Román y Adán, las dos tendencias de actos sociales que se llevan esta temporada. Y al final, ni uno ni otro. Tampoco hay que descartar que el incendio se produjera como consecuencia de la presencia en el hotel de Yaiza donde se celebraron los fastos de Lorenzo Olarte, Juan Manuel García Ramos y Dimas Martín juntos, lo que debe constituir para el equipo de imagen romaní inmensa competencia de imagen. Los peor pensados se saltaron las explicaciones políticas y se preguntaron si, con la tecnología y flota viajera que gasta el presidente, cómo es posible que no le diera tiempo de asistir al incendio y apagar acto seguido la enterna llama política que arde entre los volcanes. Él sabrá.

Será que le han recomendado sus asesores que lo del canciller alemán, Gerardo Schröeder, hay que aplicarlo a rajatabla, y allí donde haya un suceso de relevancia, una tragedia humana o un fenómeno meteorológico adverso, hay que personificarse por lo que pudiera ocurrir. Eso al menos es lo que pensaron los invitados a la fiesta de aniversario del semanario Lancelot, celebrado este sábado en Yaiza (Lanzarote). El presidente había confirmado su asistencia, y sólo hora y media antes del comienzo del acto, alguien llamó para anunciar que el presidente se veía en la obligación de suspender su viaje por tener que acudir a un incendio en Tenerife. Comprenderán que se hicieran muchas chanzas acerca de la explicación oficial, más que nada porque lo del incendio en la isla de Adán Martín tiene más de una lectura. Incluso política. Por cierto, nos podemos imaginar la cara que se les habrá puesto a los organizadores cuando conocieron el desmarque, sobre todo porque habían tenido que elegir entre Román y Adán, las dos tendencias de actos sociales que se llevan esta temporada. Y al final, ni uno ni otro. Tampoco hay que descartar que el incendio se produjera como consecuencia de la presencia en el hotel de Yaiza donde se celebraron los fastos de Lorenzo Olarte, Juan Manuel García Ramos y Dimas Martín juntos, lo que debe constituir para el equipo de imagen romaní inmensa competencia de imagen. Los peor pensados se saltaron las explicaciones políticas y se preguntaron si, con la tecnología y flota viajera que gasta el presidente, cómo es posible que no le diera tiempo de asistir al incendio y apagar acto seguido la enterna llama política que arde entre los volcanes. Él sabrá.